Inicio
†
(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Himno
Victoria, tú reinarás.
¡Oh cruz, tú nos salvarás!
El Verbo en ti clavado, muriendo, nos rescató;
de ti, madero santo, nos viene la redención.
Extiende por el mundo tu reino de salvación.
¡Oh cruz fecunda, fuente de vida y bendición!
Impere sobre el odio tu reino de caridad;
alcancen las naciones el gozo de la unidad.
Aumenta en nuestras almas tu reino de santidad;
el río de la gracia apague la iniquidad.
La gloria por los siglos a Cristo libertador,
su cruz nos lleva al cielo, la tierra de promisión.
Primer Salmo
Ant: Dijeron los impíos: «Atropellemos al justo, que se opone a nuestras acciones.»
Que el Dios de la esperanza colme vuestra fe de paz (Rm 15,13)
Sólo en Dios descansa mi alma,
porque de él viene mi salvación;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.
¿Hasta cuándo arremeteréis contra un hombre
todos juntos, para derribarlo
como a una pared que cede
o a una tapia ruinosa?
Sólo piensan en derribarme de mi altura,
y se complacen en la mentira:
con la boca bendicen,
con el corazón maldicen.
Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.
De Dios viene mi salvación y mi gloria,
él es mi roca firme,
Dios es mi refugio.
Pueblo suyo, confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón,
que Dios es nuestro refugio.
Los hombres no son más que un soplo,
los nobles son apariencia:
todos juntos en la balanza subirían
más leves que un soplo.
No confiéis en la opresión,
no pongáis ilusiones en el robo;
y aunque crezcan vuestras riquezas,
no les deis el corazón.
Dios ha dicho una cosa,
y dos cosas que he escuchado:
"Que Dios tiene el poder
y el Señor tiene la gracia;
que tú pagas a cada uno
según sus obras."
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Dijeron los impíos: «Atropellemos al justo, que se opone a nuestras acciones.»
Segundo Salmo
Salmo 66: Que todos los pueblos alaben al Señor
Si se ha rezado este salmo en el invitatorio, se reemplaza por el Salmo 94
que se transcribe a continuación de éste.
Ant: Él tomó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores.
Sabed que la salvación de Dios se envía a los gentiles (Hch 28,28)
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 94: Invitación a la alabanza divina
Sólo se reza en reemplazo del anterior.
Animaos los unos a los otros, día tras día, mientras dure este «hoy» (Hb 3,13)
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso."»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Él tomó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores.
Cántico NT
Colosenses 1,12-20: Himno a Cristo, primogénito de toda criatura y primer resucitado de entre los muertos
Ant: Por Cristo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda criatura;
porque por medio de Él
fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por Él y para Él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en Él.
Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en Él quiso Dios que residiera toda la plenitud.
Y por Él quiso reconciliar consigo todos los seres:
los del cielo y los de la tierra,
haciendo la paz por la sangre de su cruz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Por Cristo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.
Lectura Bíblica
Lectura de la carta a los Efesios
Ef 4,32-5,2
Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo, sed imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor, como Cristo os amó, y se entregó por nosotros a Dios como oblación y victima de suave olor.
Cántico Evangélico
Ant: El Maestro dice: «Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos.»
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(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar)
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
†
(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar)
Magníficat ánima mea Dóminum,
et exsultávit spíritus meus in Deo salvatóre meo,
quia respéxit humilitátem ancíllæ suæ.
Ecce enim ex hoc beátam me dicent omnes generationes,
quia fecit mihi magna, qui potens est,
et sanctum nomen eius,
et misericórdia eius in progénies et progénies
timéntibus eum.
Fecit poténtiam in bráchio suo,
dispérsit supérbos mente cordis sui;
depósuit poténtes de sede
et exaltávit húmiles;
esuriéntes implévit bonis
et dívites dimísit inánes.
Suscépit Israel púerum suum,
recordátus misericórdiæ,
sicut locútus est ad patres nostros,
Abraham et sémini eius in sæcula.
Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.
Sicut erat in princípio, et nunc et semper,
et in sæcula sæculórum. Amen.
Ant: El Maestro dice: «Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos.»
Preces
Adoremos al Salvador de los hombres, que, muriendo, destruyó nuestra muerte y, resucitando, restauró la vida, y digámosle humildemente:
Santifica, Señor, al pueblo que redimiste con tu sangre
- - Redentor nuestro, concédenos que, por la penitencia, nos unamos más plenamente a tu pasión,
para que consigamos la gloria de la resurrección.
- - Concédenos la protección de tu Madre, consuelo de los afligidos,
para que podamos confortar a los que están atribulados mediante el consuelo con que tú nos confortas.
- - Haz que tus fieles participen en tu pasión mediante los sufrimientos de su vida,
para que se manifiesten en ellos los frutos de tu salvación.
- - Tú que te humillaste, haciéndote obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz,
enseña a tus fieles a ser obedientes y a tener paciencia.
- - Haz que los difuntos sean transformados a semejanza de tu cuerpo glorioso,
y a nosotros danos un día parte en su felicidad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
- (Por la Evangelización) Por los nuevos mártires. Oremos para que quienes en diversas partes del mundo arriesgan su vida por el Evangelio contagien a la Iglesia su valentía y su impulso misionero.
Anónimo: Te doy gracias Señor San José por el trabajo que le has concedido a mi hijo.
Gloria a Dios
Anónimo: Hoy le pido a la Virgen de Lourdes por Antonio mi ahijado, por su conversión.Amen
Anónimo: Por Isabel para que Dios nuestro Padre le asista en su enfermedad y la cure.Amen
Anónimo: Para que salgamos de la difícil situación económica que atravesamos en casa. Te lo pedimos Sempre.
Anónimo: Por la salud de Marisa y familiares, y por la paz en la tierra, Avemaria
Confiemos nuestras súplicas a Dios, nuestro Padre, terminando esta oración con las palabras que el Señor nos enseñó:
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Final
Oh Dios, que, para librarnos del poder del enemigo, quisiste que tu Hijo muriera en la cruz, concédenos alcanzar la gracia de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
Si el que preside no es un ministro ordenado, o en el rezo individual:
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(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.
Si el que preside es un ministro ordenado, utiliza una de estas dos fórmulas finales:
(Fórmula larga)
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
V/. La paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodie vuestros corazones y vuestros pensamientos en el conocimiento y el amor de Dios y de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
R/. Amén.
V/. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo † y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.
R/. Amén.
(Fórmula breve)
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo † y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.
R/. Amén.
Si se despide a la asamblea se añade:
V/. Podéis ir en paz.
R/. Demos gracias a Dios.