Puedo decir con orgullo que el Santoral de ETF es uno de los más completos y rigurosos santorales hagiográficos en línea en español, y ciertamente uno de los primeros sitios que se planteó seguir con rigor el Nuevo Martirologio Romano, promulgado por Juan Pablo II en 2001, y revisado periódicamente para incluir los nuevos santos y beatos que la Iglesia va incorporando.
Pero junto a este orgullo, debo confesar que empecé con esta tarea un poco de casualidad, digamos que un buen día me di cuenta que o hacía una cosa grande y para muchos años, o había perdido un montón de tiempo reuniendo datos y nombres que tenían, cada uno de ellos, poco significado. Opté por lo primero, y así salió este santoral, que lleva ya unos 15 años en línea, y va continuamente creciendo.
Pero vayamos a la prehistoria: hacia el 2004, es decir, a poco de crear el sitio, pensamos, las tres personas que en ese momento lo llevábamos adelante (Toñi, Andrea y yo), que si era un sitio católico debía tener alguna clase de santoral, así que nos lanzamos a la caza de algún santoral... con muy poca idea del tema, así que pensábamos que más o menos cualquiera podía ser fiable.
Así comenzó el presantoral de ETF: una simple lista de "santos del día", sin ninguna documentación respecto de cada uno, y sobre todo sin ningún criterio en particular para distinguir qué santos debían estar inscritos y cuáles no.
Debo decir que la idea no me cerraba en absoluto: se repetían los nombres, que eran, sobre todo, apenas nombres. Hasta que llegó a mi ordenador un archivo, que se había hecho en la diócesis de Canarias en 2003, con la digitalización del primer Nuevo Martirologio Romano, del 2001. Aquello tuvo para mí el valor de una revelación: ¡por fin una lista que venía de la propia Iglesia, y que además no era solo de nombres, sino que al menos ubicaba en el tiempo a cada santo!
Empecé a meterme en el tema, estudiar el Martirologio Romano, por qué era romano y si eso implicaba que otros no lo fueran, y así pude ligar un retazo de información que me había quedado circulando en al cabeza desde mi época de estudiante de teología: había conocido en la biblioteca la tarea de los Bolandistas, unos historiadores dedicados en el siglo XVIII a la hagiografía... pero nunca había encajado nada de ello en la realidad del culto a los santos...
Con la lectura del Martirologio Romano las piezas empezaron a encajar: los santos no eran una retahila de nombres inconexos, sino una colección de piezas de vida, que debían poderse ubicar en el tiempo y el espacio, que habían hecho cosas espiritualmente memorables, y cuyas historias también habían sido deformada por el excesivo cariño del pueblo fiel: se podía estudiar, catalogar, desbrozar lo cierto y lo fantástico.
Desenpolvé un viejo santoral que yo creía que había quedado en el pasado (¡pero los Bolandistas eran mucho más viejos y seguían viegntes!), que había conocido en la facultad: "Alban Butler's Life os Saints", de Herbert Thurston. En él (en su versión mexicana), había leído las únicas historias de santos que me habían parecido aceptables en mi juventud. Y ahora me daba cuenta que formaba parte de una forma de enfocar la hagiografía, que estaba en la base del modo como la Iglesia lo presenta en el Martirologio Romano: las piezas encajaban, había que empezar a trabajar.
Así hice primero el programa base: la lista de santos, con sus datos elementales: nombre, tiempo, lugar y breve descripción. Estamos en 2007 y acaba de salir la edición 2007 del Nuevo Martirologio Romano. La compré y me puse simplemente a transcribirla.
