Esta web utiliza cookies, puedes ver nuestra política de cookies, aquí Si continuas navegando estás aceptándola
Política de cookies +
El Testigo Fiel
formación, reflexión y amistad en la fe, con una mirada católica ~ en línea desde el 20 de junio de 2003 ~
rápido, gratis y seguro
conservar sesión
  • Por sobre todo, los miembros registrados dan forma y sentido a este sitio, para que no sea solamente un portal de servicios sino una verdadera comunidad de formación, reflexión y amistad en la Fe.
  • Además tienes ventajas concretas en cuanto al funcionamiento:
    • Tienes reserva del nombre, de modo que ningún invitado puede quedarse con tu identidad.
    • En los foros, puedes variar diversas opciones de presentación (color de fondo, cantidad de mensajes por página, etc.), así como recibir mail avisándote cuando respondan a cuestiones de tu interés.
    • También puedes llevar un control sobre los mensajes que leíste y los que no, o marcarlos para releer.
    • Puedes utilizar todas las funciones de la Concordancia Bíblica on-line.
registrarme
rápido, gratis y seguro
«Mira que estoy a la puerta y llamo,
si alguno oye mi voz y me abre la puerta,
entraré en su casa y cenaré con él, y él conmigo...»
formación, reflexión y amistad en la fe, con una mirada católica ~ en línea desde el 20 de junio de 2003 ~
Arte:
Exposiciones virtuales
9 comentarios

Los grupos de adoración

31 de octubre de 2011

Aunque los ángeles cantores y músicos pertenecen a la secuencia superior, prefiero tratarlos con los grupos de adoradores del Cordero, porque entiendo que precisamente ayudan a crear la centralidad del Cordero, cerrando por arriba un círculo en torno a él.

Los grupos de adoradores serían entonces tanto los que están en paneles separados, como los que rodean al Cordero en su mismo panel. Leyendo de arriba abajo y de izquierda a derecha identificamos:

Arriba (izquierda y derecha de la Deesis):

-Ángeles cantores

-Ángeles instrumentistas

Abajo (paneles de la izquierda):

-Jueces justos 

-Caballeros de Dios

(Dentro del panel del Cordero, a la izquierda):

-avanza desde atrás la columna de los confesores de la fe

-la columna de la izquierda en primer plano son los santos del Antiguo Testamento, dentro de estos, los que leen son, posiblemente, los profetas.

(Dentro del panel del Cordero, a la derecha):

-avanza desde atrás la columna de las vírgenes

- la columna de la derecha en primer plano corresponde a los mártires, sin embargo, delante del grupo de los mártires hay un grupo de doce vestidos de blanco, representando a los Apóstoles 

Nuevamente fuera, en los paneles de la derecha, de adentro afuera:

-Los ermitaños

-Los peregrinos

 

Todos ellos rodean el altar donde está el Cordero como un gran círculo exterior, y luego, como un círculo interior, los ángeles, con incensarios y los símbolos de la pasión (cruz y columna).

 

Toda la escena está dominada por rayos solares que manan, no del Cordero, sino del Espíritu Santo, que ilumina toda la escena, según la palabra apocalíptica "Y no necesitarán luz de lámpara ni de sol porque el Señor Dios los alumbrará" (Apoc 22,5)

Todo el conjunto está inspirado en una profunda lectura del Apocalipsis. No se trata de la alusión a un versículo o dos, sino que el pintor ha sabido captar todo el ritmo litúrgico de ese libro bíblico, lo ha leído desde una perspectiva que podemos llamar muy "moderna", ya que ha dejado de lado el aspecto del drama cósmico del fin del mundo, y ha puesto el acento en ese otro aspecto -que la exégesis actual describe como el esencial del libro- de la liturgia celestial; a lo que le ha agregado como precisión (pero sin romper la lectura del Apocalipsis, que es la base del cuadro), las categorías en las que tradicionalmente la Iglesia divide a a sus santos.

Veamos los grupos más en detalle:

 

Ángeles músicos: como hemos visto, se distribuyen en dos conjuntos, los cantores, a la izquierda, y los instrumentistas, a la derecha. Cumplen una doble función estructural en el cuadro: como componentes de la franja de arriba, del "cielo", son los músicos que rodean al Trono divino, pero además, en relación con la franja de abajo, cierran el círculo de los adoradores, ayudando a destacar la centralidad del Cordero.

Una curiosidad que he querido mostrar aislando el fragmento es que el atril y el suelo de los ángeles cantores están decorados con viñetas apocalípticas, como el san Miguel venciendo al dragón que he separado abajo; esto en un cuadro que precisamente representa una escena apocalíptica como la liturgia celestial en torno al Cordero, no deja de ser una interesante paradoja: la escena apocalíptica que se decora con motivos apocalípticos. 

 

 Le siguen ahora los grupos de paneles exteriores, de izquierda y derecha: jueces y caballeros cristianos por un lado, y ermitaños y peregrinos por el otro. La identificación está en el propio pie de cada uno de esos paneles, donde se explicita, en el travesaño, el contenido de cada escena.

 

El panel de los "jueces justos" es el único que no es original: se trata de una copia hecha por el artista y restaurador de arte flamenco Jef van der Veken, que reemplazó (con total maestría) esa placa, robada  en 1934 y que nunca más fue hallada. Como curiosidad cabe señalar que el filósofo y novelista Albert Camus utilizó la falta del panel de los Jueces Justos en este políptico como una metáfora de la falta de justicia en el mundo, haciendo del (supuesto) ladrón de la obra uno de los protagonistas de su novela "La caída". Sobre el robo, las investigaciones realizadas, material de época, etc. hay un documentado sitio en internet (en inglés) dedicado específicamente a ese tema.

