Con motivo del inicio del mes de Ramadán, el Dicasterio para el Diálogo Interreligioso del Vaticano ha dirigido un mensaje a los musulmanes de todo el mundo, destacando la importancia de la fraternidad, la solidaridad y la esperanza en un mundo marcado por la incertidumbre y el conflicto. Al coincidir en tiempo ambas celebraciones, el Vaticano subraya la convergencia espiritual entre el Ramadán y la Cuaresma, dos periodos de ayuno y reflexión que, aunque pertenecen a tradiciones distintas, invitan a sus fieles a la conversión interior y a la búsqueda de Dios.
Desde la perspectiva cristiana, el Ramadán es visto como una escuela de transformación interior. “El ayuno y la abstinencia de los musulmanes durante este mes santo son un ejercicio de autodisciplina que permite redirigir la atención a lo trascendental. De manera similar, la Cuaresma invita a los cristianos a la reflexión a través del ayuno, la oración y la limosna, promoviendo una conversión profunda y un renovado compromiso con la fe”, escribe el cardenal George Jacob Koovakad en el mensaje.
Diálogo en un mundo dividido
En sus palabras, la Santa Sede no solo resalta los aspectos espirituales compartidos por ambas religiones, sino que también hacen un llamamiento a cultivar la fraternidad y el respeto mutuo. En este sentido, el documento subraya que musulmanes y cristianos tienen una responsabilidad común: “ser testigos de la esperanza y el diálogo genuino”. Las palabras resaltan también la urgencia de rechazar cualquier forma de violencia, discriminación o exclusión, promoviendo en su lugar el entendimiento y la cooperación.
El documento también aborda el papel de la fe en la transformación de la sociedad. Según el Vaticano, “la fe no debe limitarse a expresiones externas, sino que debe traducirse en acciones concretas que fomenten la justicia, la compasión y el respeto por la creación”. Tanto musulmanes como cristianos están llamados a “ser guardianes de la dignidad humana”. Con ello, la Santa Sede invita a los creyentes de ambas religiones a no conformarse con una simple coexistencia, sino a forjar relaciones auténticas de amistad y hermandad.
Palabras del Vaticano hacia el Ramadán
El mensaje que la Santa Sede ha enviado a los musulmanes concluye así: “En este periodo de Ramadán y con la proximidad del Eid al-Fitr, nos complace compartir esta esperanza con ustedes. Que nuestras oraciones, nuestros gestos de solidaridad y nuestros esfuerzos por la paz sean señales tangibles de nuestra sincera amistad.
Que esta festividad sea una oportunidad para encuentros fraternales entre musulmanes y cristianos, donde podamos celebrar juntos la bondad de Dios. Estos momentos de compartir, simples pero profundos, son semillas de esperanza que pueden transformar nuestras comunidades y nuestro mundo. ¡Que nuestra amistad sea esa sombra benéfica para un mundo sediento de paz y fraternidad!”