MADRID, lunes, 25 febrero 2008 (ZENIT.org-Veritas).- El prefecto de la Congregación para el Clero, cardenal Claudio Hummes O.F.M., afirmó este lunes, durante una conferencia pronunciada en la Facultad de Teología «San Dámaso», que el sacerdote es «el primer catequista de la parroquia» y expresó que «los catequistas necesitan de la presencia del párroco para ser animados».
«Muchos párrocos no acompañan a sus catequistas», afirmó el cardenal Hummes y recordó que la labor del sacerdote debe ser «cuidar la orientación de fondo en la catequesis».
Bajo el título «El sacerdote y el ministerio de la Catequesis», el cardenal hizo un recorrido por el Nuevo Directorio General sobre Catequesis y afirmó que es necesaria una «unidad entre fe y vida», destacando que la finalidad de la catequesis es «abrir el corazón y prepararlo para una total cohesión con Jesucristo».
El purpurado enumeró algunas de las características de la labor catequética, que debe ser «un proceso de iniciación en la vida de la fe»; «una vida de fe en comunidad»; «un proceso permanente de educación en la fe» y «un hilo conductor que conduce a Jesucristo».
«La acción de la catequesis es transformadora de las estructuras de pecado de la sociedad humana, a la luz del Evangelio», destacó el cardenal, que mostró la importancia de una inculturación que «asuma la manera de ser del pueblo» y un «fuerte despertar de la urgencia de la misión».
El prefecto de la Congregación para el Clero finalizó su intervención mostrando a los asistentes algunas de las claves para un correcto ejercicio de la catequética, aconsejando «cuidar la orientación de fondo», «el esfuerzo por alcanzar la finalidad propia de la catequesis» y «garantizar una adecuada presentación del contenido de la fe».