Hernán ponía en Google+ la referencia a un artículo de un sacerdote yanky sobre el tantas veces debatido tema de si en el infierno hay o no hay condenados. Esa discusión surge una y otra vez, e incluso con los mismos argumentos, pero me gustaría detenerme en uno que era central en el artículo y suele ser central para muchos: parece que si admitimos que el infierno podría estar vacío, se pierde la motivación para hacerse católico.
Es parte de lo mismo que les molestó a muchos -lefevbristas, pero no solo ellos- con la declaración del Concilio sobre la Iglesia, cuando habla de la Iglesia verdadera fundada por Cristo y dice «Esta Iglesia, establecida y organizada en este mundo como una sociedad, subsiste en la Iglesia católica...» (Lumen Gentium, 8) "¡no! ¡cómo que 'subsiste'! ¡ESSSS la Iglesia Católica!" No les falta un punto de verdad: si la Iglesia de Cristo sólo subsiste en la Católica, sin identificarse plenamente con ella, entonces bien puedo ser de la Iglesia de Cristo, y no pasar por el aro de la Católica, con todas sus manías, sus exigencias, sus necedades.... Si la Iglesia verdadera no ES la católica y para colmo el infierno puede estar vacío, ¿no se desmotivarán los católicos de serlo, y se sentirán poco atraídos los de fuera a entrar? ¿no perderemos el "Catholic pride", el orgullo de ser católicos?
Es verdad que es dicutible si la expresión "subsiste en la Iglesia católica" fue la más adecuada, la mejor; y es y será discutible si el infierno tiene condenados o no, y de tenerlos, si son muchos o pocos. Pero lo que creo es que todo eso debe ser discutido en su verdad, no en si nos trae o no nos trae más clientela. No somos un negocio, que necesita vender. Si una cuestión en la Iglesia es verdadera, debe seguir siendo afirmada, aunque nos quite gente, aunque desmotive a participar. Y lo contrario también es cierto: si es falsa, debe ser abandonada como formulación, aunque nos traiga público y las iglesias se llenen.
Por supuesto, abro el tema y cada uno es libre de escribir lo que le parezca, pero mi intención no es discutir aquí la respuesta al problema de "subsiste vs es" ni a si en el infierno hay o no condenados, sino a preguntarme para qué está la Iglesia y cómo debemos actuar en relación a la soberanía de Dios: ¿cómo podríamos ser una Iglesia que realmente crea en su papel mediador, que se entusiasme con el papel que Dios le asignó, y a la vez sin convertirse en controladora de la voluntad de Dios? o enganchada por otro lado: aunque a los seres humanos nos motivan mucho los números y las mayorías, ¿cómo validar la misión de la Igelsia sin apelar a si son muchos o pocos los que la siguen, y a la vez permitiendo que Dios salve como a él mejor le parezca, sin pretender atarlo?
Ahora que se le da vueltas a la cuestión de la "nueva evangelización" creo que son preguntas pertinentes, al menos para no cometer los mismos errores que con la "vieja evangelización". Cometamos errores, sí, pero otros...
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«Muestra las maravillas de tu misericordia, tú que salvas a quien se refugia a tu diestra.» (S 17)
Aunque no es central al tema, el artículo era http://www.patheos.com/blogs/standingonmyhead/2013/08/will-many-be-saved.html
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«Muestra las maravillas de tu misericordia, tú que salvas a quien se refugia a tu diestra.» (S 17)
La vieja evangelización tal vez no haya sido tan mala, si nos permitió llegar hasta aquí... Me refiero a que su efecto ha durado muchos años, más de los esperables...
A medida que te leía pensaba en que durante bastante tiempo se tendió a enseñar que la Iglesia era el lugar en que la gente "se salvaba" en lugar de poner el acento en que era el ámbito en que tenía que ejercer su función sacerdotal, mediadora, bah, lo que decís al final. Y es una pena, porque esa conciencia de mediación es probablemente de las cosas más movilizadores y más capaces de "hacer lío en las diócesis".
Con respecto al infierno, eso de que esté vacío o no está vacío, no es que me preocupe mucho, pero ¿qué significa? ¿que fue creado "por si las moscas"? ¿antes del merecimiento? ¡Este Dios! si me va a terminar resultando "un hombre de poca fe"! Se ve que juzgó que la creación le había salido bastante fallada.
