OMA, jueves, 5 mayo 2005 (ZENIT.org).- La beata sueca María Elisabetta Hesselblad, fundadora de la Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida, ha sido proclamada «Justa entre las Naciones» por la ayuda concedida a los judíos en Roma durante la Segunda Guerra Mundial.
La medalla que testimonia este reconocimiento será entregada a su sucesora como abadesa general de la Orden, la madre Maria Tekla Famiglietti, el 3 de junio por el consejero de la embajada de Israel, Shai Cohen.
En la ceremonia, que tendrá lugar en el Palacio de la Cancillería, estarán presentes el arzobispo Leonardo Sandri, sustituto de la Secretaría de Estado, Walter Veltroni, alcalde de Roma, embajadores de Suecia y familiares de la beata.
La madre Hesselblad, convertida del luteranismo a la Iglesia católica, fundó en 1911 la Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida, difundida hoy en 16 países. Juan Pablo II la beatificó el 9 de abril de 2000.
Durante la ocupación alemana en Italia, la beata residió en Roma, en la casa de Santa Brígida, en la Plaza Farnese, como abadesa general de la Orden.
Las familias judías romanas Piperno y Sed, después de haber tenido que desplazarse por diferentes lugares a causa de la ocupación nazi, a partir del 8 de septiembre de 1943, decidieron volver a la ciudad eterna y encontraron refugio en el Convento de Santa Brígida.
La madre les enseñó cuáles eran los lugares en los que podían esconderse, en caso de que hubiera una irrupción de la policía, y prestó atención para que no se les obligara a participar en las oraciones cristianas.