por Jorge A. Bravo Ceballos O. (i) (179.7.90.---) - martes , 30-dic-2014, 6:17:11
El niño tierno es el que necesita la ternura como medio de alimentación, física y espiritual. Esta formación en su origen, da por resultado un ser humano capaz de perfumar espiritualmente de paz al mundo. Como una rosa que perfuma, eventualmente sucede que sus espinas nos requieren por más cuidado en su trato; no por las espinas estén puestas para hincarnos, si no para recordarnos sobre nuestra atención a los detalles. El marco tan competitivo y seductor hacia el triunfalismo del mundo actual, nos hace proveer a nuestros hijos con espinas artificiales y artificiosas, en un modelo de Pseudo Rosa, cuyo aroma tiene mucho de olivo y laurel, cuyo tallo está erizado y con un color corcel de oscura fama. Papa Francisco pide paz desde antes de la cuna a la tumba, la gloria de Dios está en el hombre que vive, no en el que mata. El hombre actual daña al hombre, al niño antes de nacer, a los animales, a la naturaleza, a su casa, al mundo, a sus sentimientos originales y a cuanto pueda encumbrarlo como fruto de ese daño; por eso estoy revisando la intercesión de San Ireneo, hombre de Paz, de misiones difíciles, pero exitosas, todas de provecho común, para el bien de la iglesia y sus adversarios: ese es el camino que quiero seguir.