Puse lo de la "nueva" evangelización por contraposición con la "vieja" un poco por ironía; aunque ya se haya establecido como lenguaje, y los papas y obispos hablen de "nueva evangelización", la verdad es que la expresión no me gusta mucho.
No digo que quieran decir esto, pero a mí me suena que estaba todo bien y éramos felices (paraíso), no sabemos cómo se empezó a resquebrajar (seguramente fueron el lobby gay y el lobby abortista, serpiente), así que hay que volver a evangelizar (guerra santa), así podemos volver a nuestro eclesial letargo (sueño eterno)...
La vieja evangelización sí que duró, hace cuatro siglos que lo poco que hacemos está mal hecho (y desde luego, dentro de eso poco no entra evangelizar) y mira que sigue habiendo gente que recibe el Evangelio.
¡Qué pesimista, no? sí, la verdad que estos días un poco, debo leer menos sitios católicos en internet, debo leer menos sitios católicos en internet, debo leer menos sitios católicos en internet....
Respecto del infierno, si es un estado y no un lugar, no está creado antes que la elección que el hombre hace de él. Suponiendo que ningún hombre fuera al infierno, no habría más infierno que el de los demonios. Pero igual no lo sabemos.
A mí me resulta inimaginable un Dios que enseñe a amar a los enemigos y luego prive de su Vista a los pecadores, sus enemigos... pero con esto no quiero decir que yo sé que no va a perderse ni uno solo de los seres humanos. Sencillamente no lo sé, y en mi cabeza no cabe, pero superior es Dios a mi cabeza, y lo que no sé ahora, ya habrá tiempo de comprenderlo, si es que está mal como lo veo ahora.
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«Muestra las maravillas de tu misericordia, tú que salvas a quien se refugia a tu diestra.» (S 17)
Tal vez te esté haciendo mal leer tantos sitios católicos, porque antes de escribir esto
[bcolor= #ffffee; font-family: Verdana, Geneva, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13.333333015441895px; line-height: 16px]La vieja evangelización sí que duró, hace cuatro siglos que lo poco que hacemos está mal hecho (y desde luego, dentro de eso poco no entra evangelizar) y mira que sigue habiendo gente que recibe el Evangelio.
no parece que hayas pensado mucho, porque muestra poco espíritu histórico o demasiado europeo-centrismo.
¿Qué significa? ¿Que Trento fue un fracaso? Flaco reconocimiento a la evangelización de todo un continente, cuya fe se resiste a ser destruida, pese a 200 - 250 años de golpes fuertes para desarraigarla.
De todas formas, entiendo que tu preocupación va por otro camino.
Ok, por favor, no olvides que estoy en una fase antropopesimista y eclesiomaníacadepresiva, principalmente por haberme dado varios días seguidos con Infocatólica y similares (sin omitir tampoco algunos filolefebvristas), por esta cuestión de que hay que saber qué se dice por allí, allá y acullá, para no vivir tan descolgado.
Quizás en vez de 400 años sean 300, la cosa no cambia tanto.
[size= 12px]«cuya fe se resiste a ser destruida, pese a 200 - 250 años de golpes fuertes para desarraigarla»
No estoy demasiado de acuerdo con esa hermenéutica, me da la impresión de que parte de la base que los ataques son externos, ironizando un poco, que baja de un ovni gente mala que quiere destruir la religión; no se diferencia mucho de ese marco muy actual de atribuir la decadencia de la moralidad (occidental y cristiana) a los lobbys gay, abortista, eutanásicos, "cultura de la muerte", etc. Afuera, siempre afuera.
El Concilio de Trento suprimió muchos abusos, reorganizó para mejor muchos aspectos, naturalmente que es innegable su contribución al reimpulso de la fe católica, y podríamos decir que acompañó perfectamente a la constitución de una Iglesia que estaba asumiendo un nuevo papel cuando el mundo se amplió y resultó el doble de grande de lo que era hasta pocas décadas antes.
Pero no es casual que precisamente en la Iglesia del Concilio surja algo así como una revolución francesa, o una mejicana, una española. Esa Iglesia ya no respondía a algo, y no tuvo tampoco interés en averiguar a qué no respondía, le bastó con dictaminar que los que la atacaban eran malos (y lo eran, claro!) y replegarse más y más sobre sí misma.
