Hola gente como estan... tanto tiempo... tengo una pregunta... desde el punto de vista doctrinal hay algunos postulados de la fe que no se pueden negar ya que constituyen dogmas... ahora bien el complejo drama del aborto no está en las columnas dogmáticas... hasta donde puede discutirse o plantearse grises sin caer en el dogmatismo de considerar que todo, absolutamente todo aborto es asesinato?
Gracias gente
Ariel
Personalmente, el planteamiento que yo me hago en lo del aborto es si hay de por medio un ser humano o no. Si lo hay, no sabría defender por qué en lo del aborto habría que aplicar unos criterios distintos a los que aplicamos en cualquier otra situación en la, por lo que sea, un humano se convierte en un problema para un semejante.
No creo que haga falta declarar dogma lo que, una vez aceptado el quinto como animal de compañía, está al alcance del sentido común. Que sea la ciencia la que nos diga cómo hacer la bomba, que ya nos encargaremos nosotros de hacerla y de decidir, sin necesidad de recurrir a dogmatismos, si la lanzamos o no.
La pregunta entonces sería: en el caso de que haya dos vidas en riesgo (por decir algo, la de la madre y la de hijo), ¿cual vida es mas importante?
Sin la menor duda, la eterna para ambos.
Aunque claro, referido a la terrena, y si ahondas un poco preguntando a cada cual, cada uno pensará que la más importante es, cómo no, la suya propia .
Diferecia: a diferencia de la madre, el feto no puede dar la vida por su madre.
Otra: si el feto mata a la madre... lo hace sin querer. Si la madre mata al feto, lo hace sin queriendo.
Puestos a malas, el feto no tiene elección; la madre sí.
Para el hombre, imposible, más para Dios...
Esa pregunta "la madre o el hijo" parece ya muy antigua y no es un tema de aborto, sino de sobrevivir a una situación grave en el momento del nacimiento.
Que yo sepa la Iglesia no ha hecho nunca un gran pronunciamiento sobre la elección a tomar, que generalmente la hace la madre cuando es consciente o el padre de la criatura. Nunca la hace el médico. Se trata de situaciones extremas que dejadas a su albir conducen a la muerte a los dos.
Sucede que hoy día, gracias a Dios y a la técnica de la cesárea rápida estas muertes en el parto se evitan en gran parte.
Quizás la Iglesia jamás diga claramente "quién" ha de morir en caso de elección inevitable, como el caso de esa santa madre italiana que, para no matar al feto que tenía en sus entrañas, no aceptó la urgente y necesaria operación de cancer y llevó a término su embarazo, y su propia vida. Fue ella quien eligió la vida de su hijo, con generosidad cristiana. Por algo la proclamaron santa, lo que significa, ponerla como un bello ejemplo de espíritu cristiano para nosotros.
El ideal de la virtud heróica siempre lo tenemos en nuestros santos, pero no siempre los cumplimos nosotros. Sabemos que Jesús nos dio el modelo de "dar la vida por": los amigos... y los pecadores. No nos impone la cruz, pero nos invita a llevarla si queremos seguirlo.
En cuanto al dogma. Los contenidos de nuestra fe cristiana están expresados en el Credo. El problema a lo largo dela historia ha sido que para evitar interpretaciones desviadas y conflictivas sobre una realidad criatiana, se han dado definiciones dogmáticas para solucionar ese conflicto en materia de fe. No hace falta dogmatizar por cualquier motivo o cualquier cosa. La moral es la conducta que deriva de la fe vivida con sinceridad, siguiendo los mandatos divinos expresados con claridad.
No matar es un mandato inapelable. La interpretación moral intenta guiar en estas decisiones conflictivas, como la que expones, sobre a quien salvar cuando la vida de los dos está en peligro y para salvar a uno hay que dejar morir al otro. No estoy segura que la Iglesia se haya pronunciado sobre estos casos, dejado a la conciencia de los padres, y ellos darán cuenta de sus decisiones ante Dios. Cada caso es diferente en moral, y aunque hay cosas que son muy claras, no siempre cada caso particular lo es. Los moralistas lo tienen crudo...
