Texto completo de la catequesis del Papa Francisco sobre las familias y la pobreza (c
Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!
En estos miércoles hemos reflexionado sobre la familia y vamos hacia adelante con este tema, reflexionar sobre la familia. A partir de hoy nuestras catequesis se abren, con la reflexión sobre la consideración de la vulnerabilidad que tiene la familia, en las condiciones de vida que la ponen a prueba. La familia tiene tantos problemas que la ponen a prueba.
Una de estas pruebas es la pobreza. Pensamos en tantas familias que viven las periferias de las metrópolis, pero también en las zonas rurales… ¡Cuánta miseria, cuánto degrado! Y después, a empeorar la situación, en algunos lugares llega también la guerra. La guerra es siempre una cuestión terrible, que golpea especialmente a las poblaciones civiles, a las familias. De verdad la guerra es “la madre de todas las pobrezas”, una grande predadora de vidas, de almas y de los afectos más sagrados y más queridos”.
A pesar de todo esto, existen tantas familias pobres que con dignidad buscan conducir su vida cotidiana, a menudo confiando abiertamente en la bendición de Dios. Esta lección, no debe justificar nuestra indiferencia, pero quizá aumentar nuestra vergüenza por el hecho que existe tanta pobreza. Es casi un milagro que, también en la pobreza, la familia continúe a formarse e incluso a conservar - como puede - la especial humanidad de sus vínculos. El hecho irrita a aquellos planificadores del bienestar que consideran los afectos, la generación, los vínculos familiares, como una variable secundaria de la calidad de vida. ¡No entienden nada! Al contrario, nosotros debemos arrodillarnos delante a estas familias, que son una verdadera escuela de humanidad que salva a las sociedades de las barbaries.
¿Qué nos queda, de hecho, si cedemos al chantaje de César y dinero, de la violencia y del dinero, y renunciamos también a los afectos familiares? Una nueva ética civil llegará solamente cuando los responsables de la vida pública reorganizarán el vínculo social a partir de la lucha a la espiral perversa entre la familia y la pobreza, que nos lleva al abismo.
La economía actual frecuentemente se ha especializado en el gozo del bienestar individual, pero practica extensamente la explotación de los vínculos familiares. ¡Esta es una contradicción grave! ¡El inmenso trabajo de la familia no aparece en los estados financieros naturalmente! De hecho, la economía y la política son avaras de reconocimientos al respecto. Y todavía, la formación interior de la persona y los círculos sociales de los afectos tienen allí sus columnas. Si las quitas, cae todo.
No es solo una cuestión de pan. Hablamos de trabajo, hablamos de educación, hablamos de sanidad. Es importante entender bien esto. Permanecemos siempre muy conmovidos cuando vemos las imágenes de los niños desnutridos y enfermos que se nos muestran en tantas partes del mundo. Al mismo tiempo, nos conmueve también mucho la mirada brillante de muchos niños, privados de todo, que están en escuelas construidas con nada, cuando muestran con orgullo sus lápices y cuadernos. ¡Y cómo miran con amor su maestro o su maestra! Verdaderamente los niños saben que ¡el hombre no vive solo de pan! También del afecto familiar; cuando existe la miseria los niños sufren, porque ellos quieren amor, los vínculos familiares.
Nosotros cristianos debemos ser siempre más cercanos a las familias a las cuales la pobreza los pone a la prueba. Pero piensen, todos ustedes si conocen a algún: papá sin trabajo, mamá sin trabajo… y la familia sufre, los vínculos se debilitan. Es feo esto. De hecho, la miseria social golpea a la familia y a veces la destruye. La falta o la pérdida de trabajo, o su fuerte precariedad, inciden duramente sobre la vida familiar, poniéndola a dura prueba las relaciones. Las condiciones de vida en los barrios más pobres, con los problemas de habitación y de transporte, como también la reducción de los servicios sociales, sanitarios y educativos, causan ulteriores dificultades. A estos factores materiales se añade el daño causado a la familia de pseudo - modelos, difundidos por los medios de comunicación basados en el consumismo y el culto por aparecer, que influencian las clases sociales más pobres e incrementan la disgregación de los vínculos familiares. ¡Cuidar a las familias, cuidar el afecto, cuando la miseria pone a la familia a prueba!
