6 [...] lo confirma un varón eclesiástico llamado Cayo, que vivió cuando Ceferino era obispo de Roma. Disputando por escrito con Proclo, dirigente de la secta catafriga, dice acerca de los mismos lugares en que están depositados los despojos sagrados de los apóstoles mencionados lo que sigue:
7 «Yo, en cambio, puedo mostrarte los trofeos de los apóstoles, porque, si quieres ir al Vaticano o al camino de Ostia, encontrarás los trofeos de los que fundaron esta iglesia». (HE II 25,6-7)
1 Tenemos sabido que por las fechas mencionadas Cerinto se hizo cabecilla de otra herejía. Cayo, a quien hemos ya citado antes, escribe acerca de él lo que sigue, en la disputa que se le atribuye:
2 «Sin embargo, también Cerinto, por medio de revelaciones que dice estar escritas por un gran apóstol, introduce milagrerías con el engaño de que le han sido mostradas por ministerio de los ángeles, y dice que, después de la resurrección, el reino de Cristo será terrestre y que de nuevo la carne, que habitará en Jerusalén, será esclava de pasiones y placeres. Como enemigo de las Escrituras de Dios y queriendo hacer errar, dice que habrá un número de mil años de fiesta nupcial» (HE III 28,1-2)
4 [...] también en el Diálogo de Cayo -del que hemos hecho mención algo más arriba-, Proclo -contra el cual iba dirigida la disputa-, coincidiendo con lo expuesto, dice sobre la muerte de Felipe y de sus hijas lo siguiente:
«Después de éste ha habido en Hierápolis, la de Asia, cuatro profetisas, las hijas de Felipe. Allí están sus sepulcros y el de su padre» (HE III 31,4)