Lo que nos resulta claro es que la moda actual de eliminar fetos considerados "defectuosos" no es para los cristianos moralmente aceptable. Y no solo por las veces que los médicos equivocan ese diagnóstico. Conozco parejas que se han saltado el consejo médico y han tenido un hijo perfectamente sano y no con minusvalía profunda, como se les aseguró. Y también los casos que aceptan el hijo tal como es y eso significa un enriquecimiento en el amor y la unidad familiar, además de los sacrificios que imponga el hijo enfermo o minusválido; sacrificios que, por otra parte, contribuyen a madurarnos como seres humanos e hijos de Dios.
Hoy día, las mujeres necesitan un plus de educación humana y cristiana para resistir las presiones que se encuentran, cuando quedan embarazadas, presiones sociales o médicas para aceptar situaciones y "soluciones" que en realidad no desean y que rechazarían felizmente con una verdadera información y la ayuda necesaria a su situación.
Uno de los derechos de la mujer escandalosamente alienado es su derecho a la maternidad; un derecho conculcado constantemente, principalmente desde la deseducación proporcionada desde los medios informativos, o mejor aun: (de)formativos y (des)informativos. El derecho a que la sociedad acepte y sostenga la maternidad como algo esencial para la salud nacional está aparatosamente arruinado.
Compadezco a los médicos con conciencia que seguramente son presionados de la misma manera por el cuerpo médico. El juramento hipocrático está haciendo aguas por todas partes...
¡Que Dios ampare a los valientes!
¿A quién iremos, Señor? Solo tú tienes palabras de vida eterna
El aborto siempre ha estado encuadrado dentro del precepto "no matarás", tanto en el AT como en tiempos neotestamentarios. Ya en la propia Didajé se dice que los cristianos se distinguen de los paganos, entre otras cosas, en que no abortan. Por lo tanto a ojos de la Iglesia, el aborto siempre ha tenido una cualificación negativa, siempre ha sido considerado como un mal. Ahora bien, incluso ante el precepto de no matar la Iglesia considera que hay situaciones escepcionales en las cuales el precepto no es absoluto, como es el caso de la legítima defensa o de la guerra justa (defensa ante el ataque por parte de otra nación). En estos casos la Iglesia nos dice que la muerte del agresor, si es inevitable y sirve para preservar la propia vida, no sería considerada como pecado. En el caso del aborto la única situación en la cual este no sería considerado como pecado sería cuando es resultado no directo de un tratamiento médico destinado a salvar la vida de la madre.
En ambos casos, por tanto, la muerte de otro es considerada no como algo positivo, sino como el resultado inevitable y no buscado por sí mismo de preservar un bien (la propia vida, la vida de la madre). ¿Inevitable? Incluso en esas situaciones límite la Iglesia nos dice que tenemos libertad de elección y que, por lo tanto, aunque pueda ser lícito quitar una vida, existe como dice San Pablo, un camino mejor. Cuando se hace santos a los mártires de una persecución religiosa (que legítimente podrían haberse defendido), o a una mujer que muere por no someterse a un tratamiento que habría acabado con la vida de su hijo, lo que nos dice es que dar la propia vida por amor es, si no lo exigido (porque no se puede obligar a ser santos), sí lo mejor, pues es lo que hizo nuestro Modelo a seguir: Jesús.
Un abrazo.
La edad promedio primer parto en Venezuela está alrededor de los 12 años y medio (PROMEDIO)
Si es virtud extrema el dejarse morir por salvar al hijo, entonces queda implícito que la madre que escoje vivir está haciendo mal, o de alguna manera "no es buena".
A veces siento que esta manera de discutir el aborto es mas abuso que el aborto, las violaciones, las opiniones de los que jamás pusieron su vida en riesgo pero tienen siempre algo que decir (incluyendo a los papás de las criaturas) Y el crimen horrendo que comete un país como el venezolano contra sus niñas, todo junto.
¿Y el aborto es entonces la solución? El aborto es precisamente lo mejor que se ha inventado para que los "papas de las criaturas" sigan a lo suyo, fabricando criaturas sin asumir la responsabilidad de sus actos. Yo creo que el aborto, lejos de ayudar a la mujer, es una más de las múltiples violencias que se ejercen contra ella, pues deja en ella unas profundas heridas psicológicas muy difíciles de sanar.