Nadie lo había hecho aun en línea en español, pero encontré otros santorales, en otros idiomas, que sí estaban tras lo mismo, en particular Santi e Beati, en italiano, y el magnífico Ökumenisches Heiligenlexikon (alemán: Glosario Ecuménico de Santos). Ninguno era exactamente lo que yo quería hacer, pero los dos iban por la misma línea: recopilar, organizar, y sobre todo ¡citar fuentes! decir, de una vez por todas de dónde se había sacado la información. Es que si hay algo odioso en internet es que la gente no diga de dónde saca la información: ¡es lo contrario de la vida intelectual! No sé, imagino que la gente que escribe en internet siente que si dice que la información no le viene por una iluminación celeste sino que la leyó en tal libro, pierde prestigio... Así que encontré estos dos sitios que decían: "esto lo saqué de aquí".
Añadí a los nombres de los santos la posibilidad de contar su historia un poco más extensamente, su hagiografía, y así, cuando el santo tenía una hagiografía más extensa en el Butler (que a todo esto lo conseguí por internet, el mismo que yo había leído de joven), la adjuntaba. Es verdad que eso me daba poco juego, porque el Butler es una obra vieja, no solo seguía un calendario antiguo, sino que su redacción misma era preconciliar, muchas cuestiones históricas, eclesiásticas y litúrgicas ya no estaban vigentes. Pero con el ejemplo del Butler empecé a aprender a leer fuentes hagiográficas y a redactarlas. Conseguí los tomos de los Acta Sanctorum, la impresionante obra de los Bolandistas, realizada entre los siglos XVII y XIX. No es inmediatamente utilizable (empezando que está en latín y en una letra cuasi manuscrita) pero puede ser consultada como fuente. Encontré otras obras que podían ayudar en la tarea, de allí salen las hagiografías que figuran con mi nombre (tributarias del estilo y la orientación del Butler, que es de donde aprendí a trabajar).
Para santos más nuevos empecé a utilizar fuentes de internet: las propias órdenes o congregaciones, las diócesis... y mientras tanto llegó el imnpresionante aumento en la cantidad de beatos del santoral... mártires sobre todo, que llevaban su inscripción nueva.
En la actualidad sigo trabajando en el santoral en tres direcciones:
-Que todos los santos tengan asociada al menos una imagen (no siempre es posible, no siempre existe)
-Que todos tengan alguna hagiografía, aunque sea mínima
Esos hace que cada día vaya revisando y "tapando huecos".
-Además hay que terminar de incorporar todos los beatos de la Guerra Civil española que se han beatificado y se beatifican desde el pontificado de Juan Pablo II: son 2108 nombres de los cuales solo 814 tienen ya su ficha en este santoral. Incorporados están todos, porque están dentro de los grupos en los que fueron beatificados, pero hay que hacerle a cada uno su ficha individual, que depende de su fecha de martirio, y eso es muchísimo trabajo, y muy lento.
Finalmente un pedido: cuando copien material de este santoral, tengan presente el enorme trabajo que lleva: ¡citen la fuente!
Abel Della Costa
Quisiera felicitarle por esa labor que está haciendo, callada y muy laboriosa.
Es una satisfacción leerle diariamente, con sus más y sus menos, pero con gran utilidad en tantos sentidos, histórico, religioso , incluso para felicitar a alguien en su onomástica, pero especialmente para tener esas vidas de los santos y beatos de ejemplo y esperanza que nos ayude en el camino de la salvación.
Aprecio sus comentarios racionales y concretos, que tanto ayudan a conocer a Los Santos, aunque a veces suframos al descubrir que la vida de tal santo posiblemente fue diferente de cómo la habíamos imaginado hasta ahora o que es imposible saber más de tal Apóstol del Señor, pero “ conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”(Juan 8,32)
¡Muchas gracias!
Hoy justo entré. No recibí el santoral y entré... me encuentro esto. Muy interesante.
Gracias, sí. Hoy el santoral falló por un problema del servidor, pero ahora parece que se desatascó, así que es posible que se reciba dos veces (porque haciendo pruebas hice dos envíos)
Yo me quiero unir a los otros para agradecer su labor y la paciencia y el monumental trabajo de este santoral. No creo que exista uno más completo.