SYDNEY, martes, 25 diciembre 2007 (ZENIT.org).- Descubrir, conocer y tratar a Dios como Padre amoroso y misericordioso: es la invitación a los jóvenes que ya peregrinan «virtualmente» hacia Sydney (Australia), diócesis anfitriona de la Jornada Mundial de la Juventud 2008 (JMJ).
La propuesta se lanza en la edición de diciembre de e-PEREGRINACIÓN> («e-PILGRIMAGE>»), un instrumento nuevo en las JMJ para llegar a los jóvenes y prepararles al gran encuentro de fe y fiesta con el Papa del próximo verano.
«En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo (Mt 28,19)» es el versículo evangélico que recorre el boletín. Con él inicia su «Mensaje de esperanza» el obispo Anthony Fisher --coordinador de la JMJ'08--, empezando por la primera persona de la Santísima Trinidad.
Consciente de que «todos ansiamos el amor de un padre, que siempre esté allí para nosotros, para darnos la fortaleza y la seguridad que todos necesitamos», el prelado exhorta a los jóvenes a contar con Dios.
Y ello contemplando a Jesús, que «es también Hijo de Alguien, es Hijo del Padre, de Dios Padre, que también es nuestro Padre», explica.
Además «Jesús nos muestra la paternidad de Dios en todo su esplendor», por ejemplo en la parábola del hijo pródigo, en la que «Dios se da a conocer como Padre amoroso y misericordioso, manifestando un amor sin medida como un rasgo fundamental de la paternidad por encima de cualquier otra característica», subraya el obispo Fisher.
Es evidencia de «la opción de Dios por el hombre, el compromiso total de Dios hacia nosotros como Nuestro Padre, aún cuando nos hayamos extraviado del camino», confirma.
La misericordiosa paternidad de Dios es el eje de la revelación de Cristo; de ahí que «la confianza filial y amorosa, y la obediencia», sean «las actitudes básicas que Cristo nos invita a vivir», y «Él nos ayuda con la presencia del Espíritu a alcanzar su propia plenitud, el modelo del Hijo», sintetiza el prelado.
Y como «en Cristo hemos sido adoptados como hijos de Dios», «nuestra identidad es vivir la confianza filial en Dios Padre», aclara a los jóvenes peregrinos.
También de la mano de Jesús aprendemos cómo debe ser nuestra relación con el Padre: con confianza e intimidad, porque Cristo dijo: «Abbà, Padre».
«El Señor Jesús revela plenamente que Dios es "Abbà" ("papá") y anima a los hombres a hablarle a Dios Padre de esa manera», subraya el obispo Fisher, citando posteriormente a San Pablo, quien dice: «No habéis recibido un espíritu de esclavos para recaer en el temor, sino el Espíritu de hijos adoptivos que nos permite clamar: Abbà, Padre».
«Que la preparación de la JMJ'08 te acerque cada vez más a casa, al corazón de Tu Padre», desea a los jóvenes.
La sección «Fundamentos de Fe» de esta edición de e-PEREGRINACIÓN> profundiza en la paternidad de Dios, y en «Escritos inspirados» ofrece un extracto del libro «Cruzando el umbral de la esperanza», en el que Juan Pablo II apuntó la «actitud padre-hijo» como «una actitud permanente» que «pertenece al misterio trinitario de Dios mismo, que se irradia desde Él hacia el hombre y hacia su historia».
Este mes, el boletín publica además la Letanía de la Jornada Mundial de la Juventud 2008, adaptada de una tradicional Letanía al Espíritu Santo. La ofrecemos íntegramente:
Señor ten piedad.
Cristo ten piedad.
Señor ten piedad.
Dios Padre Todopoderoso - ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo - sálvanos.
Dios Espíritu Santo, amor infinito del Padre y del Hijo - santifícanos.
Santísima Trinidad, un solo Dios - escúchanos.
Padre Amantísimo - te consagramos la Jornada Mundial de la Juventud.
