n los últimos días se han hecho notorias diversas actuaciones de particulares e incluso de instituciones públicas que no pueden ser valoradas más que como ofensas objetivas a los católicos, puesto que denigran las imágenes más representativas de la fe de la Iglesia, cuales son las del propio Jesucristo, la Virgen María y los santos. Creemos que ofenden también la sensibilidad de cualquier persona de recta conciencia. Pensamos, por ejemplo, en los carteles y en los anuncios televisivos de la película titulada Teresa, el cuerpo de Cristo y sobre todo en el caso, en cierto sentido aún más grave, de los catálogos de una exposición fotográfica publicados por la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura, con prólogo de su responsable. Las imágenes reproducidas por esos medios son crudas y lamentables blasfemias.
La Constitución Española reconoce y protege el derecho de libertad religiosa de las personas y de las instituciones; las leyes, incluso las penales, tutelan ese derecho fundamental, que es vulnerado con actuaciones como las mencionadas. Con toda firmeza exigimos el respeto de la fe católica, de sus imágenes y de sus signos. No podemos pasar por alto ni dar la sensación de que toleramos tales lesiones de los derechos de los católicos y de la Iglesia. Es necesario que se pidan las responsabilidades correspondientes por las vías pacíficas y legales previstas en el ordenamiento de nuestro Estado democrático y de derecho. Sin justicia, no es posible la convivencia en libertad, ni siquiera sería posible el perdón, que no negaremos nunca a quienes nos ofenden.
Con esta ocasión, invitamos a los católicos a elevar al Cielo oraciones de gratitud y de alabanza, porque la misericordia y la bondad de Dios son infinitas. Que la gratitud y la alabanza sean más fuertes que sus contrarios.