"Apolinar, el santísimo obispo de Hierápolis en Frigia de Asia, que vivió en un tiempo próximo al de los Apóstoles, enseñó una doctrina muy parecida en su tratado "Sobre la Pascua". He aquí lo que dijo:
"Hay algunos que por ignorancia aman discutir de esas cuestiones, debiendo padecer un castigo perdonable; porque la ignorancia no acepta acusación, pero recibe con agrado la instrucción. Pretenden que el 14 (del mes de Nisan) el Señor comió el cordero con sus discípulos, y que fue el gran día de la fiesta de los Ázimos que él padeció, exponiendo con detalle que Mateo (cf. Mt 26,17 ss.) se expresa así como ellos lo han comprendido. Sin embargo, su manera de ver es contraria a la Ley, y los Evangelios parecen contradecirse".
Y también escribió en ese mismo libro:
"El día 14 es la verdadera Pascua del Señor; la gran inmolación en lugar del cordero es el Hijo de Dios; Aquel que fue atado y, sin embargo, ató al fuerte (cf. Mt 12,29; Mc 3,27); que fue juzgado, y es Juez de vivos y muertos (cf. Hch 10,42); el que fue entregado en manos de los pecadores (cf. Mt 26,45) para ser crucificado, (es) el que ha sido exaltado sobre los cuernos del unicornio (cf. Jn 3,14; 8,28; 12,32; Sal 91,11; Dt 33,17; Justino, Dial. 91,1-2); que fue traspasado en su santo costado (cf. Jn 19,34), e hizo brotar del mismo el doble baño de la purificación: el agua y la sangre, la Palabra y el Espíritu; que fue sepultado en el día de la Pascua, con una piedra cerrando el sepulcro (cf. Mt 27,60). Es aquel que…"".