El hecho de que una madre decida someterse a un tratamiento para salvar su vida, su vida, tratamiento que suponga el aborto de su hijo, para mi no es optar por algo bueno, pero no nos engañemos, no siempre se puede optar por algo bueno y además sacrificar la propia vida, aún siendo la máxima virtud es algo que no se puede exigir a nadie precisamente porque no es al que esté al alcance de todoel mundo sino al alcance de unos pocos (si no fuera algo excepcional no sería algo a tener en cuenta para beatificar o canonizar a nadie).
El aborto es ciertamente un asunto con muchos grises, en el que a veces es muy complicado optar no ya por el bien, sino la mayor parte de las veces por lo menos malo, y que en todo caso nunca es algo que se decida en abstracto, sino en caliente, con muchos miedos, traumas y presiones que condicionan la decisión de la me, por lo cual en casos extremos yo no me atrevería a juzgar ni mucho menos condenar. Se ha centrado el tema sobre la culpabilidad de la mujer, pero el aborto es un pecado no sólo colectivo, sino social, en el cual la madre casi siempre es tambien la victima.
Un abrazo.
A veces fantaseo con que la solución pasa por exigir que el padre de la criatura que va a morir ponga uno de sus huevos.
No los dos. Solo uno. Reduciríamos los abortos a uno por tipo, no creo que arriesguen el que les quede. Y quedan para que echen el cuento.
La madre pone un pedazo de su ser, de su útero y un desgarro irreparable en su alma. El niño su vida...
Me parece que el padre bien podría poner un huevo como aporte simbólico...
Pero no me hagan caso. Yo insisto en pensar que mientras la solución a niñas que paren, a mujeres violadas embarazadas, a madres que sienten que sus hijos son amenazas, sea que aborten, el aborto seguirá siendo solución discutible.
Otra cosa será el día que discutamos como hacer para que ninguna mujer llegue a la silla del consultorio del medico, con esa disyuntiva en las manos. Entonces si.
Casos como los de las madres que rechazan tratamientos, y que se debaten entre tener un hijo y dejarlo huérfano o vivir, será una discusión de otro color.
Pero fijate Elena en esto:
- La gran maza de gente que vive en condiciones precarias por lo general no aborta.
- Sube el promedio y se dispara en la calse media/alta.
- El otro día el hijo de uan amiga que tiene 16 años, le comentó a mi marido que hoy por hoy los varones no necesitan masturbarse porque las mujeres de 13, 14, 15 y en adelante, por lo general se te regalan, están más lanzadas, te buscan, etc...y que en definitiva ¿no era mejor antes? (Sic) (otra discución)
- Por otro lado, el índice de embarazos no deseados, sube en la adolescencia, 14, 15 años en adelante. Y vos le mirás la carita a esos futuros padres y pensás : Están más para llevarlos a ver una de Walt Disney que para afrontar la paternidad. En esos casos, le quitaria un huevo al futuro abuelo.
- Lo que creo es que se necesita educación. A los jovenes y a los padres de muchos jovenes que están en otra.
«Que el recuerdo de Jesús esté unido a tu aliento»
La propuesta de Ecasez es impagable
No me gusta plantear estos problemas en términos de "y si algún caso fuera menos" (o más, o lo que sea); el casuismo es siempre fariseo. Entiendo lo que preguntas, Ariel, pero la verdad que no lo veo. No es un problema de si la doctrina está más o menos definida, o de si el grado de certeza dogmática es +4 o +7.
La muerte de un chico porque los padres se lo cargaron porque les molestaba para terminar la carrera es un asesinato, y la muerte de un chico porque la madre tenía once años, estaba sola, fue violada y nadie en su familia le dio una mano, quizás no sea un asesinato, pero es una tragedia. El estado toma con demasiada frivolidad el asunto al declarar que unos entren en los supuestos de una ley y otros no, y que a partir de ello tenemos la línea clara y distinta de qué es tragedia y qué no.
No digo yo que la chica violada vaya a ir al infierno por abortar. No lo creo, pero tampoco lo sé. Pero pienso que los padres de la chica, los amigos de la chica, los vecinos de la chica, los honorables diputados del estado donde vive la chica, el médico que aconseja a la chica, etc... sí que lo van a tener crudo para llegar al cielo. Posiblemente no les importe demasiado, pero la cuestión es real.
Y no se trata sólo del juicio futuro. Es del presente mentirle a la gente diciéndole que no es tragedia lo que es tragedia.
