Hola.
Los que llevamos varios años haciendo cursos con Abel le hemos oído citar en varias ocasiones una obra de Bach: “El Tiempo de Dios es el mejor de todos los tiempos”. Se trata de la Cantata BWV 106, “Gottes zeit ist die allerbeste zeit”.
Pues bien el objeto de este mensaje (el primero entre varios que continuarán) es comentar dicha obra para quienes deseen disfrutarla mejor a través de un conocimiento un poco más profundo de la misma. Primero voy a transcribir algunos comentarios de Daniel Vega Cernuda en su libro “Bach. Repertorio completo de la música vocal” y más adelante espero dar mis propias conclusiones.
En Youtube tenéis grabación de la misma: https://www.youtube.com/watch?v=wnGOQt3tn-Q
En IMSLP la partitura: http://imslp.org/wiki/Gottes_Zeit_ist_die_allerbeste_Zeit,_BWV_106_(Bach,_Johann_Sebastian)
Comienzo, entonces, citando algunas partes del texto de Daniel Vega Cernuda (algunos paréntesis son aclaraciones mías):
“Destino: música de funeral.
Composición: 1707 posiblemente
Dispositivo: Soprano, Contralto, Tenor, Bajo y coro. Dos flautas de pico, dos violas da gamba y Bajo continuo.
Duración: 21´34 (depende de las interpretaciones)
Texto: selección de textos bíblicos y de la tradición religiosa luterana relacionados con el sentido cristiano de la muerte. Su identificación, dada la complejidad de los datos, se incluye en el comentario (más adelante)
(Movimientos): 1) Sonatina.
2) 2a. Coro: La hora de Dios es la mejor de todas. En él vivimos, nos movemos y existimos por todo el tiempo que Él quiere. En Él morimos al tiempo justo, cuando Él dispone.
2b. Arioso (tenor): Ah, enséñanos, pues, a contar nuestros días, para que lleguemos a tener un corazón sabio.
2c. Aria (bajo):Dispón tu casa, porque vas a morir; no curarás.
2d. Coro y arioso (soprano): Ésta es la ley desde el principio: Hombre, tienes que morir. (soprano): sí, ven, Señor Jesús.
3) 3a. Aria (contralto): En tus manos encomiendo mi espíritu. Tú me has rescatado, Yahvé, Dios fiel.
3b. Arioso (bajo) y coral (soprano): (bajo) Hoy estarás conmigo en el paraíso. (coral, soprano): Con paz y alegría parto de aquí, según la voluntad de Dios. Consolados están mi corazón y mi mente, con dulzura y paz. Como Dios me ha prometido, la muerte se ha convertido para mí en sueño.
4) Coral con fuga: Gloria, alabanza, honor y magnificencia a ti, Dios Padre e Hijo con el Espíritu Santo. El poder divino nos hace vencedores por Cristo Jesús.
Ésta, juntamente con la BWV 198 destinada al solemne funeral en Leipzig (1727) de la princesa Christiane Eberhardine de Sajonia, son las dos únicas cantatas de la compuestas para estas circunstancias, que nos han llegado en su condición original (…)
Nada hay de tremendo, tétrico o terrible en la contemplación de la muerte que nos ofrece Bach. Al contrario, rezuma serenidad, paz y hasta deseo de traspasar el límite de lo terreno, como nos lo hace evidente en otras cantatas de tema general y de forma especial en ésta, que lleva el subtítulo de actus tragicus , que evidentemente es apócrifo: nada más ajeno al sentir de Bach de la consideración de la muerte como una tragedia, en absoluta contradicción con su sentir cristiano de la vida, concebida como un estar de paso y el más allá la meta definitiva, plena consumación de la que había creído profundamente.”
Continuará…
Gracias! me encanta esta iniciativa que has tenido. La obra estaba en la malograda sección de música; luego, cuando me voltearon el servidor, ya no la volví a poner, pero es una de las que subiré pronto cuando pueda seguir cargando datos de esa sección.
