ÉNOVA, domingo, 29 abril 2007 (ZENIT.org).- Fuentes de la Conferencia Episcopal Italiana confirman que su presidente, monseñor Angelo Bagnasco, no se deja intimidar por el sobre que ha recibido con una bala y un foto suya con una cruz gamada.
La amenaza, según el diario genovés «Il Corriere Mercantile», fue dirigida el viernes pasado a la Curia de la archidiócesis de Génova, sede de la que es arzobispo.
El arzobispo cuenta con la protección de la policía desde inicios de abril, después de que en la puerta de la catedral de Génova aparecieran graffiti amenazadores por su defensa pública del papel de la familia fundada sobre el matrimonio.
El portavoz de la Conferencia Episcopal Italiana, el padre Domenico Pompili, declaró este domingo a los micrófonos de «Radio Vaticano», «este último episodio se enmarca en un clima de incomprensible excitación».
«Es un gesto que busca atemorizar», pero, añadió, la Conferencia Episcopal «no quiere dar más importancia de la que tiene esta señal irresponsable, pues la Iglesia no quiere alimentar un enfrentamiento que nunca ha buscado».
«Creo que no hay que dejarse atemorizar y que este clima sea superado inspirándose en el sentido común y en un diálogo que lleve a razonar verdaderamente sobre los temas de fondo», concluye.
El arzobispo de Génova, de 64 años, elegido presidente de la Conferencia en marzo, recibió amenazas después de que en intervenciones públicas defendiera la familia fundada en el matrimonio y no sobre otras formas de unión.
Monseñor Bagnasco ha calificado de «peligroso» el proyecto de ley del gobierno que busca ofrecer un reconocimiento a las uniones de hecho homosexuales y heterosexuales, adoptado el 8 de febrero.
Para el 12 de mayo está prevista en Roma una manifestación por la familia, organizada por las asociaciones católicas italianas en respuesta a ese proyecto de ley