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El Testigo Fiel
formación, reflexión y amistad en la fe, con una mirada católica ~ en línea desde el 20 de junio de 2003 ~
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«Mira que estoy a la puerta y llamo,
si alguno oye mi voz y me abre la puerta,
entraré en su casa y cenaré con él, y él conmigo...»
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Oración: Lecturas de la misa
Viernes 2 de junio: Año litúrgico 2022 ~ 2023

Tiempo Ordinario ~ Ciclo A ~ Año Impar
Hoy celebramos:
Viernes, VIII semana del Tiempo Ordinario, feria
o bien: San Marcelino y San Pedro, mártires, memoria libre
Las lecturas se toman de: Viernes, VIII semana del Tiempo Ordinario
Si 44,1.9-13: Nuestros antepasados fueron hombres de bien, vive su fama por generaciones.
Sal 149,1-2.3-4.5-6a.9b: El Señor ama a su pueblo.
Mc 11,11-26: Mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblos. Tened fe en Dios.
Traducción de las lecturas de Misa: Alonso Schökel y eq. - escoger oficial CEE (España)
Independientemente de la traducción escogida, si la referencia de la lectura aparece en rojo, el texto está en la traducción del P. Alonso Schökel, que es la única que está completa en la base de datos.
Si 44,1.9-13: Nuestros antepasados fueron hombres de bien, vive su fama por generaciones.
Hagamos el elogio de los hombres de bien,
de la serie de nuestros antepasados.
Hay quienes no dejaron recuerdo,
y acabaron al acabar su vida:
fueron como si no hubieran sido,
y lo mismo sus hijos tras ellos.
No así los hombres de bien:
su esperanza no se acabó,
sus bienes perduran en su descendencia,
su heredad pasa de hijos a nietos.
Sus hijos siguen fieles a la alianza,
y también sus nietos, gracias a ellos.
Su recuerdo dura por siempre,
su caridad no se olvidará.
Sal 149,1-2.3-4.5-6a.9b: El Señor ama a su pueblo.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sion por su Rey. R.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes. R.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca.
Es un honor para todos sus fieles. R.
Mc 11,11-26: Mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblos. Tened fe en Dios.
Después que la muchedumbre lo hubo aclamado, entró Jesús en Jerusalén, en el templo, lo estuvo observando todo, y, como era ya tarde, se marchó a Betania con los Doce.
Al día siguiente, cuando salió de Betania, sintió hambre.
Vio de lejos una higuera con hojas, y se acercó para ver si encontraba algo; al llegar no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos.
Entonces le dijo:
-Nunca jamás coma nadie de ti.
Los discípulos lo oyeron.
Llegaron a Jerusalén, entró en el templo, se puso a echar a los que traficaban allí, volcando las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas.
Y no consentía a nadie transportar objetos por el templo.
Y los instruía diciendo:
-¿No está escrito: Mi casa se llama Casa de Oración para todos los pueblos? Vosotros en cambio la habéis convertido en cueva de bandidos.
Se enteraron los sumos sacerdotes y los letrados, y como le tenían miedo, porque todo el mundo estaba asombrado de su enseñanza, buscaban una manera de acabar con él.
Cuando atardeció, salieron de la ciudad.
A la mañana siguiente, al pasar, vieron la higuera seca de raíz. Pedro cayó en la cuenta y dijo a Jesús:
-Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado.
Jesús contestó:
Tened fe en Dios. Os aseguro que si uno dice a este monte: «Quítate de ahí y tírate al mar», no con dudas, sino con fe en que sucederá lo que dice, lo obtendrá.
Por eso os digo: Cualquier cosa que pidáis en la oración, creed que os la han concedido, y la obtendréis.
Y cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, para que también vuestro Padre del cielo os perdone vuestras culpas.
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