Una cuestión que no debe dejarse de lado, a pesar de la importancia de las figuras humanas, es la exuberancia del paisaje, y la variedad de verdes y tierras que hay en el conjunto de la obra; se suele señalar que ha pintado decenas de especies vegetales, cada una con completo detalle, incluso de especies que no son comunes en el norte de Europa (como las palmeras), que el pintor conoció viajando por España e Italia. Y a esto no menos debemos sumarle las formas arquitectonicas que pueden verse en el trasfondo, catedrales, castillos, torres, entre las que algunos afirman que se distingue la torre de la basílica de la resurrección de Jerusalén, que era conocida por las cronicas de viajes ...

Pero un aspecto que me parece aun más importante y que no puedo dejar de enfatizar, es que en un cuadro que se prestaba a su "clericalización", es decir, planteado para un templo, en un contexto litúrgico, con un tema esencialmente litúrgico, el artista no ha dejado fuera al laicado urbano, representado en estos jueces y caballeros, que no son ni clero ni consagrados, sino miembros del pueblo de Dios que se acercan también a la Adoración eterna del Cordero.

Los grupos de la derecha son los de ermitaños y peregrinos, muy relacionados entre sí.

El de los ermitaños lo cierran dos mujeres; por el ánfora que lleva la de la izquierda en la mano podemos deducir que se trata de María Magdalena (en la identificación que se hacía hasta hace poco entre la santa y la anónima que derramó perfume a los pies de Jesús), la otra entonces, según lo habitual en las caracterizaciones de los santos, es santa María Egipcíaca, también, junto con la Magdalena, modelo de ermitaños.

La columna de los peregrinos va precedida por un gigantón: se trata de san Cristóbal, a quien la leyenda le atribuía ese enorme tamaño.

 

Veamos ahora los grupos de adoradores que se encuentran ya en el panel central:

Avanzando desde atrás tenemos a los confesores de la fe, a la izquierda, y a las vírgenes, a la derecha.

Aunque a primera vista los confesores parece referirse sólo a papas, obispos y cardenales (por las mitras, tiaras y capelli cardenalicios que destacan en primer plano, se trata en realidad de un grupo heterogéneo, y podemos ver que las cabezas que asoman por detrás no llevan todas, ni mucho menos, atributos episcopales. De hecho, el grupo de los "confesores" es el más numeroso del santoral, ya que se refiere a todos aquellos santos que no pertenecen a ningún otro grupo específico (vírgenes, mártires, etc.).

Aunque en principio nada impide que en el grupo de los confesores haya mujeres, y parece haber alguna en medio, mirando con atención y en detalle, la santidad femenina está en general representada en el grupo de las vírgenes y mártires, que avanza desde atrás a la derecha; distinguimos a unas y otras por el color de la corona de flores: rojo en el caso de las mártires.

A algunas de ellas se las puede identificar: santa Inés (la que sostiene el cordero), al lado de ella santa Bárbara (por la torre), entre otras que pueden reconocerse, de acuerdo con los atributos que surgen de sus respectivas leyendas.

 

 

veamos ahora los complejos grupos de delante del panel:

El de la izquierda es posiblemente el más difícil de identificar: los que están con los libros abiertos parecen formar un conjunto de doce, vestidos de manera más o menos homogenea; se trata, casi con certeza, de los doce profetas menores.

El predominio de tupidas barbas y narices ganchudas hace pensar en una representación de judíos, que posiblemente evoque a los santos del AT.

He leído en varios sitios que se interpreta al personaje vestido de blanco como el poeta Virgilio, por el laurel y la corona que lleva. En ese caso, el grupo no sería de santos del Antiguo testamento, sino de santos precristianos en general. Personalmente considero esa interpretación muy poco probable: la barba y el pelo son de judío, y no se encontrará nunca en la iconografía romana una representación así de Virgilio, ya que la barba era de mal gusto para cualquier romano; por otro lado, ni siquiera el Dante pone a Virgilio en el paraíso; una cosa es considerar auténticas las profecías de las sibilas paganas (en definitiva, incluso el Nuevo Testamento considera profecía auténtica la de Caifás), y otra meter paganos en el paraíso, eso es una teología muy posterior a la de la época de van Eyck. Mi opinión personal es que todos los miembros de este grupo son judíos.

Quizás (lo aventuro sólo como hipótesis) el personaje de blanco sea el rey David, precisamente con el ramo de laurel como atributo de poeta. En ese caso tal vez podríamos identificar al de al lado con corona (capa verde) como su hijo Salomón.

El grupo de la derecha es doble: en primera fila se pueden contar doce o trece figuras vestidas de blanco. Representan, según se suele afirmar, a los apóstoles, a los que hay que añadir al apóstol Pablo, si es que el grupo es de trece; pero debe tenerse presente que vestiduras blancas propiamente hay doce.

Tras ellos el numeroso ejército de los mártires, que al igual que los otros, se pierde fuera del cuadro. Lo encabezan papas y obispos, pero no se limita a ellos, sino que vemos cabezas con sólo algún detalle rojo, para indicar la pertenencia al conjunto.

Contrasta muy acertadamente la pobreza de las vestiduras de los apóstoles, la Iglesia inicial, con las vestiduras solemnes y suntuosas de los papas y obispos. ¿Contiene tal vez alguna clase de crítica eclesial? no es imposible.

 

Y llegamos finalmente al centro del cuadro: el Cordero--->.

 

© El Testigo Fiel - 2003-2025 - www.eltestigofiel.org - puede reproducirse libremente, mencionando la fuente.
Sitio realizado por Abel Della Costa - Versión de PHP: 8.2.28