En la Catedral Metropolitana se celebró ayer por la tarde una Oración Interreligiosa en memoria de quien fuera el Pastor de la Iglesia porteña durante 15 años, con la presencia de los representantes de los distintos credos que profesan en la Argentina.
El evento contó con la presencia del arzobispo de Mendoza y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Marcelo Colombo, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, y el obispo emérito de San Isidro y miembro de la Comisión Episcopal de Ecumenismo y Relaciones con el Judaísmo, el Islam y las Religiones, Oscar Ojea, por la Iglesia Católica. Por el judaísmo, el rabino Daniel Goldman. Por el Islam, el Sheij Salim Delgado Dassum y Omar Abboud. Por las Iglesias Ortodoxas, Kissag Mouradian, de la Iglesia Armenia. Por las Iglesias Evangélicas Protestantes, la Pastora Metodista Mariel Pons. Por las Iglesias Evangélicas Pentecostales, el Pastor Norberto Saracco.
También participaron autoridades nacionales: el jefe de Gabinete de Ministros, Guillermo Francos; el canciller Gerardo Werthein; y el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo. También autoridades del gobierno de la ciudad autónoma de Buenos Aires y de la provincia de Buenos Aires.
Intervenciones
El arzobispo porteño dio la bienvenida y agradeció la presencia de los distintas comunidades en la Catedral, lugar que Francisco siempre quiso que sea la casa de todos. Destacó que el Pontífice había ya señalado que el diálogo entre las religiones es el camino de la paz y por el bien común. Como mejor homenaje, instó a continuar juntos construyendo la paz, trabajando por los más pobres, que tenían en el corazón del Papa un lugar especial.
El rabino Goldman destacó que la primera misa fuera de Roma, Francisco la celebró en Lampedusa. “El Papa fue un convencido de que la solución a muchos de los problemas no vendrán del Viejo Mundo”, afirmó.
Sheij Salim Delgado afirmó que “Hoy musulmanes de todo el mundo recordamos el legado de un hombre que luchó por la paz. Y Abboud resaltó que en tiempos que estamos ávidos de certezas y tiempos de virtualidad, la voz de Bergoglio, resulta indispensable. porque es “un tipo de voz de las que escasean”.
Kissag Mouradian, de la Iglesia Armenia, valoró el camino de la búsqueda de la pacificación encarada por Francisco.
La Pastora Metodista señaló: “En este mundo que se convierte en tan árido a veces, nos ayudó y nos ayuda a seguir creyendo en la bondad de Dios“, a través del diálogo.
El pastor Saracco recordó que en la última misa de Bergoglio antes de ser Papa, los invitó y les confesó: “traje a mis amigos para pedir perdón por lo que hicimos“.
Continuar el legado
Por su parte, el presidente de la CEA, agradeció a todos los presentes este momento de profunda comunión, diálogo, acercamiento, de conocimiento recíproco.
Y quiso recordar algunas ideas inspiradoras del legado de Francisco:
-la primacía del servicio sobre cualquier formalismo o estructura que nos separen de los pobres, de los descartados, de los invisibilizados
-su servicio a la causa de la paz, a través del respeto de los pueblos, las culturas, las raíces, que sea puente hacia los otros. “Una paz sin muros ni divisiones”, enfatizó.
-su llamada a cuidar la casa común: la creación de Dios puesta en nuestras manos para cuidar los recursos, prevenirla de un mal uso o de intereses mezquinos que atenten contra la dignidad de las personas.
“Les propongo que nos llevemos la mano al corazón en un momento de oración común que cierre esta bella tarde compartida. Todos tenemos algo para agradecer a Dios de la vida de Francisco, algo que está en nuestro corazón y ahí lo queremos cuidar como memoria que viva entre nosotros”, concluyó Colombo.