Padre Amantísimo - guía al Papa Benedicto y a todos los líderes de tu Iglesia.
Padre Amantísimo - inspira a todos los organizadores de la Jornada Mundial de la Juventud.
Padre Amantísimo - únelos y protégelos con tu amor paternal.
Padre Amantísimo - envíanos el Espíritu Santo.
Señor Jesucristo - haznos Tus testigos.
Señor Jesucristo - multiplica los esfuerzos de todos los que trabajan para la Jornada Mundial de la Juventud.
Señor Jesucristo - ayúdanos a llevar tu cruz y a seguirte.
Señor Jesucristo - dirígenos bajo el signo celestial de la Cruz del Sur.
Señor Jesucristo - envíanos el Espíritu Santo.
Espíritu Santo, que procedes del Padre y del Hijo - ten piedad de nosotros.
Espíritu Santo, co-substancial con el Padre y con el Hijo - ten piedad de nosotros.
Promesa del Padre - ten piedad de nosotros.
Consolador y Santificador - ten piedad de nosotros.
Rayo de luz celestial - ten piedad de nosotros.
Creador de todo lo que es bueno - ten piedad de nosotros.
Fuente de agua celestial - ten piedad de nosotros.
Fuego ardiente - ten piedad de nosotros.
Caridad ardiente - ten piedad de nosotros.
Unción Espiritual -ten piedad de nosotros.
Soberano de la Iglesia y del Universo - ten piedad de nosotros.
Los Siete Dones de Dios - ten piedad de nosotros.
Espíritu de sabiduría y entendimiento - entra en nuestros corazones.
Espíritu de consejo y fortaleza - entra en nuestros corazones.
Espíritu de ciencia y piedad -entra en nuestros corazones.
Espíritu de reverencia y maravilla - entra en nuestros corazones.
Espíritu de gracia y oración - entra en nuestros corazones.
Espíritu de paz y mansedumbre - entra en nuestros corazones.
Espíritu de modestia e inocencia - entra en nuestros corazones.
Espíritu de amor y piedad -entra en nuestros corazones.
Espíritu de verdad, belleza y bondad - entra en nuestros corazones.
Nuestra Señora de la Cruz del Sur, Auxilio de los Cristianos - ruega por nosotros.
San Pedro Chanel, testigo del Pacífico de la fe hasta la muerte - ruega por nosotros.
Santa Teresa de Lisieux, testigo de confianza y sencillez - ruega por nosotros.
Santa María Goretti, testigo de castidad y de perdón - ruega por nosotros.
Santa Faustina, testigo de la misericordia y de la compasión de Dios - ruega por nosotros.
Beata Maria MacKillop, testigo para los jóvenes y los que están alejados - ruega por nosotros.
Beato Pier Giorgio Frassati, testigo de justicia y caridad - ruega por nosotros.
Beata Teresa de Calcuta, testigo de los pobres y de los moribundos - ruega por nosotros.
Beato Pedro To Rot, testigo de la fe y de la familia - ruega por nosotros.
Siervo de Dios, Juan Pablo II, padre de la Jornada Mundial de la Juventud - ruega por nosotros.
Santos y santas de Dios - rogad por nosotros.
Ven Espíritu Santo, ilumina los corazones de Tus fieles - enciende en ellos el fuego de Tu amor.
Envía Tu Espíritu y serán creados - y renovarás la faz de la tierra.
Oremos:
Espíritu Santo, derrama Tu gracia
sobre la Gran Tierra del Sur del Espíritu Santo
y concédenos un nuevo Pentecostés.
Haz de esta tierra un verdadero lugar de bienvenida
para los jóvenes del mundo.
Concédeles a todos los jóvenes que participarán
la conversión de sus vidas, una fe más profunda y amor por todos.
Permíteles que construyan una nueva civilización de vida, amor y verdad.
Hazles verdaderos testigos de Tu gracia y poder. Amén