BRINDISI, domingo, 15 junio 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI lanzó un apremiante llamamiento al diálogo entre Oriente y Occidente para prevenir los conflictos desde el puerto de Brindisi, antes de concluir su visita a la región italiana de Apulia.
Al final de misa, celebrada en el muelle del puerto de la ciudad asomada al Mediterráneo, antes de rezar el Ángelus junto a 70 mil personas, lanzó un mensaje "de cooperación y de paz entre todos los pueblos, especialmente entre los que rodean a este mar, antigua cuna de civilizaciones, y entre los de Oriente Próximo y Oriente Medio".
"La acción de la comunidad internacional y de sus instituciones, dando por sentado el respeto de los principios que están a la base del orden internacional, no tiene por qué ser interpretada nunca como una imposición injustificada y una limitación de soberanía", dijo recordando las palabras pronunciadas por el Papa en la sede de las Naciones Unidas de Nueva York, el 17 de abril.
"Al contrario --añadió--, es la indiferencia o la falta de intervención lo que causa un daño real. Lo que se necesita es una búsqueda más profunda de los medios para prevenir y controlar los conflictos, explorando cualquier vía diplomática posible y prestando atención y estímulo también a las más tenues señales de diálogo o deseo de reconciliación".
El Papa invitó a los cristianos a pedir la protección de María sobre esta región, sobre Italia, Europa y el mundo entero ante "las tempestades que amenazan a la fe y a los valores auténticos".
En particular, pidió oraciones para que las nuevas generaciones puedan "remar mar adentro sin miedo de afrontar con esperanza cristiana el viaje de la vida".
Al concluir el Ángelus, el Papa almorzó en la sede episcopal con los obispos de Apulia. En la tarde, concluyó su visita de dos días a las diócesis de Ugento-Santa María di Leuca y Brindisi-Ostuni, con un encuentro con el clero local.