Hoy empezamos el Octavario por La Unidad
Y, traigo aquí la reflexión del primer día, sin comentarios adicionales, por mi parte. Creo que es bueno leerla
Ahí va
Día 1
Que fluya el derecho como agua
(Amós 5, 24)
Amós 5, 22-25
Lucas 11, 37-44
Reflexión
“Algunas veces los cristianos pueden estar muy comprometidos con las plegarias y las celebraciones, pero menos preocupados por los pobres y los marginados. A veces oramos en la iglesia, pero al mismo tiempo oprimimos al prójimo y explotamos el medio ambiente. Los cristianos de Indonesia reconocen que en su tierra hay personas que intentan practicar su fe con pasión, pero que oprimen a los de otras creencias, incluso utilizando medios violentos. Sin embargo, en el evangelio de Lucas Jesús nos recuerda que el signo exterior del culto auténtico de Dios es actuar con justicia. Condena con mucha dureza a los que descuidan esta obligación.
En la profecía de Amós, Dios rechaza el culto que le ofrecen los que no practican la justicia, hasta que hagan que «fluya el derecho como agua y la justicia como un río inagotable» (5, 24). El profeta insiste en el vínculo indisoluble entre el culto y realizar actos de justicia. Cuando los cristianos trabajan juntos para escuchar el grito de los pobres y oprimidos, crecen en la comunión entre ellos y con el Dios Uno y Trino.”
Yo todos los años, busco intercesores para el Octavario, este también y, los comparto, a veces van no canonizados
Hno Roger de Taize, acompáñanos en el Camino de La Unidad
Madre Teresa de Calcuta, acompáñanos en el Camino de La Unidad
Hermano Saulo de Tarso( San Pablo), acompáñanos en el Camino de La Unidad
Hermana y, Madre, María de Nazaret, acompáñanos en el Camino de La Unidad
Dios Uno y Trino, acompaña nuestro caminar en búsqueda de La Unidad de tu Santa Iglesia, cuando quieras, y, como quieras. Amen
Esta es mi aportación por el primer día
Las lecturas de hoy en el Octavario son
Amós 5, 22-25
Lucas 11, 37-44
Un abrazo
Maite
“Es tiempo de caminar”
Gracias, Maite, por recordarlo.
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«Busca a Dios, entonces hallarás a Dios y todo lo bueno.» (M. Eckhard)