En el encuentro del año pasado de los grupos de ecumenismo de la diocesís de Santiago; en el monasteriio de Armenteira, con el P. Benito.
Nos toco este tema
Esto fue lo que mi grupo y yo, dijimos, ese año me toco, ser la que hizo " el trabajo"
Os lo pongo a continuación
Un abrazo
Maite
1. Cómo Vivian las primeras comunidades
En un principio me pareció que la pregunta era corta, y que todo se resumía en el comienzo de los Hechos
Los hermanos vivían todos unidos, cada día iban al Templo y reunían en las casas para celebrar la fracción del Pan.
No había entre ellos necesitados, pues los que tenían bienes propios los vendían y llevaban su importe y los depositaban a los pies de los apóstoles. Hechos II, 42- 47; IV 32-37
Hasta aquí se hubiera podido pensar que no existía la propiedad privada, pero el relato de Ananias y Safira, lo desmiente, este matrimonio al que Dios castiga con la muerte, no, por el hecho de no dar todo el importe de su venta, si no por la mentira.
Es decir, habia comunicación de bienes, pero esta era voluntaria no impuesta.
Hechos V, 1 -11
Los paganos decían como se amaban, pero ya empiezan las disensiones.
En un principio los gentiles no somos admitidos, nuestra entrada se produce con Cornelio, tras la visión de San Pedro del mantel lleno de alimentos impuros, visión que ya fuese real, ya fuese “ una parábola truco” de Pedro contiene una gran enseñanza, la de que Dios ha santificado todo lo creado, y que el Reino de Dios no es exclusivista.
Hechos X y XI 1-19
A continuación de esto, surgen las primeras disensiones, los celos, los cristianos procedentes del paganismo, los gentiles, y los procedentes del judaísmo se enfrentan, porque “ la Caritas” de entonces, daba mejores bolsas a los pobres judíos ( huérfanos y viudas) que a los pobres cristianos gentiles, y llevan esta protesta a La Iglesia, a los Apóstoles. Y éstos la escuchan, no les mandan rezar y aguantar, escuchan a la Iglesia de base, y deciden crear el diaconado, para que se ocupe de las acciones de servicio, pues ellos deben ocuparse de predicar. Hechos VI; 1-7
Es una primera disensión que se salda positivamente
Más tarde nos encontramos con los judeo cristianos procedentes del grupo religioso judío de los fariseos, que se empeñan en la circuncisión, hoy puede que esto nos resulte baladí, pero no lo es. No podemos olvidar que la circuncisión aparece en la Escritura como mandada por el mismo Dios, que era tan importante, que pasaba por encima del Sábado, incluso el mismo Jesús, El Señor había sido circuncidado, y San Pablo para calmar a los judaizantes, circuncidara el mismo a Timoteo, así pues era una cuestión importante.
Esto lleva a que los Apóstoles se reúnan, y que envíen el resultado de esa reunión por medio de Pablo y de Silas, al resto de los hermanos en él que hacen hincapié en una cosa.
“ Nos ha parecido al Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más reglas de las necesarios, que os abstengáis de la fornicación, de la sangre, de lo ahogado, y de las carnes inmoladas a los ídolos, de todo ello, haréis bien en absteneros. Salud.”
Hechos XV, 5 - 30
Con esto no se arreglo todo, y pronto vemos a Pablo, enfrentándose a los corintios, que empiezan ya a marcar las divisiones.
“ yo soy de Pablo, yo de Cefas, yo de Apolo, yo de Cristo”... Pablo recuerda que todos y cada uno, somos de Cristo, que es el Único que nos rescato con su sangre, Pedro, Pablo.... han sido sólo instrumentos, lo que cuenta, y lo que importa es ser de Jesús, ser de Dios, el resumen podría ser. “ Sólo Jesús salva”
1 Cor, I, 10 -16
La partición del Pan en las casas, la celebración de la Eucaristía acompañada de una comida, degenera en una “ francachela”, unos pasando hambre, otros” empachados, y borrachos” Pablo interviene, coloca la Eucaristía en el sitio digno que le corresponde, y les manda que coman en sus casitas, y no den aquel espectáculo deplorable.
