IUDAD DEL VATICANO, viernes, 27 octubre 2006 (ZENIT.org).- A pesar de las dificultades, el diálogo ecuménico en busca de la unidad plena entre los cristianos de las diferentes confesiones debe continuar, considera Benedicto XVI.
Se trata de un objetivo decisivo para que la nueva evangelización cuente con cristianos capaces de dar un testimonio común de Jesucristo, añadió el pontífice al recibir este viernes a los participantes en la reunión de las «Christian World Communions» (Comuniones Cristianas Mundiales).
Se trata, según explica «Radio Vaticano», de un organismo que organiza encuentros periódicos, sobre todo de carácter teológico, entre cristianos anglicanos, luteranos, baptistas y católicos, representados estos últimos por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
«Nos queda claro que el mundo necesita una nueva evangelización, una conciencia renovada por parte de los cristianos de la esperanza de la que son depositarios», comenzó constatando el Papa.
«Sin embargo --añadió--, los que profesan que Jesucristo es el Señor, están divididos trágicamente y no pueden dar siempre un sólido testimonio común. Todos tenemos una enorme responsabilidad en este sentido».
«Por muy difícil que sea el camino, no debemos perder de vista el objetivo final: la plena comunión visible en Cristo y en la Iglesia», indicó el Santo Padre.
«Podríamos sentirnos desalentados cuando el progreso es lento, pero la puesta en juego es demasiado alta como para volver atrás». Por el contrario, dijo citando a Juan Pablo II, «hay buenas razones para avanzar» «sobre el compromiso ecuménico de la Iglesia, cuando habla de la fraternidad reencontrada y de la mayor solidaridad al servicio de la humanidad».