IUDAD DEL VATICANO/LUND, miércoles, 28 marzo 2007 (ZENIT.org).- Con motivo del sexagésimo aniversario de la fundación de la Federación Mundial Luterana (Lutheran World Federation, LWF), el Papa Benedicto XVI ha tenido palabras de aprecio para el trabajo ecuménico luterano-católico realizado.
Así lo ha manifestado en un mensaje hecho llegar por el presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el cardenal Walter Kasper, al presidente de la LWF, el obispo Mark S. Hanson, y leído el 25 de marzo con motivo de un oficio religioso celebrado en la catedral de Lund (Suecia).
En el mensaje, el Papa subraya que la LWF, desde el final del Concilio Vaticano II (1959-1965), «ha emprendido con la Iglesia católica un diálogo ecuménico hasta hoy fructífero», que ha dado «importantes pasos adelante» en el camino hacia la unidad de los fieles de estas dos confesiones cristianas.
Estos progresos, añade, «han sido expresados claramente» en numerosos documentos, como la «Declaración Conjunta sobre la Justificación», firmada por la Iglesia Católica y la Federación Luterana Mundial el 31 de octubre de 1999, en la ciudad alemana de Ausburgo --y a la que se adhirió en julio de 2006, el Consejo Metodista Mundial--, con lo que se ha acortado una considerable distancia desde el punto de vista teológico, en una materia que estuvo en la base de la Reforma luterana del siglo XVI.
Actualmente, la Comisión luterano-católica trabaja en las diferencias todavía existentes entre luteranos y católicos en determinadas cuestiones de fe como el modo de concebir la Iglesia y sus sacramentos.
En su mensaje, Benedicto XVI afirma que las relaciones entre luteranos y católicos, profundizadas gracias a la oración común y a los innumerables encuentros a nivel mundial, son «un don del Espíritu Santo y al mismo tiempo una obligación de no cansarse en el llevar adelante los compromisos ecuménicos».
Se trata, añade el obispo de Roma, «de nuestra tarea constante de anunciar a través de un testimonio común a un mundo necesitado y en busca de una orientación, el mensaje salvífico del Evangelio de Jesucristo».
En sus palabras de saludo, el cardenal Kasper subraya que, a partir del Concilio Vaticano II, entre la Iglesia Católica y la LWF ha nacido una especie de «comunión» y que ambas «han dado pasos que miran adelante, hacia una colaboración y una amistad cada vez mayores».
La Federación Luterana Mundial es una alianza de iglesias nacionales y regionales de la confesión luterana. Fundada en 1947, tiene sede en Ginebra. Actualmente, reúne a 140 iglesias, que representan a 78 países, a las que pertenecen 66,7 millones de protestantes luteranos.