Se habían separado, el ágape de la Eucaristía. 1 Cor, XI; 17-33
En la epístola a los efesios, el Apóstol, recrimina a éstos por sus divisiones, y les manda vivir unidos a Cristo y en Cristo unos a otros, a fin de alcanzar la Unidad perfecta en Cristo, alcanzar la Unidad perfecta, la Iglesia es Una, pero del mismo modo que es Santa, y sus hijos no somos santos, salvo los de la Iglesia triunfante, del mismo modo Ella es Una, pero nosotros no, y tenemos divisiones, contra las que debemos luchar y superar, la Unidad perfecta la conseguiremos sólo en l a Casa del Padre. EF IV 1-14
El Apóstol Santiago, recrimina mediante un ejemplo a los que desprecian en sus asambleas a los pobres, a los que reservan puestos, destacados a determinadas personas.
Sant. II 1-13
Y San Juan, condenara y prohibirá incluso se les salude( muy ecuménico Juan, no era) a los que niegan la Encarnación del Verbo. 1 Juan II; 18-24; IV 1- 6
Así eran nuestros primeros hermanos, los que nos antecedieron en la Fe, no eran como los de Quo Vadis, nos muestran una Iglesia humana y divina, con luces, provenientes de Dios, y sombras puestas por nosotros, pero que por encima de todo, permaneció unida, que no fue derrotada, y que supo superar el temporal como antes, la barca de Pedro lo había superado en mar de Galilea
Maite
pero que por encima de todo, permaneció unida, que no fue derrotada, y que supo superar el temporal como antes, la barca de Pedro lo había superado en mar de Galilea
Estoy contigo en el fondo, aunque esta frase me da lugar a una pequeña reflexión.
La iglesia Una permaneció siempre unida? Al nivel de su misterio, de su esencia, la Iglesia ES una, pero en su realidad visible, está dividida, no permanece unida. Unas "iglesias" enfrentadas con otras, Iglesias que no se crearon de la nada, sino que son escisiones de la Iglesia Una. Para nosotros los católicos, son las otras Iglesias las que se escindieron, pero para ellos, para muchos de ellos, sería la católica la escindida, por infidelidad. Uff, a ver, de veras, de veras, de veras: ¿Respondemos a la imagen de la Iglesia de Cristo, la Esposa sin mancha ni arruga, preparada con sus más hermosas galas (virtudes) para el Esposo? Cada uno de nosotros somos a la vez parte y plenitud de la Iglesia... ¿Realmente vivimos ese misterio de la Iglesia una en nuestro corazón, en nuestra mente, en nuestras acciones, "sin mancha ni arruga? Si digo esto no es precisamente por desamor a la Iglesia, sino por todo lo contrario... para que no identifiquemos falsamente la Iglesia Una, para que no caigamos en dualismos que nos llevarían -como tantas veces- a dar por santo y bueno lo que no lo es. Es un problema de dualismo y esa man´`ia que tenemos siempre de la autojustificación.
¿Nunca fue derrotada? ¿Qué es la derrota? ¿La Iglesia ha superado el temporal? ¿Lo superó la "barca de Pedro", o bien Jesús en la barca de Pedro? Simplemente eso. La barca de Pedro no podría estar a flote sin el Espíritu Santo que la lleva constantemente en medio del temporal, en medio de la incapacidad de remar de los discípulos sobrepasados por el temporal, en medio de tantos agujeros que "hacen agua"... Y de la pesca, no digamos, sin su Palabra, por mucho que echemos las redes... "Hemos estado pescando toda la noche...." "Tirad la red..."
Las mil derrotas de errores humanos jalonan nuestra historia como Iglesia, son todas nuestras derrotas personales en la fidelidad a Cristo. Y también todas las derrotas institucionales cuando, aun remando la barca, la han llevado tantas veces a "hacer agua" por las pretensiones tan humanas de poseer la verdad, de tener la razón, ante otros que nos la discuten... Cuando los discípulos discutían sus prerrogativas, Jesús les recuerda de inmediato: "Quien quiera...." "Los últimos serán los primeros" "El más grande será el servidor de todos" etc. etc. etc.
Sí, la barca supera los temporales, pero sin la palabra de Jesús que amaina las tempestades, la barca caería; no sería nada. Si sabemos que no sabemos superar los temporales, tendremos mucha mayor probabilidad de que Jesús amaine el temporal para nosotros, de que llene nuestras redes, y nos prepare la Mesa donde podamos participar plenamente en su Misterio de Unidad.
No es fácil, nada fácil. Nada... y me viene a la mente cuando muchos le decían a nuestro papa Pablo VI que simplificara la institución de la Iglesia, agobiado de llevar una barca tan dificil de llevar respondió: "Qué queréis?" Que me vaya con una barca a pescar? Digo esto porque no creo tener solución alguna en mis manos. Como no la tuvo Pablo VI, ni nadie. Somos siervos inútiles.
