Hola, días pasados me pregunta un joven acerca de métodos anticonceptivos; me sorprendió un poco porque lo conozco a él y a su novia de la Parroquia; esto es, chicos de vida eclesial.
Más allá de que no pude acertar una charla más profunda como el tema merecía; me sorprendió más la intervención de personas, algunas de ellas formadoras de jóvenes, con un discurso bastante confuso, como pretendiendo acomodar la enseñanza de la Iglesia a los nuevos tiempos; cosa que en sí no considero mal, mas sí juzgo negativo que para eso se confunda a los chicos sobre qué dice y qué no dice la Iglesia.
Más allá de todo esto, me pregunto: ¿no estamos dejando demasiado solos a los jóvenes? ¿no deberíamos generar nuevos espacios en los que la verdad de la Fe ilumine sus realidades, a partir del diálogo que les ofrece el mundo de hoy?
En fin, esas cosas; yo me pregunto también si no estaré siendo demasiado pacato mirando la realidad de los jóvenes sólo desde mi perspectiva, que es muy otra.
Como he dicho en otras ocasiones, las cuestiones de moral concreta no son lo mío, y no me atraen demasiado; ahora bien, así como opinión muy en general, yo creo que estamos en el momento de realizar una reducción a lo mínimo esencial. Con esto quiero decir que las cuestiones de la vida concreta iluminada por el evangelio, no pueden plantearse fuera del contexto de esa iluminación del evangelio, que no parece muy posible de manera colectiva en este momento mundial.
Me parece que los creyentes debemos pertrecharnos para atravesar una época en donde lo fundamental no sea aconsejar a los demás, dar reglas a los demás, iluminar a los demás, por muy claro que tengamos todo ello, y aunque los demás sean de los nuestros, sino conservar lo poco que no es dado a cada uno. Conservarlo, atesorarlo, hacerlo crecer en el horizonte de la experiencia personal con Jesús; y recién cuando vuelva a ser posible experimentar (no imaginar que experimentamos, ni proyectar la fantasía de que experimentamos) una comunidad creyente, volver a plantearnos temas que hacen a las reglas de vida de esa comunidad, y que incluso puedan ser extensibles a la sociedad, etc.
Es verdad que hay una doctrina de la Iglesia sobre la concepción y la anticoncepción... pero ¿qué valor y significado puede tener esa doctrina desgajada de una experiencia de la vida como un don recibido que no nos pertence, comenzando por la propia?
Entonces puede ser posible decirle a los jóvenes (o a los adultos si vamos al caso) con toda claridad la doctrina de la Iglesia al respecto, en vez de ser ambiguo y evasivo, pero lo único que logrará semejante claridad es hacer crecer la autocomplacemcia del que la enuncia.
Pongo como ejemplo cuando el Papa en esa entrevista, hace poco, sacó la cuestión de las gomitas en una cavilación respecto de un mundo de prostitución que inhumaniza al ser humano, y engarzó esa cuestión -que era una meditación en voz alta- en una ascendencia hacia la valoración de la propia humanidad. Es indiferente si los traductores escribieron bien "prostitutos masculinos" o si se equivocaron y pusieron "la prostitución" o "las prostitutas", líos de traducción del que nos enteramos merced a tanta gente rectamente formada en el catolicismo como hay por internet. La cuestión decisiva es que de un lado se rasgaron la vestidura porque el papa no había recitado la gomidoctrina en octosílabos, y del otro se pusieron a aplaudir como si el papa hubiera bendecido la dispensación de látex a la salida de misa.
Cuando ya no es posible ni reflexionar colectivamente sobre algo (y no digo reflexionar yo, sino dejarlo al pobre papa que reflexione un poco en voz alta), es que ha llegado el tiempo de, como dice el Apocalipsis, "mantenerte firmemente en lo que tienes". Pero lo que tenemos no es un conjunto de doctrinas, sino una experiencia personal de Jesús que nos ha encontrado, y eso solo -pequeño, y sobre todo, difícil de contar, pero muy, muy real- es lo que vale.
Con perdón Marcelo por mi cierto off-topic, pero es que tu cuestión vino a encontrarse en un punto donde andaba mi mente en un momento de estos días.
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«Mi corazón está vacío de verdadero saber, acógele entre tus brazos.»
Un buen libro sobre el tema es "El sexo que no conoces" de Ksawery Knotz, editorial Planeta.
Gracias Abel y Jorge por sus respuestas.
No me parece off-topic lo que planteás, Abel. Lo encuentro ilustrativo.
¿No estamos dejando demasiados solos a los jovenes?, ¿no deberiamos generar nuevos espacios en los que la verdad de la Fe ilumine sus realidades, a partir del dialogo que les ofrece el mundo de hoy?.
Tu lo has dicho Marcelo, hagamoslo.
