IUDAD DEL VATICANO, miércoles, 12 octubre 2005 (ZENIT.org).- Las intervenciones de los once delegados de otras confesiones cristianas en el Sínodo de los Obispos sobre la Eucaristía han permitido constatar que de la relación con este sacramento dependerá en gran medida el camino hacia la unidad plena.
Todos ellos tomaron la palabra en la tarde de este martes en el Aula Nueva del Sínodo, ante unos 252 padres sinodales. Aunque se les ha dado el derecho a intervenir no tienen derecho a voto.
Nueve de los delegados fraternos representaban a Iglesias ortodoxas o apostólicas, mientras que uno era anglicano y otro luterano.
Los representantes de las Iglesias orientales, separadas desde hace al menos casi un milenio de Roma, centraron sus intervenciones en la profunda fe que tienen sus comunidades en la presencia real de la Eucaristía y ofrecieron testimonios sobre cómo viven la relación con este sacramento.
Los representantes anglicano y luterano manifestaron su protesta por el hecho de que no existe la posibilidad de la «intercomunión» (ofrecer la comunión a cristianos de otras confesiones) y la celebración conjunta de la Eucaristía con los católicos.
El metropolita de Pérgamo, Johannis, presidente emérito de la Academia de Atenas y representante del patriarcado ecuménico de Constantinopla, reconoció que «nosotros los ortodoxos nos sentimos profondamente gratificados por el hecho de que también vuestro Sínodo considera la Eucaristía como fuente y cumbre de la vida y de la misión de la Iglesia».
Manifestó su esperanza en el diálogo teológico oficial que se reanuda ahora entre la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas y aseguró: «La eclesiología eucarística nos puede guiar en nuestros esfuerzos por superar mil años de división».
Testimoniaron la radicalidad edificante con que viven su relación con la Eucaristía, el reverendo Filippo Vasyltev, del patriarcado ortodoxo de Moscú; el obispo Siluan, obispo asistente de la Sede Metropolitana de Europa Occidental de la Iglesia Ortodoxa Rumana; el reverendo Ignatios Sotiriadis, representante de la Iglesia de Grecia ante la Unión Europea.
También tomaron la palabra el obispo Barnaba de la Iglesia copta ortodoxa en Roma, el obispo Severius Malke Mourad, del patriarcado siro-ortodoxo; el obispo Norvan Zakarian de la Iglesia Armenia; el obispo Nareg Alemezian, representante para cuestiones ecuménicas de la Gran Casa de Cilicia (Armenia); el arzobispo Samuel Abuna, arzobispo de la Iglesia ortodoxa de Etiopía.
Por su parte, John Hind, obispo de Chichester (Gran Bretaña), representando a la Iglesia anglicana preguntó: «¿Cuándo es oportuno compartir la santa Comunión? ¿Cómo debe interpretarse la comunión pública por parte del protestante Frère Roger Schutz?».
Por último, Per Lønning, obispo emérito de la Iglesia Luterana de Noruega, reprochó las prohibiciones que el «Instrumentum laboris» pone a la «intercomunión» y a la concelebración de la Eucaristía.
«Si creemos verdaderamente que la presencia de Cristo Salvador está ligada al misterio de la santa Comunión, ¿cómo podemos permanecer con nuestros altares divididos y no escuchar la dura pregunta que nos dirige el apóstol: "¿Cristo ha sido dividido?"», interrogó.