Nuestro amor a la Iglesia ha de ser mayor que el que le tenemos habitualmente, y este amor no depende de crear una burbuja llena de luz que quite toda sombra y donde la Iglesia esté protegida de toda mancha... Una Iglesia en tercera persona... Sino que cada uno de sus miembros seamos lo que estamos llamados a ser, en debilidad, si, pero aun con lágrimas que podamos decir siempre con Pedro: "Señor, tú sabes que te amo" "No mires mis pecados, sino la fe de tu Iglesia, la tuya, la que creaste desde el principio, la Esposa, la de todos estos pobres pecadores que te seguimos y amamos por encima de toda otra cosa..."
Y así seguir como hasta ahora, equivocándonos, remando tan bien como sabemos, que es muy poco; pero confiando en su Palabra y en su Espíritu que está con nosotros y en nosotros; qaue nos hace fuertes en nuestra debilidad, Unidos en nuestra multiplicidad. Pobres, pero revestidos con su traje de bodas, el que nos fue revestido el Día de nuestro bautismo.. y que aceptamos y deseamos como invitados del Banquete del Reino.
Más vale que nos hagamos preguntas, que nos sigamos haciendo preguntas, que no dejemos las respuestas cerradas, solucionadas. Una pregunta abierta es algo vivo. Una pregunta cerrada suena como un ataúd a punto de que le pongan la tierra encima... y nos exponemos a que el muerto se convierta en un fantasma que aparezca constantemente en nuestro "paraíso de perfecciones".
Porque si constatamos la desunión es para invitar a la Unidad, si constatamos la debilidad no es para quedarnos fatalmente en ella, sino para decirnos que si la carne es débil, es Espíritu nos da la Vida, y así, cada día de nuevo, a cada instante y a cada paso, "convertir" nuestra mirada hacia Dios, convergentes en Cristo que es la Luz que nos guía en las tinieblas. Y si miramos hacia la Luz todo será luz, y el mundo dividido en el que parece que Dios no está, lño podamos ver de nuevo como el "mundus" creado por Dios, hermoso y en plena armonía, en el que ni un cabello de nuestras cabezas, ni una hierbecilla de los campos abandonados escapa a su mirada de amor.
¿A quién iremos, Señor? Solo tú tienes palabras de vida eterna
Lo gracioso es que para mantener la Unidad en momentos "difíciles", se cierran filas, se uniforma el pensamiento, la dureza del lenguaje aumenta, se defiende una superestructura,... La verdad es que las leyendas negras de la Iglesia son cuentos para niños. Y luego quedan secuelas: llevamos acumulando secuelas 2000 años, más o menos.
Seibei Iguchi dixit.
Si Buce, llevamos tantas secuelas como heridas lleva el Crucificado.
Cuando digo carne y Espíritu, no estoy hablando de dos partes de nosotros mismos, sino en el sentido bíblico en que las carne significa al hombre, a la criatura, y el Espíritu, con mayúsculas, es el Espíritu Santo.
Y si hay alguien que no sea débil, le respeto, quizás tenga razón, Dios lo sabe..., pero yo no soy fuerte sino que solo Dios es fuerte en mí. Y esta es la imagen que veo de la Iglesia, hecha de nuestra carne herida y crucificada, pero unida al Espíritu que la guía y le da Vida. Con todas sus secuelas, sí, pero viviente. Cada uno de nosotros contribuimos a sus heridas y secuelas, y también en cada uno de nosotros, si nos mueve la fe y el amor, el Espíritu guía "con mano fuerte y brazo poderoso". Aquello que se realiza en cada cristiano, se realiza en la Iglesia.
¿A quién iremos, Señor? Solo tú tienes palabras de vida eterna
Es fuerte en ti Dios o la Verdad, la Fe, el Amor, el deseo de armonía y paz, la alegría,...? Dios no es una entelequia fuerte.
Seibei Iguchi dixit.
Ni entelequia fuerte ni entelequia débil.
¿A quién iremos, Señor? Solo tú tienes palabras de vida eterna
Ya! Entonces?
(y ahí es a dónde vamos)
Seibei Iguchi dixit.
Que soñar con una Iglesia sin heridas ni secuelas es como querer a un Crucificado sin heridas y sin ombligo.
¿A quién iremos, Señor? Solo tú tienes palabras de vida eterna
Aaahhhh! Por lo que dices no íbamos al mismo "lao".
Seibei Iguchi dixit.
Eso me parece, se entrecruzaron los cables.
¿A quién iremos, Señor? Solo tú tienes palabras de vida eterna
Maricruz, te quiero!
