Ayer una alharaca por una supuesta carta del papa, donde se autoriza a los sacerdotes a absolver a las madres que se practicaron un aborto. Conociendo los precedentes, y el amor de la prensa por Francisco y su manía de decir cosas que se prestan para titulares, me la tomé con calma. Pensé que sería una bola mas que gira alrededor de este Papa. Bueno, cuando dice cosas que cuadran a mis opiniones, y hereje mayor, cuando no.
Resulta que no. La carta en cuestión existe, no se limita a hablar del aborto, y ciertamente, ofrece la posibilidad de que los sacerdotes absuelvan a los participantes de un aborto (a TODOS, no solo a las madres) si se arrepienten y previa cartilla de la importancia de la vida.
Y me entero así, que ANTES NO SE PODÍA. Es decir, si alguien va y se arrepiente de haber abortado, tenía que llenar no se que cantidad de requisitos para que le ¿levanten una excomunión?
Pregunto:
1. ¿Como así que excomunión?
2. ¿Qué dice la Iglesia en caso de otras muertes? por ejemplo, ¿tiene que ir un obispo a las cárceles a iniciar proceso para levantarles al excomunión a los asesinos arrepentidos?
3. ¿Qué dice la Iglesia de los padres de esas criaturas abortadas?¿están excomulgados ipso facto, con la madre, por el aborto?
4. ¿Cual es la 'pena' por violaciones de niños/as y por dejarlas embarazadas?
La verdad es que estoy algo asqueada. Les dejo el link a la carta, para que lean de las fuentes
http://.press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2015/09/01/0637/01386.html#spa
No, no es que antes no se podía uno arrepentir: no hay pecado imperdonable, excepto el pecado contra el Espíritu Santo (que consiste, según parece, en no querer reconocer la necesidad de ser perdonado, por tanto es imperdonable porque al que debería recibir el perdón, no el interesa).
Hay pecados especialmente graves que requieren la absolución directamente del obispo; se hace, por supuesto, para realzar la importancia del acto, para una toma de conciencia, y sí, hay pecados tan graves como ese que no requieren la absolución del obispo. La absolución del obispo no es una absolucioón "mejor" ni distinta, es la absolución del pecado por los méritos de Cristo, igual que si la persona robó en el mercadillo del domingo y la absuelve el cura del barrio.
Es un modo de destacar la gravedad de un acto en un momento en que la sociedad en su conjunto tiende a banalizarlo.
Las violaciones de niños y los asesinatos la sociedad no las banaliza; todos (en condiciones normales) nos damos cuenta que son pecados muy graves.
Pero en el caso del aborto, se habla socialmente de él como si no se tratara de eliminar una vida, agravado por las extremas condiciones de debilidad del chico; se habla de ello como de un mero "derecho subjetivo", ¡incluso sólo de la madre, ni siquiera de los dos que han aportado su media célula cada uno! Si eso no es una banalización, no sé ya qué lo es.
Por ese motivo, no recuerdo si con Juan Pablo II o ya con Pablo VI, se reservó esa absolución al obispo.
En cuanto a los padres varones del ser humano abortado: el mismo pecado comete quien lo practica como quien lo autoriza, consiente y se "beneficia" de él, de manera directa, así que no veo por qué entiendes que el padre estaba excluido, así como están incluidos los médicos, también lo estaban los dos padres, y los abuelos, si es el caso, y los tíos, si es el caso. Es el pecado de aborto y su gravedad la que la Iglesia destaca con este tratamiento más grave de la absolución. De todos modos el aborto no es el único pecado reservado al obispo. En realidad el obispo es el ministro natural de la absolución, del cual el presbítero (sacerdocio en segundo grado) es un delegado: la potestad de perdonar sacramentalmente es del obispo.
El papa Francisco no cambió eso, sino que, por excepción del Año de la Misericordia, y para destacar las circunstancias especiales del jubileo, pone en suspenso esa exigencia canónica, por ese año. Eso ya se ha hecho otras veces, por ejemplo en el encuentro mundial de la juventud de Madrid de hace unos pocos años, el obispo de Madrid dio la misma excepción a quienes se hubieran arrepentido del pecado de aborto y pidieran la absolución a los sacerdotes del evento: en vez de derivarlos al obispo, podían absolverlos ellos mismos. A eso los titulares de los periódicos lo tradujeron en "Rouco regala el perdón del aborto", lo que es una burla estúpida respecto de la seriedad que tiene para el creyente tanto el pecado, como la abundantísima misericordia que Dios usa con nosotros.
Yo creo que el documento que traes lo explica muy bien, no da realmente lugar a confusiones, ni se pliega a la banalización social del aborto, ni del pecado en general. No encuentro el más mínimo motivo para tu cabreo.
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«Busca a Dios, entonces hallarás a Dios y todo lo bueno.» (M. Eckhard)
Tranquilo, que de mi cabreo no te convido.
Me alegra, además, que la tengas tan clara. Para mi la necesidad de absolución obispal es novedad, y si, me molesta.
Son varias las cosas. A ver si logro ponerlas en orden.
Lo primero, es que el tema del aborto se pone a pivotar sobre la cabeza de la madre. Es verdad que la carta de Francisco no habla de ellas, sino para hablar de la misericordia, y que en la fórmula habla de todos los involucrados en el aborto, pero a la hora de la verdad, y los titulares me dan la razón, todo gira en torno a la madre. Es ella la receptora del beneficio, es ella la culpable. Ojo, igual hacen los pro-choice. A ellos también les conviene que el padre se borre, es mas facil lidiar con una que con dos.