Por lo demás, lo que dijo Maricruz creo que resume muy bien la cuestión de conjunto.
-----------------
«Dios nos ordena hacer con torpeza y lentitud lo que Él podría llevar a cabo con perfección y rápidamente.»
Yo leí la pregunta inicial en un sentido algo distinto, apuntando (más que al juicio general sobre el aborto que cada uno tenga, y la casuística que siga) al papel que le corresponde jugar al magisterio de la Iglesia; qué y cuánto es lo que la Iglesia realmente "sabe" en cuestiones morales, y en qué medida un católico debe apropiarse de este saber y está obligado a ser "ortodoxo" ahí.
Veo por ejemplo esta "notificación" que le cayó al P Marciano Vidal
http://.es.catholic.net/conocetufe/633/1804/articulo.php?id=3401
No conozco ni de nombre al tal Vidal, no leí nada suyo, ni tengo opinión formada sobre él ni sobre este incidente. Pero -contrera que es uno- de a ratos me dan ganas de ponerme en abogado del diablo.
El alegato de la disidencia podría preguntarse si es justificada la suficiencia moral de los católicos (clero y laicos) en ciertos temas... de los cuales el aborto parece el más visible hoy día. Suponiendo que nosotros veamos algo que los otros no ven, no queda claro por dónde pasa esa superioridad: intelecto, moralidad, revelación... vale que sea una mezcla, pero hay buenas y malas mezclas. No queda claro que sea lícito (y menos "tradicional") demostrar que el aborto es malo apoyándose en premisas y conceptos que el mundo "moderno" ha forjado (derechos, ADNs). No es muy claro tampoco que el historial del magisterio apoye estas pretensiones de perspicacia moral; ¿cuántos ejemplos podemos dar, en veinte siglos, de disputas morales de católicos vs resto del mundo ... en las cuales se haya desmotrado que eramos nosotros los que "teníamos razón"?
A mí me es sospechosa esa seguridad (sobre todo considerando que es menos matizada en los católicos de infocatólica que en los obispos y teólogos), y, si creo que la Iglesia tiene un rol necesario de guía moral, no estoy seguro de que aquí estén jugando motivos menos nobles.
Para decirlo un poco brutalmente: Hubo un tiempo en que la Iglesia creía tener atribuciones para juzgar a Galileo, y creía poder extraer con un silogismo, con solo unos versículos de la Biblia como premisas, datos "profanos" seguros sobre nuestro mundo, que un científico católico no podía contradecir. La Iglesia "sabía". De buena o mala gana, la Iglesia se sacó de encima esas pretensiones... mundanas. Y hoy cualquier cura te dice en la misa que "la Biblia no es un libro de ciencias naturales - o de historia". ¿No nos falta recorrer un camino similar con la moral?
Esto alega mi abogado del diablo - y ya veo que lo suyo es demasiado "progresista". Recuerdo, sí, que, tradicionalmente, la materia de la enseñanza de la iglesia con cosas de "fe y costumbres" - no solo fe. Y leo con atención lo que dice (Ratzinger?) en la dicha notificación:
"Aunque el autor afirma ocasionalmente que «la Norma decisiva de la ética cristiana es Cristo» y que «no hay otra norma para el cristiano que el acontecimiento de Jesús de Nazaret», su intento de fundamentación cristológica no consigue conceder normatividad ética concreta a la revelación de Dios en Cristo. La fundamentación cristológica de la ética se admite solamente en cuanto «redimensiona la normativa intramundana del personalismo de alteridad política» La ética cristiana resultante es «una ética influida por la fe», pero se trata de un influjo débil, porque se yuxtapone de hecho a una racionalidad secularizada enteramente proyectada sobre un plano horizontal. En «Moral de Actitudes» no se resalta suficientemente la dimensión vertical ascendente de la vida moral cristiana, y grandes temas cristianos como la redención, la cruz, la gracia, las virtudes teologales, la oración, las bienaventuranzas, la resurrección, el juicio, la vida eterna, además de estar poco presentes, no tienen casi influjo en la presentación de los contenidos morales. Consecuencia del modelo moral adoptado es la atribución de un papel insuficiente a la Tradición y al Magisterio moral de la Iglesia, que se filtran a través de las frecuentes «opciones» y «preferencias» del autor. En el comentario a la encíclica «Veritatis splendor», de modo particular, se nota la concepción deficiente de la competencia moral del Magisterio eclesiástico."