Por otra parte hay que ver si los golpes son para desarraigarla, no lo sé, tal vez lo sean en unos, pero no en todos. La Iglesia del siglo XVII a lo mejor era adecuaada al siglo XVII, pero no es un buen modelo para siempre, y el que la golpea a lo mejor lo que quiere es que cambie para ser una Iglesia adecuada al XIX, o al XXI.
Te soy sincero: pienso que el pluralismo religioso, el laicismo político, muchísimos aspectos de la secularización, el retroceso del monarquismo, y un largo etcétera no son cosas que llamamos "buenas" porque las mejores acabaron bajo las revoluciones de los últimos siglos, son cosas buenas en sí mismas: nuestra Iglesia post Vaticano II es mejor que la Iglesia de principios del siglo XX, se parece más al hombre que somos nosotros, y a quienes está destinada la Iglesia.
Son muchos temas los que se entrelazan. No podía ser menos porque son varios siglos. Estoy de acuerdo en que tendría que haber habido algún concilio después del de Trento para aggiornarse; digamos hacia el siglo XVIII o principios del XIX. Hubiera sido una gran cosa. Claro que, expulsados los jesuitas, había poca calidad para hacer nada...
Aunque soy fan del Vaticano II, no me animaría a juzgar a la Iglesia de principios de siglo como mejor ni peor que la que le siguió. Tampoco a la de los primeros años del siglo II... Lo dejo para quien corresponda.
Lo que creo es que juzgar Trento por la torpeza posterior para aggiornarse no es muy acertado, más bien habría que pensar en qué había en tiempos de Trento tanto social y políticamente como eclesialmente. Me parece que desde nuestro presente se hace inimaginable aquella sociedad.
Al margen de esto, los ataques a la Iglesia son de dentro, ok sí, incluso se podría decir que los peores son de dentro... pero los de afuera también existen.
Pero al fin... que Dios se arreglará con su Iglesia! Sólo Él sabe qué diantres quiere de ella! Al fin y al cabo, en todos estos períodos, tanto antes como después de Trento en sus sucesivos siglos y antes del Vaticano II, hubo grandes santos...
Mi impresión es que se mezclan muchas realidades, y nosotros nos empeñamos en ver pocas. Por ejemplo:
-Hay cosas que parecen negativas, vienen de adentro, y son negativas (ataques desde dentro)
-Hay cosas que parecen negativas, vienen de fuera, y son efectivamente negativas (ataques desde fuera)
-Hay cosas que parecen negativas, vienen de dentro, y son en realidad positivas , a las que podríamos llamar impulsos de cambio.
-Hay cosas que parecen negativas, vienen de fuera, y son en realidad positivas, y que podemos considerar reclamos que se nos hacen.
... y seguramente ha más combinaciones posibles
No siempre las formas son las mejores, pero imagina la primera generación cristiana, la primera primera:
Vienen unos judíos cristianos (los primeros cristianos eran todos cristianos judíos, claro) a los que no les parecía bien el excesivo peso de la comunidad palestinense entre los cristianos (Hechos 6,1ss)... aunque la mayor parte de los apóstoles fueran galileos, en definitiva se habían centrado en Jerusalén, se habían "institucionalizado" demasiado... posiblemente querían ser excelentes judíos.
Y a unos no les gustó eso, ellos habían creído ser buenos judíos, pero les importaba un bledo el templo, en su vivencia de la fe judía no entraba el templo, eran judíos de habla griega; cuando abrazaron la fe cristiana (lo que no implicaba que dejaran de ser judíos) simplemente vieron que la Iglesia se había achicado... se había jerosoliminizado (uf, cómo costó ese neologismo!)... y fueron con la protesta a los galileos que ahora se las daban de judíos de pura cepa... de judíos de los costados (de las periferias, que diría SS Paco), ahora estaban en el centro, y se habían achicado, en vez de agrandarse, y correspondiente a eso, también había huérfanos y viudas que quedaban fuera, no eran "pura raza de Jerusalén", así que fueron "los helenistas" y les reclamaron que a sus viudas y a sus huérfanos no se los atendía. Los "atacaron", desde dentro... pero tenían razón, entonces no los atacaron, les reclamaron algo que estaba en el mensaje de Jesús, pero para lo que la Iglesia no había sido sensible en esos primeros años, y lo que es peor, para lo que estaba tomando el camino contrario.