La Iglesia es madre, y no debe olvidar este drama de sus hijos. También ésta debe ser pobre, para convertirse en fecunda y responder a tanta miseria. Una Iglesia pobre es una Iglesia que practica una voluntaria sencillez en su propia vida - en sus mismas instituciones, en el estilo de vida de sus miembros - para abatir todo muro de separación, sobretodo de los pobres. Es necesaria la oración y la acción. Recemos intensamente al Señor, que nos sacuda, para hacer que nuestras familias cristianas sean protagonistas de esta revolución de la cercanía familiar ¡Qué ahora es tan necesaria!
De esta cercanía familiar, desde el inicio, está hecha la Iglesia. Y no olvidemos que el juicio de los necesitados, de los pequeños y de los pobres anticipa el juicio de Dios ( Mt 25, 31-46). No olvidemos esto y hagamos todo aquello que nosotros podamos para ayudar a las familias y a ir hacia adelante en la prueba de la pobreza y de la miseria que golpean a los afectos, los vínculos familiares.
Yo quisiera leer una vez más el texto de la Biblia que hemos escuchado al inicio y cada uno de nosotros piense en las familias que están probadas por la miseria y la pobreza, la Biblia dice así: «Hijo, no rechaces al pobre lo necesario para la vida, no seas insensible a la mirada de los necesitados. No entristezcas a quien tiene hambre, no exasperes a quien está en dificultad. No preocupes a un corazón que ya está exasperado, no niegues un don al necesitado. No rechaces la súplica del pobre, no rechaces la mirada al indigente. De quien te pide no rechaces la mirada, no des a él la ocasión de maldecirte» (Sir 4, 1-5a). Pro que esto será aquello que hará el Señor – lo dice el Evangelio – si no hacemos estas cosas.
(Traducción del italiano por Mercedes De La Torre - RV).
Me encanta que el Papa "denuncie" estas tristes y penosas realidades, pero me temo (puedo estar equivocado) que ni algunos de los suyos (curas, obispos, religiosos...) le hacen caso... pongo un ejemplo: en un sermón el cura nos decía que el Papa (no he podido constatarlo) hablaba de abrir algunos bienes de la Iglesia para ayudar a los pobres solucionando, por ejemplo, el tema de los que no tienen vivienda; y mencionaba conventos vacíos, seminarios vacíos... Insisto que no he podido comprobar la certeza o no de lo que no decía el cura... Me llamó la atención porque conozco (y la gente de la calle también) varios casos de Seminarios vacíos de seminaristas (eso sí con "mucha" burocracia), Conventos casi vacíos que apenas albergan algunas convivencias, ejercicios espirituales...(excusa perfecta para que no entren los pobres). No sé... simplemente que me da que pensar... pero desde luego la gente lo ve y algunos ya dicen que a "este Papa no le hacen caso ni sus curas"... ¡Qué pena!
Bueno, del Papa somos todos, que los laicos no somos cristianos de tercera, si no de primera, en El Cuerpo de Cristo, no hay unos que no hagan falta, como en el cuerpo humano, todos somos necesarios, y, cada uno, hace cuando la hace, su misión su deber
Hecha esa salvedad, tengo que decirte que no te falta razón, en lo que dices, y, pongo el ejemplo de un caso surgido hace pocos años, de una religiosa ahora no recuerdo la Orden, que no paró hasta ver expulsada de la misma, a unas jovenes novicias procedentes de países con conflictos, o, graves problemas, porque según la citada Hermanita, no ingresaban, por vocación, si no para poder tener pasaporte español
Sólo Dios sabe, si habría habido, vocaciones reales, o, no
pero por otro lado, tengo que contar que en mi Iglesia, me refiero aquí a mi diocésis, y, parroquía, incluídas las de adopción, se mira por los pobres, se les paga incluso, el hospedaje a los que no tienen casa, lo que pasa es que a veces la gente no se deja ayudar, y, contra eso, no se puede hacer nada
pero bueno, Francisco hace lo que debe, al denunciar, y, al enseñar, y, además lo cumple
un abrazo
Maite
“Muchos me dirán en aquel día, hemos predicado en tu Nombre, Yo, les diré no se quienes sois, entonces veréis a los que rechazabais sentados con Los profetas, en el Reino de Dios"
Uff Maite: me cuesta "ver" eso de que el Papa somos todos... vaya que no lo veo nada claro... Lo que sí veo es una Iglesia sumamente Jerarquizada donde cada cual "ocupa su sitio" y si te sales y tienes ciertas opiniones... "te atizan". Bueno, qué te voy a contar al respecto que no sepas...
