ASTEL GANDOLFO, domingo, 20 agosto 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha pedido la liberación del sacerdote caldeo iraquí Saad Syrop Hanna, que se encuentra secuestrado desde el pasado 15 de agosto.
La petición ha sido presentada por el Papa a través de un telegrama enviado en su nombre por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, a Su Beatitud Emmanuel III Delly, patriarca de Babilonia de los Caldeos.
En el mensaje, el Santo Padre «lanza de corazón un llamamiento a los secuestradores para que liberen inmediatamente al joven sacerdote de manera que pueda regresar al servicio de la Iglesia, de la comunidad cristiana y de sus compatriotas».
El obispo de Roma asegura al mismo tiempo su preocupación por «todas las víctimas de los secuestros» en Irak, y reza para que «este flagelo espantoso» así como «el terrible derramamiento cotidiano de sangre, que retrasa la reconciliación y la reconstrucción, terminen finalmente».
Benedicto XVI «alienta a los miembros de la comunidad católica a continuar con su trabajo, junto con todos los creyentes y con todo el pueblo de buena voluntad hacia un futuro de convivencia armoniosa y respetuosa para la querida nación de Irak».
El mensaje manifiesta asimismo a «la querida Iglesia caldea» la «espiritual cercanía» del Papa y su «solidaridad con la oración».
El padre Saad Syrop de la parroquia de Santiago en Bagdad, en el distrito de Doura, regresaba a casa después de haber celebrado la eucaristía, cuando su coche fue detenido por tres hombres armados, con los rostros cubiertos, que le obligaron a subirse a su automóvil.
Según la agencia misionera MISNA, los secuestradores habrían exigido por la liberación del sacerdote un ingente rescate.
No es la primera vez que es secuestrado un sacerdote en Irak, aunque según MISNA, que cita fuentes religiosas locales, sería la primera vez que los secuestradores le retienen durante tanto tiempo. En otros casos, de hecho, la liberación de los secuestrados a las 24 horas.