IUDAD DEL VATICANO, lunes, 20 marzo 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI impulsó este lunes decididamente la unidad con la Iglesia apostólica armenia, confesión cristiana separada de Roma tras el Concilio de Calcedonia (año 451).
Expresó su deseó al recibir a Su Beatitud Nerses Bedros XIX Tarmouni, patriarca de Cilicia de los Armenios (Líbano), con los miembros del Sínodo patriarcal y un grupo de peregrinos.
El patriarca guía a 600.000 fieles, esparcidos sobre todo en Europa oriental, asistidos por 120 sacerdotes y unas noventa religiosas, según informa «Radio Vaticano».
Más del 90% de los cristianos armenios obedece al Patriarcado Apostólico Armenio, separado de Roma. Un paso decisivo para superar esta división se dio en 1996, cuando Juan Pablo II y el anterior patriarca apostólico armenio, Karekin I, firmaron una declaración conjunta que superaba malentendidos sobre la naturaleza de Jesús.
En el discurso que dirigió a sus huéspedes de la Iglesia armenia en comunión con Roma, el Papa recordó los terribles sufrimientos padecidos por el pueblo armenio «en nombre de la fe cristiana».
Al mismo tiempo, manifestó su satisfacción porque en los últimos años se ha entablado «un diálogo cordial y fructuoso» entre los cristianos armenios con el deseo de superar su división.
«Aliento esta renovada fraternidad y colaboración, deseando que de ella surjan nuevas iniciativas para un camino común hacia la unidad plena», confesó.
«Si los acontecimientos históricos han sido testigos de la fragmentación de la Iglesia armenia, la divina providencia permitirá que un día vuelva a estar unida con su jerarquía en fraterna sintonía interior y en plena comunión con el obispo de Roma», indicó.
El Papa concluyó alentando a «perseverar con todas nuestras fuerzas para que cuanto antes haya un solo rebaño bajo un solo Pastor».