Seibei Iguchi dixit, y las veces que haga falta (aunque no tienes la exclusividad).
jajajajajajajaja.
Quizás, hasta logres despertarme el buen humor que tengo aletargado por la calor aplastante de Agosto.
Sí, ya lo sé;si mal no recuerdo es la segunda o tercera declaración que haces en ETF, y si vamos añadiendo por delante de la lista a tu novia y a tus mejores amigos... quizás esté al final de una larga cola. Me conformo si me llega una miguita para compartir el pan y la sal.
¿A quién iremos, Señor? Solo tú tienes palabras de vida eterna
Lo que me interesa de las comunidades primeras o últimas es lo que acabo de sentir al entrar en la página.
Vengo de diversos agobios mundanos y ha sido entrar en la pagina principal y sentirme como en la Residencia de Jesuitas donde vivía mi tio: en un lugar de oración.
Para quienes no somos muy practicantes y no practicamos la oración continua, esto es lo que nos dan las comunidades: una sociedad que ora.
Kim
Sin la oración, la vida divina en nosotros deja de ser percibida. Tienes razón, Kim, que necesitamos percibir la quietud y la intensidad que emanan de un lugar de oración, de una comunidad orante. Por ejemplo, me he dado cuenta que la calidad de la vida parroquial está influida muy directamente por la vida interior de las personas que la componen, desde el sacerdote hasta el que se sienta en el lugar más lejano. la vida interior no es algo que se perciba con los sentidos, pero es algo... como que se respira. Y en comunidad es cuando la compartimos de una manera tangible.
Las comunidades primeras se reunían para la "Partición del Pan", para la Eucaristía, pero la realidad de su vida cristiana se desarrollaba en todo lo cotidiano, también en el tiempo en que no estaban reunidas en comunidad. Exactamente como nosotros, en la actualidad.
En la reunión comunitaria de la Eucaristía recibían el estimulo, la fuerza interior compartida, la presencia de Jesús en cada miembro, la seguridad del Dios vivo que les transformaba y les unía con el Pan, de manera que recibir el Cuerpo se ha llegado a llamar la "Comunión". Es decir, la unión de todos en uno, en Cristo, en Dios.
La "oración continua" es el arte del "vivir cristiano", es decir, es el tener siempre el corazón atento y unido a Dios, en la palabra y en el silencio, en la quietud y en el trabajo, en el juego y en el recogimiento, en la soledad y en la compañía, en el gozo y en el sufrimiento... Nuestra vida entera es la escuela del Amor, continua espera y, a la vez, realización de las promesas recibidas.
En San pablo los "bienes eternos" son descritos unas veces como futuros y otras como ya realizados y presentes, activos en cada cristiano y en la comunidad. Vivimos en la espera y ya hemos sido liberados, vivimos en la muerte y ya hemos resucitado, mientras esperamos el cumplimiento y la plenitud total de todo, ya poseemos ese todo... Nos debatimos en nuestra ignorancia y obscuridad mientras la Luz nos envuelve y muchas veces nos deslumbra, dejándonos siempre con la sed. Ya que cada vez que Dios nos satisface es para darnos más sed de Él. Y así, como si nada, Dios se va haciendo cada vez más el centro de nuestro ser, el sentido de nuestro vivir y de nuestro morir, y esto solo en la medida en que nos vaciamos de nosotros mismos para dejarle a Él todo cuanto somos... Solo entonces, en Él, podremos encontrar nuestra verdadera identidad, percibiendo como se deaarrolla invisiblemente en nosotros el cuerpo de resurrección, por el que veremos la piedrecita blanca donde nuestro verdadero nombre estará escrito indeleblemente.
Por eso es importante orar, dirigir nuestro corazón a Dios, no solo en la capilla silenciosa, sino también desde nuestra pobreza, ignorancia u olvidos, en cualquier situación en que nos encontremos; solo así podremos esperar encontrar el rinconcito sereno y silencioso que también necesitamos, para descanso de nuestras agonías cotidianas y constatar que la paz es posible, y no solo un sueño irreal con el que intentar escapar a las penas que nos envuelven. Viviendo en la fe y la espera, hasta que llegue el Día en que ya ningún velo nos prive de su plenitud.
¿A quién iremos, Señor? Solo tú tienes palabras de vida eterna
No lo entiendo, la verdad
EN qué te podemos ayudar, Inma? Si dices un poco más concretamente lo que no entiendes, trataré -o algún otro- de aclarártelo.
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«A la Biblia le podemos hacer decir cualquier cosa y lo contrario» (P. Jordi) El criterio de su verdad es la caridad.
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