Soy consciente, como tú, que en muchas Diócesis, Parroquias... están ayudando a los pobres... Cáritas también está haciendo una gran labor, Manos Unidas me parecen admirables, etc y también mucha gente que igual no es demasiado creyente, practicante... lo ve. Esos son, entre otros, los testimonios que necesita el mundo de hoy.
Saludos cordiales y un abrazo.
¿Dónde narices dije, yo, que el Papa somos todos, a ver si es que yo no sé escribir, o, qué tú no sabes leer?
He vuelto a leer mi mensaje, y, en ningún lado, he dicho esa barbaridad, que has leído tú, lo siento por tí amigo
Yo lo que dije, y, te repito; fue respondiendo a lo que tú dijiste, " del Papa, y, los suyos( llamando suyos, a los clerigos, y, religiosos); fue que del Papa somos todos, vamos que todos somos Iglesia, y, que los laicos no somos cristianos de 3ª
Eso mismo
un abrazo
Maite
“Muchos me dirán en aquel día, hemos predicado en tu Nombre, Yo, les diré no se quienes sois, entonces veréis a los que rechazabais sentados con Los profetas, en el Reino de Dios"
Lo siento Maite... leí mal el comienzo de tu mensaje... tienes toda la razón en tu respuesta... el caso es que me extrañaba lo que leía y aún así leía mal... en fin...
Un abrazo, Isidro.
Isidro, si hay alguien que no pueda enojarse, con nadie, porque le lean mal, soy yo, que durante siglos, que digo siglos milenios, eones, he leído; “bienaventurados los mancos, porque ellos poseerán la tierra”
Y, no sólo lo leía, si no cuando lo escuchaba leer, también oía los mancos, y, no era problema de oído, si de casualidad oía los mansos, mi pensamiento era; ¿Pero qué dijo, no sabe leer?
Mi otro error era el de leer, “sicomoro”, por chico moro”
Hasta que un día un familiar ya ausente de este mundo, me saco del error, asi, que tranquilo, que no me ganas en meter la patita, tengo medalla de plata
Un abrazo
Maite
“Dios nos destino desde la creación del mundo a ser sus hijos”
Al terminar de leer en misa dicen "es palabra de Dios", pero a veces leen tan mal, que yo hago "reserva mental", pienso "lo que quedó después de esto, es palabra de Dios"
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«Busca a Dios, entonces hallarás a Dios y todo lo bueno.» (M. Eckhard)
Razón tienes, yo sé que no es fácil, proclamar las lecturas, porque tienes la impresión de que todos te están mirando, pero también, pienso que uno debe conocerse, y, si sabe que tartamudea, cuando cree que lo miran, si no sabe entonar la lectura, etc, si no tiene voz, mejor en el banco, pero no, hay gente, que parece le guste el protagonismo, porque si no, no se entiende, que suban a leer, ni puntos ni comas, si se equivocan, no rectifican, sigue, asi, que decir al final, “palabra de Dios”, con condiciones
Pienso en un señor de mediana edad, que cada vez, que tiene la féliz idea, de subir a leer, yo tiemblo, porque se le entienden las mayores barbaridades; y, no soy, yo sola
Pero en esto, no es culpa sólo del lector, si no de los señores curas, que deben hacer se preparen las lecturas, se ensayen, por quienes van a proclamarlas, los hay que lo hacen, pero otros en lugar de eso, dicen, ¿alguien quiere leer?; y, ahí va el espontáneo
Otros leen tan bajito, que no les oye nadie, pensaran que era un asunto personal, claro que hay gente, a la que le da igual, porque piensan que las Lecturas están de adorno, sin embargo, forman parte de La Mesa, y, de La Misa
Un abrazo
Maite
““Dios nos destino desde la creación del mundo a ser sus hijos”
Es muy difícil resolver esa cuestión concreta en las parroquias; en la mía se va a intentar este año introducir algo de formación para la lectura, pero son tomas de conciencia que creo que llevarán años.
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«Busca a Dios, entonces hallarás a Dios y todo lo bueno.» (M. Eckhard)