Sí, ya sé que nadie sabe quiénes son "los helenistas" de Hechos, porque después de Pablo, que metió en la Iglesia a griegos de verdad, ya no es posible realmente reconstruir esos muy primeros años de la Iglesia, los de antes de Pablo, pero esta reconstrucción es plausible, y a ese "reclamo desde dentro", "adaptación" o "ataque" (según si Hechos lo cuento yo, lo cuenta Religión Digital o Infocatólica) le debemos nadaa menos que la institución del diaconado.
No digo que la Iglesia hoy tenga la libertad creadora de la Iglesia apostólica (no sé, quizás sí, quizás hay que tomarse más en serio la potestad de atar y desatar), pero de ninguna manera el aggiornamiento lo tiene por qué pensar la Iglesia en un Concilio, a veces diez que reclaman desde el costado tienen más razón que cien que se portan bien en el centro...
Lo único que pretendo con esto es mostrar que la misión de la Iglesia se refiere a gente concreta, con necesidades concretas. Debe hablarle a la gente en nombre de Cristo, con cuidado porque el mensaje no es suyo, pero con la responsabilidad de llegar a esa gente como si el mensaje fuera suyo. Si tenemos todo perfectamente organizado y abrochado, pero no le sirve a la desorganizada y díscola gente que nos rodea, entonces es la Iglesia la que no sirve, y tiene que deconstruirse ella misma y rearmarse como pueda, aunque sea ad experimentum. Y si para eso tiene que inventar ministerios (es un decir, es sólo porque tomé el ejemplo del diaconado), que los invente.
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«Muestra las maravillas de tu misericordia, tú que salvas a quien se refugia a tu diestra.» (S 17)
Yo no entiendo que significa la Nueva Evangelización. ( tal vez me perdí de algo) ¿Acaso el mensaje no es siempre Cristo/ salvador/? Porque si hay una nueva Evangelización es porque hubo antes otra, la vieja. ¿Y qué anuncaiaba la Vieja de diferente de la Nueva? Creo que me fuí al infinito y más allá-....
Luz para iluminar a los gentiles ,gloria de Israel, Tu Pueblo.
¿Para qué la Iglesia? Es una pregunta que no tiene una respuesta rápida ni sencilla, por cuanto supone muchas realidades que se entremezclan y co-implican...vamos, que todo afecta/influye a todo.
No sé si digo una burrada, pero tengo la impresión de que en las diversas etapas por las que ha pasado la Iglesia en su historia se ha puesto el énfasis en un "para qué" en detrimento de otros. En unas ocasiones el énfasis estaba en la apertura y el diálogo, en otras en la diferencia y la condena (como reacción ante ataques de fuera y sobre todo de dentro). La Iglesia como continuadora de la labor de Cristo en el mundo, o la Iglesia como lugar de salvación por oposición al mundo como lugar de condenación. Poner el énfasis sólo en un determinado aspecto y oscurecer otras realidades equivale a dar una falsa imagen de Dios. Para mi la "nueva evangelización" (tampoco a mi me gusta la expresión) tendría que consistir en no oscurecer ni ocultar ningún aspecto de la realidad de la Iglesia, en decir las cosas como son, gusten a quien gusten, y no en seguir una determinada "estrategia" para ganar adeptos.
Hay que hablar de Dios como Amor que acoje a todos por pecadores que sean, y hay que hablar también de la responsabilidad del hombre que puede acojer o rechazar ese Amor (y por lo tanto de la posibilidad de la condenación). Hay que hablar de la Iglesia como instrumento de salvación, y también de la Iglesia como "hospital de pecadores". Hay que hablar de los cristianos como "consagrados" apartados para Dios, y al mismo tiempo de los cristianos como servidores de los alejados y oprimidos (porque Cristo se ofreció como rescate por todos, no sólo por unos pocos "elegidos"). Y no buscar el "éxito social" (una sociedad cristiana o un estado confesional), sino preferir ser como "levadura en la masa" o "sal de la tierra", elementos que ejercen su función o influyen en la realidad de manera discreta y prácticamente invisible, pero eficaz.
