...se deforma.
No sólo suena bien, sino que además es muy cierto; esta frase es parienta de aquella que dice que el que no avanza, retrocede, o que el que no pone el hombro, entorpece.
A veces pensamos que formarse como cristiano es una cosa opcional, algo que uno hace si le sobra algo de tiempo, o si tiene una especial "vocación intelectual", pero que en definitiva se puede ser cristiano sin formación, todo aquello que antes se alababa (y que dio por resultado un laicado ignorante y crédulo) de "la fe del carbonero".
Pues no, el que no se forma, se deforma.
Para entender por qué es así, por qué no es indiferente u optativa la formación, es importante entender un aspecto central de nuestra fe:
A diferencia de la idea espontánea que nos hacemos, nuestra fe es esencialmente cambiante. Sobre la base de unos pocos puntos fijos, cuya formulación está en el Credo, todo en ella cambia: la interpretación de esos puntos, las prácticas que surgen de esas interpretaciones, los acentos que cada época de la fe pone en esto o aquello, etc.
A lo mejor uno cree que "formarse" significa que me falta el conjunto "A" de conocimientos, voy a donde lo proveen (un libro, un curso), y si me aplico, los adquiero, "ya estoy formado", como ocurre con los conocimientos técnicos, en los que a lo sumo se agregan nuevas cosas, pero que esencialmente no cambian.
Pero en la fe no ocurre así: lo que hasta ayer se resolvía de manera "A, no B", hoy quizás se resuelve de manera "B, no A"; y formarse significa disponer el espíritu para admitir esa mutación, para no sólo aceptarla como se acepta un remedio de mal sabor, sino para estar de acuerdo con ella, para entender la profundidad salvífica por la cual la Iglesia, que enseñó "A, no B" hasta ayer, hoy enseña "B, no A", y mañana tal vez "C, ni A ni B".
Porque nuestra fe no es una gnosis, no es un conocimiento, es una "competencia salvífica", una práctica de llevar la salvación que experimentamos como recibida, a la vida de los demás, para que también ellos experimenten recibir esa misma salvación.
Se me ocurrió ponerme a hablar de esto a la vista del rechazo que provoca la exhortación "Amoris Laetitia" en muchos católicos que se creen formados, pero que en realidad hace rato que no revisan los fundamentos de su fe, y el significado salvífico para los demás que debería tener la fe que ellos recibieron: nadie cree para sí, ni para salvarse, cree para hacer creer, y para que esa fe llegue a ser salvadora para los demás.
Ese rechazo no es otra cosa que ignorancia (cuando no la simple mala fe de criticar sin leer), que en clave de fe es la miopía de confundir la fe con un conjunto de proposiciones adquiridas cuya recitación nos asegura tener una recta opinión sobre las cosas divinas.
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«Busca a Dios, entonces hallarás a Dios y todo lo bueno.» (M. Eckhard)
Es verdadmuchos católicos no toman tiempo en conocer lo referente a su fe y los documentos de la Iglesia los ignoran o se guían por lo que dicen los medios, en cuanto a los que andan criticando la última Exhortación no la deben haber leído y deben ser los mismos que tienen prejuicios contra el Papa
Ando un poco leída, pero no podía dejar pasar esta ocasión, para deciros a los dos que coincido con ambos al cien por cien
Claro que son los que no la han leído, y, no la han leído, porque “ya lo saben todo”
Porque ellos son “los que Jesús puso al frente de su Iglesia”; faltaría más, claro que están detrás los que todos sabemos
Pero también personas que siguen con el traje de la primera comunión, no, con el de cristianar
Y, lo malo es que hay sacerdotes, en la misma línea, o, eso se desprende de lo que dicen, o, escriben
“Por ejemplo hace unos días, yo leía a un sacerdote, que decía estar con el Papa, que se defendía diciendo, que algunos habían dicho, que no estaba con Francisco, lo que era mentira, por eso, él defendía que los divorciados vueltos a casar, no podían comulgar, y, sabía que el Papa nunca lo autorizaría, pensar que lo iba hacer, sería pensar que el Papa era un hereje
Que el divorciado casado civilmente, no puede recibir la Eucaristía, porque no se puede comulgar en pecado mortal; que cierto que el Papa habla en la exhortación, de que hay situaciones….; pero eso corresponde determinarlo, al sacerdote en el confesionario”
No he citado textual, pero van unas cuantas burradas