Pon un ejemplo, un caso concreto, veamos como podemos ayudar, y veamos cuantos jovenes vienen y opinan en nuestros temas.
Estoy de acuerdo contigo Marcelo, solo evangelizando es que se evangeliza.
El caso que tu propones, puede ser un tema de grande reflexion en el mundo entero, la internet nos permite meditar acerca de un tema muy lejano a nosotros y sin ni siquiera pensar en el nombre de sus actores.
Animo Marcelo, pon el tema.
Saludos, Julio
Hola Julio, en realidad; no tengo propuesta; sólo preguntas.
Y en esto de evangelizar -de lo que tengo apenas una palidísima idea- y sólo por haber sido más o menos evangelizado, no evangelizador; me tomo de lo concluído en Aparecida: ser Discípulos y Misioneros. En mi caso personal, trato de ser discípulo; y no mucho más.
Si bien traje a colación un tema específico; quizás lo que más me chocó fue que nadie expresara (y me incluyo) que hay opciones intimísimas que deben ser adoptadas en ese ámbito personal y de pareja.
Algo que me dejó pensando es que lo que me respondió Abel fue, palabras más o menos, lo que me contestó el Párroco cuando hablamos sobre el tema.
lo que me respondió Abel fue, palabras más o menos, lo que me contestó el Párroco cuando hablamos sobre el tema.
No sabría decirte si eso es bueno o es malo....
Lo que se dice fiarme, no me fío mucho de las cavilaciones de los párrocos, dicho esto muy en general...
De paso, y aprovechando que te recomendaron algo para leer, te comento un cuadernillo que incorporé hace poco a la biblioteca: http://.www.eltestigofiel.org/lectura/biblioteca.php?checks=1&query=Adolescentes+frente+al+SIDA .
Está muy bien. Aunque el título refiere al sida, es un poco más amplio, y en un lenguaje accesible por los jóvenes; al menos los puede ayudar a reflexionar en la cuestión de la sexualidad, que es lúdica pero no un juego.
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«Mi corazón está vacío de verdadero saber, acógele entre tus brazos.»
JA JA!! Este párroco es de cavilar más bien poco.
Gracias por el enlace al libro; que ya bajé. Será la lectura de esta noche.
Saludos en Cristo,
M
Hola Marcelo.
Con ser bautizados, formamos parte de la Iglesia. Nuestros parrocos son, o deberian de serlo, lo mas cercano que tenemos para conocer de las cosas de Dios.
Una es la realidad cuando somos jovenes y estudiamos en colegio de curas o monjas, alli tienes mucha gente que con su ejemplo de vida puede de veras formarte.
El problema para nosotros, cuarentones de edad, es que no estudiamos ni en colegio ni en universidad, y que de las cosas que pasan en la vida muchas de las cosas nos tocan de nuevo, somos novatos en tantas cosas que para acertar es mejor recordad cuando nos enseñaron de jovenes, ir a misa, buscar gente como nosotros que busca de veras seguir a Cristo.
Y aqui estamos Marcelo, somos fieles cristianos, de edad mediana, de varios oficios, con distintas educaciones (años de estudio escolarizado) que tenemos un motivo en comun para reunirnos en ese foro: somos catolicos.
¿Te das cuenta Marcelo?.
Por favor, tu eres el que trajiste este tema, te invito por favor que pongas un ejemplo de vida, y luego cada uno de nosotros lo vamos hilando: unos lo haran muy bien, y de sus conocimientos todos aprenderemos, otros lo haran de forma mediocre, y aprenderemos como responder a los que no nos escuchan para aprender, sino para molestar; en fin Marcelo, aprenderemos y quiza Dios en su infinita bondad use este medio para santificarnos, animate marcelo.
Por favor, pon un tema y nosotros contigo lo analizaremos.
Gracias
Atte.
Julio Andrade Rodriguez
memento semper ascendere
Leyendo el post inicial, de Marcelo, me pregunto sobre los "tiempos nuevos". Qué es eso de "tiempos nuevos"?
Los "tiempos nuevos" son tiempos en los que hay que tener "relaciones prematrimoniales", como se decía?
Son tiempos en los que se alarga demasiado el "noviazgo", como se decía, y no hay más que hablar?
Son tiempos anárguicos en los que no se aprecia el matrimonio como un contrato público?
Son tiempos en los que la "sexualidad coital", valga la expresión, está hipervalorada?
Son tiempos de debilidad de espíritu como el de la veleta que va según sopla el viento?
Qué cosa de la "enseñanza de la Iglesia", supongo que la expresión se refiere al Magisterio, hay que acomodar a los "tiempos nuevos" para hacerla más cómoda? Alguna vez el Magisterio se rige por la comodidad?
Quien esté libre de pecado que tire la piedra, pero creo que la honestidad debería sobreabundar para encontrar respuestas válidas al trema este de los jóvenes, anticonceptivos e Iglesia.