OMA, domingo, 10 septiembre 2006 (ZENIT.org).- Cinco sacerdotes y seminaristas, que en su mayoría habían pertenecido a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, fundada por el arzobispo Marcel Lefebvre, han regresado a la comunión plena con la Iglesia católica y han fundado el Instituto del Buen Pastor.
Esta nueva sociedad de vida apostólica de derecho pontificio fue erigida el 8 de septiembre, en Roma. Forman parte de ella personas que quieren celebrar la liturgia tal y como estaba en vigor en la Iglesia latina hasta el año 1962.
El Instituto reúne a sacerdotes que quieren «ejercer su sacerdocio en la Tradición doctrinal y litúrgica de la Santa Iglesia Católica Romana», ha explicado en un comunicado el cardenal Jean-Pierre Ricard, arzobispo de Burdeos, donde estará presente el Instituto.
El 2 de julio de 1988 Juan Pablo II constató en la carta apostólica «Ecclesia Dei» que la «ilegítima» ordenación de cuatro obispos en el seno de la Fraternidad por parte de monseñor Lefebvre (30 de junio de 1988) constituyó «un acto cismático».
Aquella ordenación truncó el intento de un acuerdo entre la Santa Sede y la Fraternidad, que había llevado a cabo el cardenal Joseph Ratzinger, entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en nombre de Juan Pablo II.
Monseñor Lefebvre falleció el 25 de marzo de 1991, sucediéndole uno de los obispos ordenados, monseñor Bernard Fellay en la guía de la Fraternidad.
«Desde el inicio de su pontificado, el Papa Benedicto XVI ha manifestado su preocupación por un regreso a la plena comunión de quienes han seguido a monseñor Lefebvre y ha deseado ofrecer gestos de acogida», afirma el purpurado en el comunicado.
El cardenal Ricard, quien es también presidente de la Conferencia Episcopal de Francia, explica que «el mismo Papa ha tomado la decisión de erigir este nuevo Instituto. En esta decisión se da la voluntad de proponer una experiencia de reconciliación y de comunión que tendrá que afirmar y profundizarse con los hechos. Por este motivo, los estatutos de este Instituto son aprobados "ad experimentum" por un período de cinco años».
«Compartimos profundamente esta preocupación de reconciliación y de comunión del Papa y acogemos filialmente su decisión», afirma el purpurado, quien es también miembro de la Comisión Pontificia «Ecclesia Dei», creada por Juan Pablo II para facilitar la plena comunión eclesial de los sacerdotes, seminaristas, comunidades y religiosos y religiosas de alguna manera, ligados a la Fraternidad fundada por monseñor Lefebvre, que deseen permanecer unidos al sucesor de Pedro en la Iglesia católica, conservando sus tradiciones espirituales y litúrgicas.
El presidente de esa Comisión es el cardenal Darío Castrillón Hoyos, prefecto de la Congregación vaticana para el Clero.
El arzobispo de Burdeos informa que ahora se realizará una «convención» entre el Instituto y la archidiócesis para establecer las modalidades de su presencia en la misma.
Hace falta, reconoce el cardenal, «todo un trabajo de pacificación, reconciliación y comunión, pues la violencia ha caracterizado hasta los últimos meses las relaciones de varios miembros de ese Instituto con la Iglesia diocesana. Cada quien tendrá que poner su parte».
En el año 2002, el cardenal Ricard pidió al ayuntamiento de Burdeos que dejara de asignar a un sacerdote de este nuevo Instituto la iglesia de San Eloy, en esa ciudad, que el clérigo ocupaba desde el año 2001. La noticia tuvo amplio eco en los medios de comunicación.
El obispo Bernard Fellay, superior de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X, emitió el 8 de septiembre un comunicado en el que se opone al acuerdo alcanzado por este Instituto por considerar que se trata «una solución comunitarista en la que la misa tridentina quedaría confinada en un estatuto particular».
La Fraternidad de San Pío X ha organizado una campaña que tiene por objetivo ofrecer en octubre a Benedicto XVI «un millón de rosarios por la liberación total de la misa tradicional».
Otros seguidores de monseñor Lefebvre ya se han reconciliado con Roma, como es el caso de la Administración Apostólica Personal «San Juan María Vianney» de Campos (Brasil), surgida de un grupo dirigido por el obispo Licínio Rangel, quien fue consagrado por tres obispos ordenados ilícitamente por monseñor Lefebvre.
Su regreso al seno de la Iglesia católica tuvo lugar el 18 de enero de 2002, en una ceremonia solemne presidida por el cardenal Castrillón.