Para mi el Vaticano II tuvo el feliz acierto de abrir a la Iglesia al mundo. Atrás quedan las trincheras anti-reforma o anti-modernistas. Atrás queda una Iglesia cerrada sobre sí misma como guetto, cuasi farisea (no en cuanto a hipocresía, sino en cuanto a miedo y condena de lo de afuera). Ya sé que ese "atrás" aún está en proceso, pero creo que ese es el espíritu. También en ese sentido es un acierto rescatar del baúl de los objetos olvidados ("todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo") el sacerdocio real del cristiano...no sólo tienen misión los sacerdotes ordenados; eso sí, teniéndo cuidado con no "clericalizar" a los fieles, ni "laicalizar" a los sacerdotes.
Buano, ahí van algunas ideas un tanto deslabazadas...
Un abrazo.
Para mi la "nueva evangelización" (tampoco a mi me gusta la expresión) tendría que consistir en no oscurecer ni ocultar ningún aspecto de la realidad de la Iglesia, en decir las cosas como son, gusten a quien gusten, y no en seguir una determinada "estrategia" para ganar adeptos.
Con la segunda parte de la formulación estoy más de acuerdo que con la primera, es decir, esto de no seguir una estrategia marketinera me parece fundamental, ahora, eso de "decir las cosas como son...." me suena (no digo que tú lo digas en ese sentido, pero a mí la expresión me chirria) a una Iglesia que lo tiene todo claro, que "administra" los derechos de Dios en el mundo, y reparte desde allí la patente de verdadero/falso.
Eso ya lo hemos probado y realmente no es, se pierde al Iglesia así. Expresar la totalidad de la "verdad de la Iglesia" tal como tú pides -y con lo que estoy en un todo de acuerdo- creo que debe implicar también aceptar que la Iglesia no "sabe" todo sobre su Señor, no sabe, por ejemplo, por qué Dios permite determinadas formas que adopta el mundo y que parecen abiertamente contrarias a la verdad del Evangelio, y entonces tiene que andarse con cuidado, de puntillas, en la historia, porque no sabe cuándo está denunciando el mal, y cuándo está malentendiendo la obra del Espíritu.
La Iglesia está y debe estar al servicio del proyecto de Dios en el mundo, con total humildad y disponibilidad, de tal modo que llevando la cosa al terreno del absurdo: si Dios le pidiera a la Iglesia disolverse, ella debería hacerlo: no es nada en sí misma, sólo y todo, y a cada momento voluntad de su Señor.
Y esto que puede parecer muy abstracto, es algo muy concreto, que afecta a cada segundo de nuestra vida cristianas, de la nuestra como comunidad y de la nuestra de cada uno, de Jorge, de Andrea, de Laura, de Abel, es decir, en tanto pertenezco a una Igelsia que no es nada en sí misma, la primera misión mía como cristiano -de a pie o dirigente- es agradecer haber sido llamado a formar parte de esto tan delicado que existe sin ser realmente nada.
Creo que incluso la expresión problemática del CVII de que "Esta Iglesia, establecida y organizada en este mundo como una sociedad, subsiste en la Iglesia católica,..." podría entenderse con una luz nueva, como una existencia que es siempre en el límite de la subsistencia, en el límite de perderse. ¡Qué más deberíamos querer que que no hiciera falta ninguna Iglesia Católica! eso significaría que ha terminado el noviazgo con el mundo, y se ha producido el matrimonio:
Una esposa que te ame,
mi Hijo, darte quería,
[...]
y en ese dicho que dijo
el mundo creado había...
Esta muy bien la metáfora (enteramente bíblica) de la Iglesia esposa de Cristo, pero sin olvidar que la verdadera Novia es la humanidad entera.
Por tanto "denuncia del mundo", sí, pero con una especial delicadeza, porque le estamos hablando a la Prometida de Dios. A lo mejor "decir toda la verdad, moleste a quien moleste" significa que nosotros en nuestra carrera -jadeando y exhaustos- no hemos todavía llegado al punto en el que ya se nos adelantó Cristo, y "toda la verdad" es que no sabemos realmente lo que él quiere de su mundo.
En cuanto a lo de "nueva evangelización", creo que pasa como con toda formulación que se vuelve fórmula, como pasó con la "civilización del amor" y con tantas otras, finalmente terminan no diciendo nada. Pienso que el sentido originario, más que "nueva" por oposición a "antigua" venía a querer decir "de nuevo", de nuevo evangelizar, luego de habernos dormitado un poco, en parte por los laureles, en parte por miedo al mundo, en parte por olvidarnos que mientras dure este eón tenemos -como Iglesia- un sentido.