Y si, al darle todo ese peso a esa absolución, se dice en realidad que el crimen de una madre que aborta es peor que el que comete el que viola y mata, incluso de el que viola y mata a gran escala, incluso el que viola y mata a seres indefensos ya nacidos.
Así como está planteado el dilema, (voy a poner extremos, pero es claro que existe toda la escala de grises en el medio) por un lado están la sociedad/comunidad/medios diciendo que el embarazo es algo parecido a un resfriado, por el que no tienes necesidad de pasar. Que la decisión es toda tuya, (TODA tuya). Y que la maternidad es lo peor que le puede ocurrir a una chica. Y por el otro está la Iglesia, haciendo contrapeso. Des banalizando. Dando importancia extra al aborto. Diciendo a voz en cuello que el que participe necesitará un perdón especialísimo, sino arderá en el infierno. Y listo. Tenemos un sistema en equilibrio, cada cual tirando para su lado. En el medio, solos, los padres y la criatura (y todos los anexos, es decir, todo el mundo)
Tengo la idea de que ese no es el papel de la Iglesia. Que planteamientos como "pon la otra mejilla" o "dale también el manto" (disculpa los ejemplos, sé que no entran en el plano de importancia, pero meterme con Corderos Degollados es mucho pa mi) es justamente para evitar quedar de contra peso.
Y me imagino un cuadro: una chica que transita todo el camino del abortorio al confesionario. Con todo el drama metido en medio, y que al final el cura le tenga que decir: 'Muy bien, ahora para tu absolución, vamos a llamar a la arquidiócesis, para que la secretaria nos de una cita, a que el obispo te absuelva'
Está bien, ahora entiendo mejor tu planteo.
De todos modos, incluso dentro de la Iglesia, incluso en nombre de Dios, la justicia que podemos impartir los hombres es una justicia humana: apunta al misterio de la justicia divina, pero no la refleja nunca del todo.
Mira, yo soy -creo que lo sabes- radicalmente contrario a la pena de muerte, pero ve a decirle que la pena de muerte es completamente injusta y un abuso de poder a los padres de una chiquita violada y asesinada, o a los padres de una mujer que haya sido calcinada por un abusador, y tantos otros...
En las dimensiones de injusticia estructural del mundo, cuando hacemos un poco de justicia para un lado, dejamos de hacerla para muchos otros. ¡Es precisamente por esa injusticia por la que e mundo está radicalmente imposibilitado de salvarse solo! así que incluso el hecho de que la propia Iglesia de Cristo no pueda tener un sistema de justicia perfecto, sino sólo uno perfectible, muestra hasta que punto nuestra fe nos convoca siempre más allá de lo que tenemos realizado.
Yo creo que la debilidad de un nonato es una de las debilidades más grandes, y su aniquilamiento, uno de los casos de pecado más sangrantes de la humanidad, aunque otros nos sea más visibles y más impactantes. Personalmente veo justo que existan medios para resaltar la gravedad de la cuestión. Es verdad que la inconsciencia generalizada en torno a la santidad de toda vida humana desde su concepción, hace que quizás ni siquiera sea pecado en unas determinadas condiciones subjetivas, pero eso es precisamente para lo que sirven estos acentos "jurídicos": para una toma de conciencia frente a un "olvido" tan generalizado.
Por supuesto que eso puede volverse contra sí mismo y acobardar a alguien que va tomando conciencia de la gravedad del aborto, como en el cuadro que imaginas en el último párrafo.
Sin embargo, en la práctica eso está bastante previsto (con lo que tiene, vuelvo a repetir, de perfectible cualquier sistema humano de justicia): el obispo suele tener un grupo de sacerdotes en la diócesis autorizados para absolver estos pecados reservados; así que no es tan así que cuando se produce una situación así, luego hay que esperar audiencia de un único hombre en toda la diócesis.
En cuanto a lo de los padres varones, si bien formalmente están incluidos en todas las menciones al aborto, es verdad que aun queda en ese punto mucho machismo por todos lados (incluido, y en mucha medida, en las pro-choice), y en la práctica está muy ausente del discurso, y de la responsabilidad. Eso es un punto en el que debería incidirse muchísimo más.
No pretendo, por supuesto "convencerte" de nada, pero al menos vemos los dos, tú y yo, otras formas de leer y de recibir los mismos hechos.
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«Busca a Dios, entonces hallarás a Dios y todo lo bueno.» (M. Eckhard)
El panorama es desolador.
Hace falta un pueblo para criar un hijo.
Hace falta una comunidad (y una Iglesia) muy torcida para que una mujer termine (SOLA, nunca podré destacar suficientemente éste hecho) sentada en la silla de un abortorio. Porque esa silla no es sino el síntoma de todo lo que pasó para que ella terminara allí.
En fin. Hernan lo dice mejor
"Qué rarezas no encuentra uno en la ciudad, si sabe andar por ella y mirar… La vida está llena de monstruos inocentes.
Señor, Dios mío…! Tú, el Creador; Tú, el Maestro; Tú, que hiciste la Ley y la Libertad; Tú, el Rey que deja hacer; Tú, el Juez que perdona; Tú, que estás lleno de motivos y de causas, y que acaso has puesto en mi espíritu la atracción por el horror para convertir mi corazón, como la salud en la punta de un cuchillo.
¡Señor, ten piedad, ten piedad de los locos y de las locas!
¡Oh, Creador! ¿pueden existir monstruos a los ojos de Aquel Unico que sabe por qué existen, cómo se han hecho y cómo habrían podido no hacerse?"
Me uno a tu invocación.
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«Busca a Dios, entonces hallarás a Dios y todo lo bueno.» (M. Eckhard)