erusalén (Veritas) La hermana Marta Gallo Marín, burgalesa de nacimiento y directora del colegio español de Jerusalén, explicó a varios medios, presentes en la zona con motivo de la visita institucional de la Conferencia Episcopal Española a Tierra Santa, las dificultades que atraviesan para mantener la escuela, debido a la pobreza cada vez mayor de los palestinos, tanto cristianos como musulmanes.
El colegio, cercano a la Custodia de Tierra Santa, en plena ciudad vieja de Jerusalén, lo llevan adelante desde 1923 las Misioneras Hijas del Calvario, y acoge desde siempre en sus aulas a niñas palestinas, tanto cristianas como musulmanas, con dificultades económicas.
Según expresó la hermana Gallo, que reconoció a Veritas que ni siquiera pueden disponer de internet debido a sus apreturas económicas, hace varios meses que ?no se reciben ayudas fijas? del Gobierno, y la situación está empeorando conforme pasa el tiempo.
-¿Qué labor realizan ustedes en Tierra Santa?
Hna. Marta Gallo: En este momento soy la responsable de un colegio de niñas palestinas pobres, llamado Colegio de Nuestra Señora del Pilar, y también conocido como ?colegio español?, porque estamos en la zona cristiana, en una casa que perteneció al consulado español y que pertenece al Gobierno español. Las niñas en este momento son 210, tanto cristianas (85) como musulmanas (el resto).
La labor que hacemos es de tipo educativo y social, de educación integral con las niñas, con los familiares e incluso con las maestras. Nuestras niñas son palestinas, mayoritariamente de la ciudad vieja, dentro de la muralla, pero también que vienen de fuera e incluso de las zonas ocupadas, que residen en internados de religiosas en Jerusalén, fuera de la ciudad, y vienen a Jerusalén para recibir las clases.
Son niñas pobres, de familias de las clases bajas, y que están experimentando muchas dificultades en estos momentos.
-¿Qué dificultades atraviesan actualmente las comunidades cristianas de aquí?
Hna. Marta Gallo: Se sienten desfavorecidas en muchos aspectos, porque el conflicto es muy largo. Hay familias que llevan toda la vida sufriendo una experiencia de guerra, pero sobre todo últimamente las dos Intifadas que ha habido. La última, que comenzó el año 2000, es ya muy larga. Esto les ha afectado mucho económicamente, y también porque muchos, debido a esta situación, tienen que marcharse, y por eso el número de cristianos es cada vez más pequeño. Y al ser minoría se encuentran más desprotegidos.
Prácticamente, la única que les protege es la Iglesia: el Patriarcado Latino, las estructuras de la Iglesia y la Custodia Franciscana, y luego todos los religiosos y religiosas que estamos por aquí, intentando relacionarnos con ellos lo más que podemos en todos los sentidos, visitándolos, ayudándolos en todo y llevando a cabo nuestra labor.
-¿Cómo hacen ustedes para llevar adelante su trabajo en esta situación?
Hna. Marta Gallo: Para nosotras, actualmente la mayor dificultad es el problema económico. Como digo, trabajamos con niñas pobres, entonces estas niñas aunque en teoría deben pagar unas mensualidades, en la práctica no la pagan porque no pueden. Antiguamente el colegio estaba apoyado por el gobierno español, pero últimamente, desde diciembre no nos da nadie ninguna cantidad fija con la que podamos contar.
Dependemos de donativos, que en su mayoría nos están llegando por personas privadas y gente que hace tipo ?adopción a distancia?, becando a nuestras alumnas, pero todavía es insuficiente.
Para hablar de cosas concretas, les puedo decir que la semana pasada, después de dos meses de escuela (aquí empiezan el 1 de septiembre) todavía no había pagado la escolaridad ninguna niña en el colegio. Tuvimos que mandar una notita para recordar a los padres que la primera semana de noviembre debieran de pagar por lo menos la mitad. Y empezaron a venir madres. La primera que llegó nos dijo: ?tengo en el colegio cuatro hijas, traigo de la mano una de 11 meses, estoy embarazada de 4 meses, tengo dos hijos varones y mi marido ha perdido el trabajo, está sentado viendo la televisión todo el día. Yo no os puedo pagar nada?. La segunda vino pagando un poquito? Ésta es la situación que estamos enfrentando.
Por lo demás, hacemos lo posible en trabajar, insistir en el ambiente de fraternidad y solidaridad, porque como saben, trabajamos con cristianas y con musulmanas, para ayudar a crear en el futuro una sociedad armónica, que estas niñas puedan relacionarse sin perjuicios.
-¿La formación es conjunta entre cristianas y musulmanas?
Hna. Marta Gallo: Sí, ellas están juntas todo: recreo, actividades de todo tipo, clases? Lo único en lo que están separadas es en clase de religión: Las niñas cristianas reciben religión cristiana, y las niñas musulmanas reciben la suya. Entre los maestros también tenemos fundamentalmente mujeres, algunos hombres también, cristianos y musulmanes.
-¿Cómo ve la posibilidad de la paz en esta tierra?
Hna. Marta Gallo: Yo la paz la veo muy lejos. La posibilidad de vivir más o menos en armonía, quizás sí, pero lo que verdaderamente entendemos por paz en otros países? Lo veo muy lejos. Lo cual no significa que no se pueda vivir aquí. Nosotras estamos muy bien, tenemos libertad de culto, libertad de movimiento, podemos participar en todos los actos de culto de todos los santuarios de Tierra Santa, por lo tanto podemos viajar, y lo único, debemos usar la prudencia en sitios que sabemos que son conflictivos.
Vivir, se puede vivir bien, incluso con buenas relaciones con unos y con otros. Pero la paz plena la veo muy lejos, muy difícil, por toda la historia de siglos que hay en este país.