ONTSERRAT, jueves, 13 octubre 2005 (ZENIT.org).- El monje Adalbert Franquesa, osb, murió el pasado jueves en el monasterio de Montserrat después de una vida dedicada a la liturgia y al ecumenismo.
Asesor de los obispos españoles durante el Concilio Vaticano II, el padre Adalbert Franquesa, conocido por su rostro entrañable y sus barbas blancas, fue superior de la Comunidad de Montserrat en el Instituto Ecuménico de Estudios Teológicos de Tantur (Jerusalén) que por aquel entonces pertenecía a Montserrat según encargo especial del papa Pablo VI.
El padre Adalbert --Estanislau de bautismo-- era natural de Moià (Barcelona). Colaboró en la reforma litúrgica con monseñor Annibale Bugnini.
El padre Adalbert entró en el monasterio de Monserrat a los 14 años. Terminó los estudios de teología en la Escuela Teológica de la Abadía de Beuron (Alemania) y se formó en el movimiento litúrgico con el padre Hermann Keller.
Terminó sus estudios litúrgicos en la Academia de Ciencias Litúrgicas y Monásticas de Maria Laach, en Renania. También fue profesor en el Seminario Diocesano de Vitoria.
En el año 1947 fue uno de los artífices de la fiesta de entronización de la Virgen de Montserrat o «Moreneta», por su color negro, que pudo volver a su trono después de una época caracterizada por acontecimientos antieclesiásticos.
Durante el Concilio fue consultor del episcopado español. En 1964 recibió el nombramiento del «Consilium ad Exsequendam Constitutionem de Sacra Liturgia» siendo su primer secretario. Esto posibilitó que fuera uno de los pioneros en llevar a la práctica la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II.
En Montserrat el padre Franquesa había ejercido diversos cargos, como el de vice-prior de la comunidad, ceremoniero, y profesor de liturgia en el centro de estudios teológicos de la Abadía Benedictina.
La misa exequial fue presidida por el abat de Montserrat, Josep Maria Soler, el pasado sábado en la basílica de Montserrat.