OMA/BRUSELAS, viernes, 9 febrero 2007 (ZENIT.org).- Se convoca a los mil millones de católicos del mundo a una movilización masiva a fin de sumar fuerzas y presionar a los países ricos para que cumplan sus promesas de erradicar la pobreza.
Es el objetivo de la campaña mundial «Haz que la ayuda funcione. El mundo no puede esperar» («Make aid work. The world can't wait»), que el jueves lanzaron en Roma la red de Caritas Internacional (CI) y la alianza CIDSE (Cooperación Internacional por el Desarrollo y la Solidaridad).
Explica un comunicado de CI recibido en Zenit que la campaña se dirige a una movilización con vistas a la cumbre del G8 del próximo de junio en Heiligendamm (Alemania).
Se trata de reclamar a los líderes del Grupo de los ocho (Estados Unidos, Canadá, Japón, Reino Unido, Francia, Italia, Alemania y Rusia) el mantenimiento de los acuerdos alcanzados en 2005 en la cumbre de Gleneagles (Reino Unido): más ayuda al desarrollo y cancelación de la deuda.
Igualmente, CI y CIDSE lanzan esta iniciativa la víspera de la reunión que viernes y sábado celebrarán en la ciudad alemana de Essen –para preparar la de Heiligendamm- los ministros de Finanzas de los siete países más industrializados del mundo (G7: los ocho citados, excepto Rusia).
Buscan recordar a estos responsables políticos que, entre sus prioridades, debe estar la lucha contra la pobreza en los países en vías de desarrollo, la mayoría de los cuales están en África.
Explica el secretario general de CI, Duncan MacLaren: «Nuestra campaña pretende involucrar a los católicos de todo el mundo para que alcen su voz contra la injusticia de la pobreza global».
«Queremos que los países más ricos del mundo escuchen este clamor y lleven a cabo sus compromisos de eliminar la pobreza en los países más pobres. A menos que esas promesas se vean respaldadas por acciones concretas, los Objetivos de Desarrollo del Milenio dirigidos a eliminar la pobreza en 2015 habrán fracasado», advierte.
Christiane Overkamp, secretaria general de CIDSE, denunció por su parte el jueves «el escándalo que supone que 121 millones de niños y niñas de los países en desarrollo carezcan de oportunidad de escolarización».
«Necesitamos ver un incremento en la ayuda al desarrollo, pero también es necesario mejorar cómo se entrega tal ayuda», recalcó.
«Las promesas del alivio de la deuda, que permita finalmente a África invertir en su propio futuro, en lugar de mantener préstamos injustos, también necesitan llevarse a cabo», añadió.
Paul Smangassou, nuevo secretario ejecutivo de «Caritas» África, apuntó: «Debemos hacer a nuestros líderes responsables, en los países ricos y pobres, de cómo se están utilizando estos fondos».
«¿Se están empleando de la mejor manera posible para la gente, se involucra a la población en las decisiones, y se utilizan estos fondos de manera transparente? Estos son temas de los que debemos hacer responsables a nuestros gobiernos, en Norte y Sur», observó.
En este sentido, en el camino hacia la cumbre del G8, católicos del Norte y del Sur del mundo apremiarán a sus gobiernos a incrementar la ayuda al desarrollo en los modos que sean eficaces para la reducción de la pobreza.
Igualmente exhortarán a sus gobiernos a que las instituciones financieras mundiales y las políticas comerciales sean justas, y a luchar contra la corrupción.
«Caritas» Internacional (http:// www.caritas.org/) es una confederación mundial católica integrada por 162 «Caritas» nacionales dedicadas a la mejora de la dignidad y las condiciones de vida de los más pobres y vulnerables en unos 200 países y territorios de todo el planeta. Tiene su sede en Roma.
CIDSE (http:// www.cidse.org/) es una alianza constituida por 15 organizaciones católicas de ayuda al desarrollo de Europa y Norteamérica. Su sede está en Bruselas.
Más información sobre la campaña en http://www.make-aid-work.org/