Destrucción total, una catástrofe para la región. Este es el sentimiento expresado en estas horas, y recogido por Vatican News, por quienes presenciaron el incendio que, hace dos días, el viernes 11 de octubre, consumió totalmente la parroquia de San Antonio de Padua y el convento franciscano, conocido como iglesia de San Francisco, en la provincia costera de Iquique, en la región chilena de Tarapacá.
Era uno de los edificios católicos más antiguos de todo Chile, en su mayor parte de madera, que databa del siglo XVII, construido en la época de la conquista española y de la primera llegada de la Orden Franciscana a la región. Había sido declarado monumento histórico nacional en 1994.
Sin víctimas
Las llamas, que se habían originado el día anterior bajo la estatua de un santo, fueron contenidas inicialmente por los bomberos, para reanudarse 24 horas después, por causas desconocidas, y sin que los servicios de rescate, doce en total, pudieran evitar que el fuego consumiera totalmente el edificio de madera.
Las autoridades abrieron una investigación y ahora un equipo de investigadores trabaja para encontrar pruebas de la causa inicial del incendio, que afortunadamente no causó víctimas.