Y, entre otras citas, esto :
"Lo concerniente a la moral puede ser objeto del magisterio auténtico, porque el Evangelio, que es palabra de vida, inspira y dirige todo el campo del obrar humano. El Magisterio, pues, tiene el oficio de discernir, por medio de juicios normativos para la conciencia de los fieles, los actos que en sí mismos son conformes a las exigencias de la fe y promueven su expresión en la vida, como también aquellos que, por el contrario, por su malicia son incompatibles con estas exigencias. Debido al lazo que existe entre el orden de la creación y el orden de la redención, y debido a la necesidad de conocer y observar toda la ley moral para la salvación, la competencia del Magisterio se extiende también a lo que se refiere a la ley natural. Por otra parte, la Revelación contiene enseñanzas morales que de por sí podrían ser conocidas por la razón natural, pero cuyo acceso se hace difícil por la condición del hombre pecador. Es doctrina de fe que estas normas morales pueden ser enseñadas infaliblemente por el Magisterio."
Y no se me ocurriría oponerme. Pero tampoco puedo decir que me resulte completamente satisfactorio, en sí y en su relación con el aborto. Me resultaría más satisfactorio que el magisterio dijera simplemente "El aborto está mal". Cuando pretendemos saber en qué instante (en el tiempo de Newton) hay un ser un ser humano, cuando pretendemos apoyarnos en concepciones (cuando no slogans:) modernos ("derecho a la vida") para oponernos a los modernos y acorralarlos a adversarios con silogismos (eso es un hombre, matar a un hombre es asesinato, el asesinato es un crimen...)... yo ahí, la verdad, ya no me siento cómodo.
Hernan, llámalo silogismo si quieres, pero entiendo que saber si de lo que hablamos es de un ser humano o no es la base sobre la que edificar cualquier discurso sobre el tema. La ciencia es ahí la que nos dicta cuándo empezamos a rodar y de ello se apropia la Iglesia para manifestar que ya desde la concepción somos, y que, si ya somos, incumbe a los demás reconocernos como a un igual, con todas las jodiendas que tal hecho, queramos o no, implica.
La ciencia, por ejemplo, dictamina que cuando el cerebro humano muere, por más que sigamos manteniendo artificialmente activo el corazón, ya no hay ser humano, sino fiambre. Así que, en tal caso, jamás la Iglesia podrá decir que desconcetar la máquina a un cuerpo en muerte cerebral sea un crimen. A tal cuerpo no se le aplican los criterios que se aplicarían en el caso de que sí fuera considerado aún un ser humano vivo.
Entiendo que no es nada cómodo defender la doctrina sobre el aborto en nuestra época, es así, pero peor cruz tienen los fetos.
Un saludo
No digo yo que la chica violada vaya a ir al infierno por abortar. No lo creo, pero tampoco lo sé. Pero pienso que los padres de la chica, los amigos de la chica, los vecinos de la chica, los honorables diputados del estado donde vive la chica, el médico que aconseja a la chica, etc... sí que lo van a tener crudo para llegar al cielo. Posiblemente no les importe demasiado, pero la cuestión es real.
Y no se trata sólo del juicio futuro. Es del presente mentirle a la gente diciéndole que no es tragedia lo que es tragedia.
Tal cual, Abel!
Pues eso, Hernán, que los "buenos" moralistas lo tienen muy crudo, y esas citas que aportas son de lenguaje algo indigesto, pero creo que en el fondo quieren decir lo que tu expresas de manera muy fácil de entender con ese simple "está mal"...
¡Qué suerte tengo de no ser moralista...! Cuando una amiga a la que quería mucho me contó de su adulterio, solo se me ocurrió llorar por ella. Cuando una jovencita de 16 o 17 años me contó destrozada sobre su aborto, se me partió el corazón con ella y por ella...
Si la Iglesia que peregrina tiene corazón... estoy segura que lo tiene muy dolorido.
¿A quién iremos, Señor? Solo tú tienes palabras de vida eterna
En desacuerdo con casi todo. Especialmente con la última frase:
"Entiendo que no es nada cómodo defender la doctrina sobre el aborto en nuestra época, es así, pero peor cruz tienen los fetos."