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«Busca a Dios, entonces hallarás a Dios y todo lo bueno.» (M. Eckhard)
Continúo citando a Daniel S. Vega Cernuda:
“La disposición del libreto responde al concepto antiguo de cantata de iglesia: una sucesión de texto bíblicos y corales tradicionales, sin apenas presencia de textos libres (…)La disposición instrumental es original e irrepetible en Bach, limitada a dos flautas de pico y dos partes de viola de gamba con continuo. Bach tuvo en su juventud preferencia por la utilización de varias voces de viola, pero nunca así combinadas. La música resultante es especialmente plácida, como si no pretendiera más que consolar y serenar el espíritu de los asistentes al funeral de un ser querido y catequizarles no sólo con los textos, sino también con la serenidad del timbre resultante, una lección musical de teología cristiana”
Personalmente, me gustaría resaltar este aspecto de la instrumentación en esta Cantata con algo realmente único e irrepetible en Bach, pues lo normal es que haya más instrumentos de cuerda como violines, violas (no confundir con de las violas da gamba) violoncellos, etc Para mí es el primero (de los diferentes que pretendo resaltar en sucesivas exposiciones) de los elementos musicales relacionados con el título de la Cantata: al igual que el Tiempo de Dios es el mejor de todos los tiempos cuya realidad es otra dimensión con respecto a la realidad temporal (que, por supuesto, también incluye) del ser humano, así Bach crea un timbre único e irrepetible con respecto al resto de Cantatas.
La Música (que también es un arte temporal puesto que se desarrolla en el tiempo a diferencia de otras artes que son espaciales) de Bach también comienza de una manera poco habitual: ¡con una Sonatina puramente instrumental! Es decir, antes de que aparezca el texto de la Cantata con su música, antes de saber lo que nos quiere contar, sólo escuchamos sonidos sin texto (prepara nuestro ánimo, cautiva nuestra sensibilidad, nos saca de nuestro tiempo humano y nos traslada al tiempo de los sonidos, nos mete en otra dimensión, en otro plano… como hacía, por supuesto en un contexto completamente diferente, el Apocaleta), con un timbre único e irrepetible, unos planos sonoros perfectamente delineados, articulados con un deambular tonal aparentemente libre pero perfectamente estructurado… una música cuya belleza habla por sí misma y donde, yo al menos de manera breve pero intensa, pierdo la noción del tiempo: para mí otro aspecto del tiempo de Dios que es el mejor…
Continuará...
Perdón: no sé qué he hecho mal para que salga mi mensaje anterior con caracteres como: size=, etc pero no consigo arreglarlo...
Espero que se entienda...
Hola!
No, Isidro, no fue un problema tuyo, sino del editor con formatos que no se lleva bien con lo que proviene de otros editores: seguramente has escrito primero en word, y luego copiado-pegado.
Para evitar que vuelva a ocurrirte te recomiendo que uses el "editor sin formatos", mucho más cómodo a mi juicio.
Haces así: vas a la portada d elos foros (http://www.eltestigofiel.org/dialogo/foros.php), buscas un gran recuadro que dice "Opciones de funcionamiento", y abajo de todo de ese cuadro, justo antes del botón de guardar los cambios, verás un check que dice "usar el editor sin formatos"; lo tildas, guardas los cambios, y ya está. Pruébalo, si no siempre se puede volver con facilidad al otro.
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«Busca a Dios, entonces hallarás a Dios y todo lo bueno.» (M. Eckhard)
una música cuya belleza habla por sí misma y donde, yo al menos de manera breve pero intensa, pierdo la noción del tiempo
Sí, realmente es eso lo que se siente con esta cantata
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«Busca a Dios, entonces hallarás a Dios y todo lo bueno.» (M. Eckhard)
Ya está vuelta a subir a ETF
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«Busca a Dios, entonces hallarás a Dios y todo lo bueno.» (M. Eckhard)
Dice Daniel S. Vega con respecto al número 2 de esta Cantata BWV 106:
“El número 2 es complejo, ya que presenta una disposición motetística, en la que se van yuxtaponiendo secciones musicales independientes con material propio y diferenciado para cada nueva sección literaria. Los textos presentan generalidades sobre la muerte y concluyen con la definición categórica de la condición humana: Tienes que morir. A partir de aquí, como dice A. Dürr, la muerte de Jesús, que ha vencido a la muerte (el “Muerte ¿dónde está tu aguijón?” de S. Pablo) da sentido a la vida del cristiano, que responde con el “Ven, Señor Jesús”. He aquí el contenido musical de cada uno de los episodios musicales contenidos en este número:
1)Las palabras que dan título a la Cantata se entonan brevemente (seis compases) en homofonía ligeramente figurada.
