lfa & Omega, 12/05/06 - Donde está Pedro, allí está la Iglesia», decía san Ambrosio. En tiempos de incertidumbre y fugacidad, ninguna institución ofrece tanta solidez, hoy, como la Iglesia, con todos los avatares por los que ha pasado a través de los siglos. Los primeros cristianos solían celebrar la Eucaristía sobre las tumbas de los Apóstoles y los mártires. En Roma, acudían a celebrar la Eucaristía al cementerio situado en la orilla derecha del río Tíber, el lugar donde fue enterrado san Pedro después de sufrir el martirio.
Tras el Edicto de Milán, en el año 313, que instauraba la libertad religiosa en todo el Imperio romano, el emperador Constantino mandó edificar una iglesia con el altar situado justo encima de los restos del Príncipe de los Apóstoles. En 1506, dada la fragilidad de la edificación primitiva, el Papa Julio II mandó poner la primera piedra de la basílica actual, cuya construcción duró 130 años.
Antes de morir, Pío XI dejó escrito en su testamento el deseo de ser sepultado, en las grutas vaticanas, lo más cerca posible del lugar donde la tradición situaba la tumba de Pedro. Al levantar la tierra, se encontraron con restos arqueológicos del siglo I, y se detuvo el empeño. Este descubrimiento es lo que hizo que el Papa Pío XII, en 1939, mandara realizar excavaciones más exhaustivas; así se descubrió la necrópolis sobre la que Constantino, en el año 320, construyó el primer templo vaticano. Un dato extraordinario fue el descubrimiento del muro con la inscripción Petros eni (Pedro está aquí), que protegía unos huesos envueltos en un paño dorado.
Todo ello permite situar la tumba de san Pedro justo bajo la sede del Papa, delante del altar mayor, y exactamente debajo del mismo centro de la cúpula de Miguel Ángel de la basílica vaticana. Todo indica que, cuando ésta fue edificada, se tomó como referencia la tumba de san Pedro .
El fragmento original, con la indicación de la tumba de Pedro, va a ser la pieza estrella de la exposición Petros eni, que se podrá visitar en el Vaticano del 3 de octubre de 2006 al 8 de marzo de 2007. También se expondrán otros documentos de la época en la que se c
Construyó la actual basílica, entre los que destacan varias cartas de Miguel Ángel dirigidas al Papa Julio II antes de morir, en las que muestra su entrega a la decoración de la basílica. Recientemente, el Papa Benedicto XVI pidió que las celebraciones del quinto centenario de la basílica de San Pedro «despierten en los católicos el deseo de ser piedras vivientes para la construcción de la Iglesia santa en la cual resplandezca la luz de Cristo».
Juan Luis Vázquez