El último documento papal "Evangelii Gaudium", es una "exhortación apostólica", no una "Encíclica". Me pregunto si hay una diferencia neta (técnica, digamos) entre estos (y otros) tipos de documentos papales, y por qué a este en particular no le cupo la calificación de "Encíclica".
Aclaro que no lo sé a ciencia cierta.
Me parece que no hay una diferencia neta y tajante, pero por lo que se puede deducir, las encíclicas quedan reservadas para el tratamiento de un tema monográfico donde el papa va a "bajar línea" de manera completamente personal, mientras que este tipo de documentos, las "exhortaciones", más bien parecen utilizarse cuando el documento se supone que recoge el trabajo del papa junto con los demás obispos, propio de un sínodo.
Así lo es, claramente, en las exhortaciones de Juan Pablo II, Benedicto CVI y ahora en al de Francisco. [size= 12px]Sin embargo, por ejemplo en Pablo VI y anteriores las exhortaciones parecen simplemente reservadas a temas de un poco menor peso que los grandes temas tratados en las encíclicas. Quizás es un género que se está definiendo acorde con nuevas necesidades, como es la que plantea la comunicación del Sínodo con el pueblo cristiano.
De todos modos esto que digo es sólo una deducción.
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«Muestra las maravillas de tu misericordia, tú que salvas a quien se refugia a tu diestra.» (S 17)
Cartas Encíclicas
Del Latín Literae encyclicae, que literalmente significa "cartas circulares". Las encíclicas son cartas públicas y formales del Sumo Pontífice que expresan su enseñanza en materia de gran importancia. Pablo VI definió la encíclica como "un documento, en la forma de carta, enviado por el Papa a los obispos del mundo entero".
Las encíclicas se proponen:
Enseñar sobre algún tema doctrinal o moral
Avivar la devoción
Condenar errores
Informar a los fieles sobre peligros para la fe procedentes de corrientes culturales, amenazas del gobierno, etc.
Por definición, las cartas encíclicas formalmente tienen el valor de enseñanza dirigida a la Iglesia Universal. Sin embargo, cuando tratan con cuestiones sociales, económicas o políticas, son dirigidas comúnmente no solo a los católicos, sino a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Esta práctica la inició el Papa Juan XXIII con su encíclica Pacem in terris (1963). En algunos casos, como el de la encíclica Veritatis splendor (1993) de Juan Pablo II, el Papa solo incluye en su saludo de apertura, a los Obispos, aunque él pretenda la doctrina de la encíclica para la instrucción de todos los fieles. Esto tiene su razón de ser en el hecho de que los Obispos son los Pastores que deben enseñar a los fieles la doctrina.
Debido al peso y la verdad que contienen, todo fiel debe concederle a las encíclicas asentimiento, obediencia y respeto. El Papa Pío XII observó que las encíclicas, aunque no son la forma usual de promulgar pronunciamientos infalibles, si reflejan el Magisterio Ordinario de la Iglesia y merece ese respeto de parte de los fieles (Humani generis, 1950)
Exhortación Apostólica
Estos documentos generalmente se promulgan después de la reunión de un Sínodo de Obispos o por otras razones. Son parte del magisterio de la Iglesia.
Exhortaciones apostólicas post-sinodales son:
Evangelli nuntiandi(1975) del Papa Pablo VI, sobre la Evangelización del mundo moderno.
Catechesi tradendae(1979) del Papa Juan Pablo II, sobre la catequesis.
Familiaris consortio(1984) del Papa Juan Pablo II, sobre el papel de la familia cristiana.
Reconciliatio et paenitentia(1984) del Papa Juan Pablo II, sobre la reconciliación y la penitencia en la misión de la Iglesia.
Redemptoris custos (1989)del Papa Juan Pablo II, en la persona y misión de San José en la vida de Cristo y la Iglesia.
http://.www.corazones.org/articulos/clasificacion_documentos_pontificios.htm