RLINGTON, viernes, 13 julio 2007 (ZENIT.org).- Muchos de nuestros jóvenes desean protección contra la pornografía, no acceder a ella: es la voz de alarma del obispo Paul Loverde, de Arlington (Virginia, Estados Unidos).
Monseñor Loverde ha recibido muchas cartas respondiendo a su reciente pastoral -editada en inglés y español- “Comprados a gran precio. La pornografía: un ataque al templo vivo de Dios”.
En su carta el prelado advertía de que la pornografía es como una plaga que devasta las almas de las personas y destruye matrimonios.
Constataba además que las nuevas tecnologías de comunicación -como Internet, televisión por satélite y teléfonos móviles- están facilitando que la pornografía llegue a más y más gente.
Igualmente lamentaba que la experiencia de la pornografía cambie «el modo en que los hombres y las mujeres se tratan los unos a los otros, en ocasiones de forma dramática, pero con frecuencia de forma sutil».
Tras la pastoral, “el correo que he recibido sobre este tema por parte de católicos y otros muchos de todo el país me da esperanza, incluso aunque confirma la gravedad de la amenaza que este flagelo nos presenta a todos”, declaró el obispo Loverde al “National Catholic Register”.
“El azote de la pornografía es una inmensa industria multimillonaria que anualmente empuja a innumerables hombres, mujeres y jóvenes en su resaca”, denuncia.
“Algunas cartas me han hecho saltar las lágrimas -reconoce-; otras me han llenado de rabia contra la industria pornográfica y de pena por nuestra propia condición humana, tan proclive al pecado, con el resultado de que lamentablemente incluso toleramos este mal”.
“Pero otras cartas me han dado esperanza –añade el obispo de 66 años--, al darme cuenta de la resolución de muchos a buscar un cambio real, el sacramento de la confesión, responsabilidad y curación profesional”.
“Comprados a gran precio. La pornografía: un ataque al templo vivo de Dios” se puede leer en español en el enlace www.arlingtondiocese.org/bishop/Diocese_Bought_Span.pdf.