2)En Él vivimos… (Hechos de los Apóstololes, 17,28) es una fuga, en Allegro, de 34 compases, en la que el tema entre en estrecho de la voces superiores y es replicado de la misma forma por las graves. La palabra weben (nos movemos) motiva una animada vocalización y so lange (por todo el tiempo) una larga nota tenida sobre la que se queda colgado en solitario el soprano.
3)En Él morimos Adagio assai, un breve pasaje homofónico de ocho compases, que sobre la palabra sterben (morimos) se enturbia con armonías de séptima disminuida.
4)Ah, enséñanos, pues, a contar nuestros días… (Salmo 90,20) es un arioso de tener, cuya temática recuerda a la de la Sonatina, acompañado por todo el instrumentario. Se basa en la técnica de Chacona, cuyo tema ostinato aparece cuatro veces en la tonalidad principal, do menor, y otras cuatro en (la dominante menor) sol menor (con alguna variante), para concluir los instrumentos libremente y dar paso al bloque siguiente.
5)Dispón tu casa, porque vas a morir… (Isaías 38,1) A cargo del bajo apoyado por las flautas en unísono y continuo, que llega a concretar casi un aria, por más que su pequeñas dimensiones (sesenta compases de 3/8) no le permitan formular desarrollos, ni admiten un ritornello en sentido estricto (…)
6)Ésta es la ley desde el principio: Hombre, tienes que morir. Inician las tres voces inferiores una breve fuga de veinte compases sobre una marcha regular en corcheas impertérritas del continuo, sobre las que se engancha el soprano para cantar la aceptación cristiana de la muerte el Ja, Komm, Herr Jesú Sí, ven, Señor Jesús. Al cuarto compás los instrumentos entonan a cuatro voces (…) el coral Ich habe mein Sach Gott heimgestellt (He encomendado mis cosas a Dios), disponiendo un discurso perfectamente trabado, ya que los tres elementos (fuga en la voces inferiores, aria de soprano y coral instrumental) se van imbricando unos en otros, alternando y dialogando. Al final queda flotando el soprano sólo con su súplica (…) El texto de la fuga procede del Eclasiástico (14,18) o Libro de Sirach según la denominación luterana, y la exclamación Sí, ven, Señor Jesús del Apocalipsis (22,20)".
Hasta aquí la cita… ahora algunas de mis conclusiones:
1) Destacar la complejidad de este número. Normalmente cada número o movimiento de una Cantata de Bach es un recitativo o un aria o un coral, etc es decir, utiliza un tipo de tratamiento, forma… musical. Pero en este número Bach va enlazando sin solución de continuidad diferentes tratamiento compositivos (mencionados en mi cita anterior de Daniel Vega: homofonía, fuga, arioso, etc), articulando textos diferentes y creando un tiempo musical único (a imagen del Tiempo de Dios).
2)Este número no sólo es complejo a nivel lineal, es decir, como tiempo lineal explicado en el punto anterior… sino también a nivel espacial o dimensional: desde el compás 131 hasta el final se van imbricando, alternando, dialogando… en el mejor tiempo musical (como el de Dios) 3 planos completamente diferentes (fuga, aria y coral). ¡Todo un tratado de composición!
3)Normalmente los números o movimientos musicales de una Cantata, Concierto, Sonata… son tonalmente cerrados, es decir, comienzan y terminan en el mismo tono. Es un tiempo cerrado, circular. En este número Bach crea una imagen de tiempo abierto, lineal… al comenzar en Mib y finalizar en fam, es decir, en otra tonalidad, lo cual, insisto no es habitual (excepto en los recitativos donde las razones son diferentes) en el Barroco; habrá que esperar a Mahler y otros autores(S. XIX-XX)para ver con “normalidad” este concepto de tonalidad evolutiva…
4)¡Qué podemos decir del final de este número? Pues que no parece un final... Hay conclusión (de alguna manera hay que cerrar el discurso musical...), pero reflejando del deseo del texto y el Tiempo de Dios es una conclusión abierta...
5) En definitiva, Bach utiliza, en parte, un lenguaje muy novedoso que apunta, incluye... aspectos del futuro musical. Curioso: el Tiempo de Dios también incluye el futuro: como tantas veces nos explica Abel:¡su propio nombre lo designa!
