Hechos 27, 20
«El sol y las estrellas permanecieron ocultos durante muchos días y, como la tempestad no disminuía, perdimos toda esperanza de salvarnos».
Esta es la primera lectura del 2º día del octavario por La Unidad.
El relato habla del naufragio en la isla de Malta; de Pablo y, otros compañeros
Pero también significa mucho más; y, para mi llevado al tema del día representa el tiempo en que los cristianos nos veíamos como enemigos, y, aun hoy hay grupos que ven al que no es de su Iglesia, Comunidad, como un enemigo.
También las luchas en La Iglesia el avance del mal en el mundo; sin ver el sol ni las estrellas, es decir sin ver nada bueno; pero sabemos que el sol existe aunque no sea vea, y, acaba saliendo. Del mismo modo aunque oculto el bien existe, y, aunque a veces no lo sintamos caminamos de La Mano de Jesús, hacia La Unidad.
Oración
Oh, Dios, tu palabra es luz para nuestros pasos y sin ti nos perdemos y nos desorientamos. Ilumínanos, para que por medio de tu palabra podamos caminar por tu senda. Que nuestras Iglesias anhelen tu presencia que guía, consuela y transforma honestidad para reconocer aquellos momentos en que hacemos difícil que otros puedan ver tu luz; y danos la gracia que necesitamos para compartir tu luz con los demás. Te lo pedimos en el nombre de tu Hijo, que nos llama a nosotros, sus discípulos, a ser luz del mundo. Amén.
Que Santa María La Madre de Jesús, y, sus hermanos que somos todos los bautizados, es más llamados a serlo todos los seres humanos.
El Cardenal Newman, que vivió el drama de la separación
Pablo VI, que no dudo en pedir perdón a Athenagoras
Luther Küng que soñó con un mundo sin odios raciales, donde todos fueran uno
El Pastor Bonhofer, victima de Hitler por su fidelidad al Evangelio. Rueguen a Cristo, por todos los cristianos.
Las lecturas de este día y la reflexión son
Iluminación: Buscar y mostrar la luz de Cristo
Hechos 27, 20
«El sol y las estrellas permanecieron ocultos durante muchos días y, como la tempestad no disminuía, perdimos toda esperanza de salvarnos».
Salmo 119, 105-110
Marcos 4, 35-41
Reflexión
Cristo es nuestra luz y nuestro guía. Sin la luz y la guía de Cristo nos desorientamos. Cuando los cristianos pierden de vista a Cristo, se vuelven miedosos y se separan unos de otros. Por otro lado, muchas personas de buena voluntad que están fuera de la Iglesia no son capaces de ver la luz de Cristo, ya que a causa de nuestras divisiones los cristianos reflejamos la luz de Cristo con menos claridad y, a veces, incluso la ocultamos. Al buscar la luz de Cristo, nos vamos uniendo más unos a otros y reflejamos mejor esta luz, volviéndonos verdaderamente un signo de Cristo, luz del mundo.
Un abrazo Maite
“Jesús es el Cordero que viene a liberarnos”