En el Quinto día del Octavario, se nos recuerda la importancia de La Palabra de Dios para nosotros, en nuestra vida
Se nos dice que dejemos que nos tranforme
Juan 15, 3 “Vosotros ya estais limpios...”, El poder purificador de La Palabra de Dios, que como dice en Hebreos penetra hasta la médula
En Deuteronomio 30, 11-20, “La Palabra esta muy cerca de tí”, nos habla de Los mandamientos de la voluntad de Dios, que no es algo algo que nos sea ajeno, sino algo que llevamos grabado
En el Evangelio, Mateo 5, 1-12, se nos proponen las Bienaventuranzas, que también nos explico el Papa Francisco, que todos podemos meditar aquí mismo en el Testigo fiel, y, en la Web del Vaticano, en ellas aprenderemos también a vivir nuestro compromiso ecuménico, a seguir orando, y trabajando porque Dios nos una en el Cuerpo de su Hijo que es la Iglesia cuando quiera, y como quiera
Lo pedimos por la intercesión de
De Santa María, Madre de Jesús, Madre de La Iglesia, Madre de La Unidad
Del Patriarca Abraham nuestro Padre en la Fe
De San Jerónimo, el Padre de La Iglesia que nos recuerda que desconocer La Escritura es desconocer a Jesús, y, La Biblia nos une a los cristianos
De San Pablo y su discípulo Timoteo, que vivieron ya los primeros conflictos entre cristianos
De San Juan de Calabría, que fomento las relaciones entre los cristianos
y de San Juan Pablo II, el Papa puso el ecumenismo como una prioridad
Un abrazo
Maite
“Que sean Uno Padre, como Tú y Yo, somos Uno”