Ni tiene tiene sentido pesar la cruz de los fetos (¡vaya expresión!), ni es pertinente ese empleo de la palabra "comodidad", como si se tratara de un placer egoísta que corresponde resignar por la "defensa de la doctrina", y que haría más meritoria esa defensa. Yo estoy hablando de una incomodidad intelectual - y que según parece tú no sientes. Bien podría alguien darte vuelta la frase, y aducir que lo "cómodo" es resignarse a esa incomodidad, o cerrar los ojos a ella.
Por ejemplo: http://www.pensamientocritico.org/dansou0903.htm
Hernan, he leído el texto de tu enlace. Me parece una interesante aportación, porque la postura del autor del artículo me parece la típica que yo calificaría como cómoda, pulcra, informada y, en apariencia, absolutamente constructiva y honesta. Pero...
Cuando el autor escribe:
"Ciertamente existen varios acontecimientos que pueden ser destacados en el proceso continuo del desarrollo embrionario. Pero ninguno por sí solo convierte a un embrión en un ser humano.",
le diría que, "fíjate tú, lo que a mí me importa es, precisamente, eso que tú denominas proceso continuo de desarrollo embrionario". A eso, justo a eso es a lo que yo llamaría directamente ser -y humano, para más señas-. Un "proceso" tan peculiar que está llamado a pasar, si nada ni nadie se lo impide, por muy distintas fases de desarrollo -valiente perogrullez-, las cuales, como bien se nos señala, van incluso bastante más allá del nacimiento.
Entiendo que los problemas de esa exposición aparecen cuando el autor decide que el dilema está en tener que elegir cuál de esas fases constituye el portal de entrada a la plena humanidad. Pero vamos a ver, ¿no es más fácil aceptar que, cierta y esencialmente, somos eso: ¡el puñetero proceso!?
Ahora sólo nos queda saber qué nos diría el autor del escrito cuando se le preguntase por el momento en el que él considera que comienza eso tan aséptico del "proceso continuo del desarrollo embrionario". Es posible que en tal caso el abanico de incertidumbres se estrechara.
¿no es más fácil aceptar que, cierta y esencialmente, somos eso: ¡el puñetero proceso!?
Más cómodo, quizás
Pero todo depende. Por caso ¿a tí te resulta "fácil aceptar" que más de la mitad de los seres humanos mueren, imperceptiblemente, antes de implantarse en el útero?Aclaro de paso (y me disculpo) que el enlace aquel lo tiré medio al azar, no me parece especialmente relevante, es solo un ejemplo.
Sí, hay autores que dicen que podrían llegar a 70% los procesos fallidos durante sus primeras fases. Pero pasada esa primera criba, hay bastantes que fracasan antes de los tres meses; luego, no pocos antes de llegar a término el embarazo; y unos cuantos durante el parto. Del resto, de los ya nacidos, millones mueren de hambre, o en terremotos, maremotos, accidentes, enfermedades, etc. Pero no entiendo que aporta al meollo del asunto constatar tales hechos.
Que conste que yo también de los que a cada paso enmienda la plana Dios, pues sus designios se me escapan.
El 100% de los seres humanos va a morir alguna vez, y si hay algo de lo que estamos seguros, es de eso; lo que no incide en absoluto sobre la moralidad del asesinato.
-----------------
«Dios nos ordena hacer con torpeza y lentitud lo que Él podría llevar a cabo con perfección y rápidamente.»
Hay un momento, un lapso de tiempo, en el que la mujer embarazada todavía no es madre.
Es un instante raro. No sabría describirlo.
Pero luego leí que algún sabiondo investigador habló de ese instante como parte del proceso de ser madre: el instante en que la mujer sabe que está embarazada y se apropia del embarazo. Da el sí. Así sea condicionado.
Yo entiendo que en los papeles pueda resultar más o menos claro. Más o menos ininteligible lo que la mujer embarazada debe o no debe hacer.
Para mí es un misterio. Yo siempre me conduje donde me pareció, siempre a oscuras, siempre a tientas.
Y si para mí, madre de cuatro, fue así, m puedo imaginar que para otras mujeres es peor. Así que el desconcierto es total.
Este comentario lo pongo solamente porque todos los que están discutiendo son hombres, y Maricruz.
Quise que la voz de alguien que ha pasado por la experiencia quedara, así sea para decir sandeces.