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«Muestra las maravillas de tu misericordia, tú que salvas a quien se refugia a tu diestra.» (S 17)
Con lo de "decir las cosas como son" me refiero a que a veces tendemos a quedarnos con lo que nos gusta y a callarnos lo que no nos gusta tanto, y eso no solo no es honesto, sino que distorsiona la imagen que damos de Dios y hacemos de El un ídolo que, como tal, no puede salvar. Sé que es muy difícil no autoengañarse, pero al menos lo mínimo que podemos hacer es no distorsionar la imagen de Dios de manera consciente. Digo esto no a nivel institución, sino más bien al nivel de lo que cada uno puede dar de sí, que no es poco.
Me gusta el título, y, mucho más el tema
Y, creo que deberíamos empezar por preguntarnos; que entendemos por Iglesia; pues de eso depende mucho la respuesta
Sí entendemos el clero, o, incluso los religiosos; la respuesta será una; pero si entendemos, lo que es; La Unión de todos los bautizados, en Cristo, El Cuerpo místico, el Cristo glorioso, la cosa cambia.
Y, cambia, porque eso; hace que el Papa Francisco, sea Iglesia, y, parte de la Iglesia, pero es, que Mari cruz, Andrea, Abel, y, Maite. También
Más todavía, como es la unión de todos los bautizados con Cristo, y, el bautismo, de los hermanos no católicos, pero que confiesan su Fe, en la Trinidad, y, están bautizados, son Iglesia, otra cosa es el grado de comunión
Jesús, sólo fundo una Iglesia; ahora bien; los católicos romanos; decimos ser la nuestra, y, para ello, la demostración de las 4 notas; Unidad, Santidad, Catolicidad, Apostolicidad.
Las demás no las tienen; por ende, no son La Iglesia de Cristo, pero el argumento es falso, ya que las otras Iglesias cristianas, o, Comunidades, se desgajaron más, ó menos de la rama Romana; precisamente, y, auque ellas tampoco fueran después modelo de virtudes; por los pecados, y, escándalos de la jerarquía católica, como decía un libro de escuela, de cuando era peque; si, un árbol es de oro, sus ramas también, y, lo siguen siendo, al desgajarse; por lo tanto; en cierta medida; esas notas, se siguen dando en esas Iglesias, sus reformadores, nunca se llamaron fundadores, eso, es en las sectas; no quisieron hacer una Iglesia nueva, si no, purificar la que ya había, pero el caso, es que la ruptura se produjo.
Y, ahora tenemos para escoger; y, de nuevo surge la pregunta. ¿Cuál de estas, Iglesias que quedan, después del siglo XI, y, sobre todo, después de los siglos XVI, y, XVII, aunque habría aún más rupturas, puede tenerse por la que entronca directamente, con la Iglesia Madre de Jerusalén, Aquella, sobre la que el día de Pentecostés, del año 33, descendió el Espíritu como llamaradas de fuego; pues bien el Vaticano II; nos dice, que esta Iglesia, subsiste, en la Iglesia Católica romana, subsiste, no es que este en plenitud en ella, en plenitud estará cuando; Cristo, nos halla reunido a todos en la Única Iglesia, fundada por Él; Iglesia que hemos hecho trizas todos; y, que es Él, y, sólo Él, quien tiene que reunir el puzle, no, nosotros, por qué subsiste en la Iglesia Católica, porque en ella, se dan la mayoría, por no decir todos, los medios de salvación; y, porque conserva a Pedro, que fue dado, a la Iglesia, como padre, como hermano que guía.
A mí, tampoco me gusta la palabra “subsiste”
Y, ahora viene la respuesta, a la pregunta
¿Para qué sirve?
