“Imaginate, que estas en el super, vas, a tomar una bolsa de pimientos de Padrón, de esos bien picantillos, y, de pronto, alguien grita a tu lado
“ Quieta, no se le ocurra llevarlos, a mi, me los saco el médico”
Me imagino, bueno, yo, miraría a la persona fijamente, y, por supuesto, los llevaría igual; y, lo haría porque mi estomago esta a prueba de bomba, y, me encanta el picante, sin embargo, la persona del consejo; seguramente estaría segura de estar obrando bien; puesto que a ella, se lo habría prohibido el médico; lo que pasa, es que se lo prohibió a ella; y, seguramente muy bien prohibido, y, su deber es hacerle caso, pero lo que no puede, es ir extendiendo su prohibición a todos, si puede decir que no los puede tomar; porque, sufre de dolencias gástricas del tipo que sean. Deducir que todo el mundo esta en la misma situación, es meter la patita.
Claro que podría decir, sí, pero a usted no se los prohibió porque no le pregunto al médico si podía comerlos; y, tendría razón, lógicamente si yo voy, al médico, porque me duele la espalda, no le habló de lo que he comido, porque no hay causa efecto; si, el motivo es intestinal, o, gástrico, sí, y, en ese caso, si el médico me prohíbe el picante no lo tomo, el ejemplo se podría poner con cualquier otra cosa.
Otra cosa sería, que el Ministerio de Sanidad, retirase un producto, por ser nocivo, por causas X a la salud de las personas.
Pero si no es así, cada uno siendo adulto, sabe lo que es bueno y sano; y, ante las dudas pues tiene médico, y, como comprenderéis, no voy por los pimientos, si no, por los auto censores guardianes de la fe ajena
Desde hace siglos no hay libros en el Indice, es decir; La Iglesia no tiene una lista de libros por los que te vayas al infierno.
Por lo tanto, nadie, ni en un foro, ni fuera, salvo que conozca tan a fondo a la persona le puede decir, “ ese libro( me refiero, sobre todo, a libros de temática espiritual, religiosa, teológica, bíblica), no lo puedes leer, porque es pecado, porque me lo prohibió mi confesor, no podrá leerlo ella, si su confesor se lo prohibió, a lo mejor tendría que cambiar de confesor, o, no, pero desde luego, dado que el buen sacerdote, no es el Papa, y, aunque lo fuese, lo dicho en confesión, es sólo para el penitente, por supuesto, si a una persona, la lectura de la Biblia, le causa problemas de fe, le hace tener dudas, si la inquieta, si para ella, es causa de tentación, pues no deberá leer la Biblia; es por poner un ejemplo bruto, pero si para mí, por ejemplo Pagola, me hace a Jesús cercano, me aviva el deseo de oración, si no hace disminuir mi fe, si no la fortalece, y, sigo tan católica como me parió mi madre, ¿ Por qué no habría de leerlo?
No es hora ya, de que en todo, también en ésto respetemos la conciencia ajena, y, tengamos en cuenta, que los caminos del Señor, son muchos
Un abrazo
Maite
El Corazón del justo, esta firme en el Señor
A todos nos cuesta aceptar la singularidad del otro, en todos los aspectos de la vida, pero parece que cuando llegamos a temas religiosos, lo difícil se redobla. El absoluto de Dios parece que tuviera que convertir en absoluto todo lo que toca, y no es así: no un apóstol sino un colegio apostólico, no un evangelio sino cuatro evangelios, y cuando a Pedro se le subió el cargo a la cabeza y le pidió cuentas a Jesús sobre el destino del discípulo amado, lo mando callar (Jn 21,22).
Jesús obró durante todo su ministerio atento a las particularidades, incluso está esa preciosa escena de Mc 5, en la que en medio de la confusión de la multitud, de la indiferenciación y el aglomeramiento, Jesús reconoce una única enferma que lo ha tocado, y dialoga singularmente con ella.
Pienso que como seguidores de Jesús, deberíamos tratar -al menos intentar- de hacer ese mismo esfuerzo de no masificar la fe, no convertirla en un conjunto de principios abstractos que simplemente se dirigen impersonalmente a todos, por muy buena voluntad que tengamos al elaborar tales "principios".
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«Mi corazón está vacío de verdadero saber, acógele entre tus brazos.»
Muy bien Maite...!
Por supuesto que estoy con vos Maite. Pero hay casos y casos. Incluso hay libros de piedad, muy autorizados, que si fuera por mi los quemaría. Porque inducen a una piedad de marmol y prejuiciosa. correspondiente a una moral rigida y de otra epoca. Que forman cristianos tan rigidos que o revientan y se van al carajo o le arrinan la vida a sus seres queridos. O no?
«Que el recuerdo de Jesús esté unido a tu aliento»
y el "argumento" contra pagola sólo es de "receta de médico"?
un recetado cómo se mete a recetar?
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El mundo escucha de buen grado a los maestros, cuando son también testigos.
Benedicto XVI.
Y, no sólo a la lectura de Pagola; si no que yendo más allá de los libros, incluso a la forma de recibir la Eucaristía
Por cierto, es verdad que el Papa da siempre la comunión en la boca, y, de rodillas; pero no lo es, que este en contra de la comunión en la mano, porque de estar, lo hubiéra prohibido, que puede hacerlo; por otro lado, en la mano comulgaban los primeros cristianos, yo estoy de acuerdo con los que dicen, que las manos, no son dignas de tener el Cuerpo de Cristo, bueno, ni las manos, ni la boca, ni el corazón, como vamos a ser dignos del Hijo de Dios, pero Él tiene esa manía, le caemos bien
A mi, me parece estupendo que una persona comulgue de rodillas, y, en la boca, siempre que eso no le lleve a canonizarse, y, anematizar a los que no lo hacen así, corriendo el riesgo de que se caiga " el cuerpo de Jesús"; por cierto, Jesús esta en la Hostia, y, en el Caliz, con el Cuerpo glorioso; así que dejemos a un lado el "fisicismo", mentalicemonos en eso, Cuerpo glorioso, no cuerpo físico; me voy del tema, y, no quiero.
La persona que comulga de rodillas, en la boca, llena de amor a Dios, y, eso, sólo lo ve Dios, es admirable, y, la que comulga de pie en la boca, y, la que lo hace en la mano, pero con fe autentíca, con amor a Dios
El que lo hace en la mano, no tiene tampoco ningún derecho a canonizarse, ni anematizar al que lo hace en la boca, los motivos del otro, Dios los jusgará
Podríamos parafrasear a Pablo
"El que comulga en la mano, no condene al que lo hace en la boca, y, el que comulga en la boca, no condene al que lo hace en la mano, pues ámbos reciben al mismo Señor"
Estaba pensando que a lo mejor el Papa, no da la comunión en la mano; porque nadie, se pone ante él para recibirla de ese modo, por cierto, yo ante el Papa también comulgaría de rodillas, aunque lo hago de pie, y, en la mano, ni que decir tiene, que si este Papa, u, otro diese otro mandato, lo seguiría. pero mientras la Iglesia de dos posibilidades me acojo, a la que va mejor, con mi sentir la fe, sin que por ello me crea con derecho a juzgar a nadie, pero tampoco, a soportar a los que son más papista que el Papa
Ya veis que no se quedaba sólo en los libros
Un abrazo
Maite
"Resucito, y, nos resucito con Él, el mundo nuevo ya esta aquí"