Continuará…
Gracias por la explicación, la verdad es que uno al escuchar "siente" esa novedad que implica una especie de final abierto, pero muy distinto es ir viendo cómo lo construyó con las herramientas del propio discurso musical. Me ha ayudado mucho leer las explicaciones, la verdad es que la construcción de este número me parecía un tanto extraña.
No sabía que lo que entonan los instrumentos es otro coral del propio Bach (de hecho no conocía ese coral). Por lo que veo de diferencia en el BWV el coral es posterior a esta obra, así que vendría a ser lo que hoy llamamos un "spin-off", el desprendimiento de una parte de la obra que se vuelve autónoma.
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«Busca a Dios, entonces hallarás a Dios y todo lo bueno.» (M. Eckhard)
Continúo citando a Daniel S. Vega:
“El número 3, también en disposición motetística, presenta dos secciones bien diferenciadas, que organizan en un todo armónico tres elementos literarios diferentes: el versículo 6 del salmo 31, en tus manos encomiendo mi espíritu; sin solución de continuidad el bajo canta la promesa que el evangelista Lucas (23, 43) pone en boca de Jesús crucificado al ladrón arrepentido, Hoy estarás conmigo en el paraíso, sobre las que el contralto superpone como respuesta el coral Mit Fried und Freud ich fahr dahin (en paz y alegría me dirijo hacia allí), versión del cántico de Simeón (v. BWV 82) en la traducción de Lutero, que murió con ellas en los labios. Hasta aquí se ha presentado la muerte con su carácter de irremediable, pero en este punto se ofrece el significado del hecho para el creyente: será traspasar una frontera hacia la vida eterna. Hay también un trasfondo catequético muy del estilo de la teología paulina: el Antiguo Testamento, la Ley, es muerte; Jesús, el Nuevo Testamento, vida.
La disposición musical de este número se abre a cargo de contralto y continuo. El tema inicial, una poderosa escala ascendente en ámbito de 12ª que se adorna y resuelve, que el continuo presenta en solitario, se repite íntegramente cuatro veces, cinco veces el tramo de séptima inicial, una quinta vez completo, que da paso a una elaboración de tipo episódico, para concluir con el tema íntegro. Sobre este ostinato del bajo, elabora el contralto un desarrollo melódico muy próximo a la chacona, In deine Hände, llegando a utilizar el fragmento inicial en las pausas del tema y en los fragmentos episódicos, con lo que también juega la voz. El bajo entona inmediatamente la promesa de Jesús en la cruz, Heute wirst du mit mir im paradies sein, con el apoyo del continuo. Una vez oído su canto, el contralto superpone el coral de Lutero incorporando el concurso de las violas de gamba. Toda concluye en una plácida serenidad: Der Tod ist mein Schlaf worden, la muerte se ha convertido en mi sueño, dicen las palabras finales.
El número 4 es una fantasía sobre el coral, cantando en acordes por el coro, aunque el soprano no deja de introducir algún adorno en la melodía. La orquesta lo preludia, acompaña y replica (…) Una vez entonado completo, desarrolla sobre la última frase una doble fuga de treinta y dos compases que concluye desvaneciéndose con un sorprendente efecto de eco.”
Para mí el número 3 es similar en planteamiento al número 2 y, por lo tanto, se pueden aplicar conclusiones parecidas (ver mensaje correspondiente). En cambio el número 4 excepto por la doble fuga final (es decir, sobre dos sujetos) es más convencional: por ejemplo, tonalmente es cerrado (comienza y finaliza en Mib), la elaboración compositiva sobre la melodía coral está más "normalizada", etc.
Para finalizar: espero que estos comentarios analíticos sirvan para escuchar, apreciar,disfrutar… que, en definitiva, es de lo que se trata, esta obra maravillosa de J. S. Bach.
La verdad es que sí, estos comentarios analíticos ayudan mucho a la comprensión d ela obra. Para mí que conozco esta cantata de memoria, la estructura del nº 2 fue una verdadera revelación.
Como dices, el final de la obra realmente resulta convencional... el propio Bach debía tener ya ganas de echar el cierre después de esos complejos y creativos nos. 2 y 3.
Un abrazo
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«Busca a Dios, entonces hallarás a Dios y todo lo bueno.» (M. Eckhard)