Pues sólo para una cosa, para ser testigo de la Resurrección del Señor, para demostrar al mundo, que Dios los ama, que entrego su Hijo, por ellos, y, lo resucito por ellos, que la vida no acaba en la muerte, sigue, que nuestra persona entera, esta llamada a vivir en Dios, y, con Dios, en suma para ser sacramento de salvación, cada uno, en el puesto que tenga en la misma Iglesia, porque como dice, Pablo, la mano es del cuerpo, pero no es un ojo, y, no puede hacer la función del ojo
No, faltan quienes dicen, que no pueden ser testigos de la Resurrección, porque no lo vieron, tranquilos, los 12 primeros tampoco, pero nosotros creemos, porque recibimos el testigo de los que nos precedieron, que Jesús resucito, lo notamos resucitado; y, no me refiero a experiencias místicas, bendito quien las tenga, si no es por fallo cerebral, pero no es el caso común, lo experimentamos, porque vemos su acción en los hermanos, y, en nosotros, la acción del Espíritu Santo, que Jesús envía al resucitar, desde el Padre, si vemos la acción del Espíritu Santo, si sentimos sus mociones, que más prueba queremos, de la Resurrección; ahora nuestro deber es secundar a este Espíritu
La Iglesia por tanto, no es una ONG; aunque de de comer al hambriento, y, acoja al que no tiene casa, sus motivos son más altos, las ONGs; acogen, hombres, Ella, acoge a Cristo doliente, por eso, no espera premio, ni alabanzas
La Iglesia no esta tampoco, para que todo el mundo, se haga católico cristiano, para convertir a nadie; la conversión, viene de Dios; si no para anunciar unos con obras, otros con la Palabra, todos con las obras, cuando se pueda, todos con las dos cosas, Cristo vive, y, para ello, ha de hacer no lo que agrada al mundo, a los políticos, a los grandes, ni, a los pequeños, si no a su Esposo, a su cabeza, a Cristo
Ayer todos los cristianos, creo que se sumo también personas islámicas, y, judías, pero ahora me centro en nosotros, por consejo, del Papa Francisco, el hermano, y, padre que ahora nos guía en nombre de Jesús de Nazaret, hicimos un día de penitencia, y, oración, por la Paz en Siria, y, en todo el mundo; no hicimos manifestaciones ante embajadas, ni mandamos cartas, sólo algo tan sencillo, como orar; al Dios de la Paz; esto desde el punto de vista terreno, es absurdo, pero para nosotros, es confiar en el Padre, por su Hijo Jesús, y, poner el mundo, lo que nos duele en sus Manos
Ayer estuvimos haciendo, algo que es nuestro deber, pero no se vaya a pensar, que ese es el único cometido, estaremos cumpliendo nuestra misión de Iglesia, cuando, al vernos, él que no es cristiano, diga, “ hay que ver, como vive este, ó, esta, que vida tan distinta, y, no se trata de ser honrado, que hay ateos, que lo son; y, mucho, si no de vivir con esperanza, que no es con sueño de tontos; saber amar, perdonar, acoger, confiar en Dios”, entonces el otro, se dirá, realmente, debe ser verdad, que ese Cristo, en el que cree está vivo, no sé vosotros, yo, en esta asignatura, tengo muy deficiente, y, la culpa es mía, no cumplo mi deber de parte de Iglesia, de Iglesia
Por ejemplo, algo que para mí, es anti testimonio cristiano, es hacerse tumbas de lujo, salvo excepciones, que tienen un motivo; si yo creo en la Resurrección, en la mía, yo creo que voy a resucitar, para que me voy hacer una tumba de lujo, como si me fuera a quedar allí, para la eternidad, que tampoco tendría sentido, porque no estaría yo, si no lo que no sirve, los restos, el preocuparse más de una buena tumba, que de ayudar al hermano, en quien Jesús sufre, demuestra, que se va no mal muy mal
Otra cosa, amén del testimonio, es que a todos, nos debe doler, que el Cuerpo de Jesús, este tan herido, y, hemos de besar sus llagas, curarlas, intentar paliar el daño, rogar a Dios que sane el Cuerpo de su Hijo, que le arregle la túnica que hemos roto, y, no me refiero, a besar las heridas de imágenes, que es muy poético, si no a pedir por la Unión de todos los que creemos en Cristo, en su Iglesia, cuando, y, como Él quiera, en suma a trabajar por la búsqueda de la Unidad, para lo que no hace falta; ser miembro de ningún movimiento ecuménico, sólo ser Iglesia
Un abrazo
Maite
“ El ojo, no puede decir a la mano, tú no eres del cuerpo”
aclaración, los helenistas de Hechos; los de la murga, son, o eran judios de la diaspora, es decir nacidos en Grecia, pero educados, y, criados como judíos, ya por ser hijos de padres judíos, ya, de conversos al judaísmo, y, lo mismo vale, para todos los que fueron a Pentecostes, que era una fiesta judía