1º Aunque el Papa hubiese dicho, que los católicos se podían divorciar, muchas anulaciones divorcios son; que podían comulgar, no sería un hereje, porque hereje es quien rechaza un dogma, y, no hay dogma de la indisolubilidad del matrimonio, no esta tan claro, si lo hubiese los Ortodoxos que lo admiten, no serían tenidos por Ortodoxos, sino por lo contrario heterodoxos
2º Quién se cree este señor, para decir quien esta en pecado mortal, la conciencia es privada, el sacerdote no puede decir al penitente, que esta en pecado, podrá decirle que tal, o cual acto es conforme a la moral o, no, pero es que ni el interesado, sólo Dios puede juzgar, pero quedando más aquí, sólo cada persona, en el tema que sea, puede ver, si hubo en verdad pecado, o, no, y Dios juzga según obramos en conciencia
Materia grave, o, leve, plena advertencia, perfecto consentimiento, a lo mejor si hay divorciados vueltos a casar que están en pecado grave, y, anulados vueltos a casar que están en pecado grave, por haber cometido además sacrilegio, al profanar dos sacramentos
3º Claro está, que el sacerdote puede, y, debe ayudar a dilucidar, ver más claro, a los que se encuentren en situaciones especiales, pero yo entiendo porque soy Iglesia, que también lo pueden resolver los que se hallen en esas situaciones, entre Dios, y, ellos
Porque en este tema de divorcio, nuevo matrimonio hay muchas situaciones sangrantes, que ya tratamos en el foro, en otros post
Esta mañana en Misa, al leer la primera lectura, que por cierto está muy actual, y, que por cierto también lo debatimos aquí, “Los fariseos que querían circuncidar a los gentiles, y, ojo era mandato de Dios, según el Génesis, y, los de Pablo que no” pero por encima de todo eso, me fije en una frase de Lucas, “al llegar los recibió La Iglesia, los Apóstoles, y, los presbíteros…”
Cualquiera de nosotros, en La Iglesia ( habría incluido Apóstoles, y, presbíteros), pero sin embargo, para Lucas, para la Comunidad Lucana, La Iglesia son los fieles, el pueblo, los demás son sus pastores
También los hay que van por el otro lado, porque tampoco la han leído, dicen estar con Francisco, es mentira, están con el Francisco que se han fabricado
Porque el Papa, no dice que se puede casar hombre, y, hombre; tampoco que hay que dar tratamiento psiquiatra a los homosexuales
Ni dice que los divorciados casados civilmente, puedan comulgar, claro que tampoco dice que no expresamente, porque Francisco, sabe que hay personas, y, cada persona es un mundo
Yo sólo he ojeado la Exhortación por encima, y, veo un canto al Amor, a la Misericordia, a la Familia
Cuando la lea más despacio, espero dar mi opinión, tanto sobre lo que este de acuerdo, como si hay algo, con lo que no estoy, porque una Exhortación no es un documento infalible, pero creo que voy estar; por cierto, si lei la Familiaris Consortio de Juan Pablo II, que muchos que critican esta, me parece que no han leído ninguna
Un abrazo
Maite
“Los fariseos decían que si no se circuncidaban, y, guardaban la ley de Moisés, no podían salvarse”
Gracias, Maite, precisamente hoy leía en internet los cuidadosos distingos teológicos que hace un sacerdote para llegar a la conclusión de que la exhortación es magisterio, pero el capítulo 8 no...
Efectivamente, la primera lectura de hoy me hizo acordar de todo ello: san Lucas no dice que esos que querían el cumplimiento de la Ley no fueran creyentes verdaderos, al contrario, dice que eran algunos "de la secta de los fariseos, que habían abrazado la fe".
Tienen su fe, no es que no la tengan, ni dejen de ser verdaderos cristianos, pero están muy preocupados por imponer sus criterios, y no ven que lo primero que hacen es quitar a los demás la libertad que Cristo les conquistó, que es una libertad de discernimiento y conciencia, de cercanía con la mente del Señor, de levantarse tras cada caída, sea cual sea esa caída, y poder recomenzar, no de nuevo en el punto cero, sino en la certeza de que lo fundamental ya fue realizado por Él, en fin: lo primero que hacen, con buena intención pero mala puntería, es derribar el Evangelio en nombre de... sí mismos y sus humanos criterios.
Qué se le va a hacer, pobrecillos, hay que sufrirlos, porque son creyentes, han abrazado la fe, pero aun están en su secta.
Por mi parte sí la he leído completa, y debo decir que contra la opinión dominante, no me pareció para nada larga, se lee realmente de un tirón; tan suave y meditativa es.
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«Busca a Dios, entonces hallarás a Dios y todo lo bueno.» (M. Eckhard)