Alfa & Omega, 05/09 /08 - Agua y desarrollo sostenible es el tema de la Exposición Internacional que, desde el pasado 14 de julio, se celebra en Zaragoza, y que verá cerrar sus puertas el próximo 14 de septiembre. Esta Exposición se encuentra situada en el Meandro de Ranillas, al oeste de la ciudad, y se encuentra organizada en dos áreas: por un lado, el recinto de la Expo, y por otro, el Parque del Agua, un parque de reciente creación que, al finalizar la muestra, quedará como zona verde, equipada con multitud de servicios y actividades de las que podrán seguir disfrutando los zaragozanos.
Pero lo que nos ocupa en este número de la sección Raíces es el Pabellón con el que la Santa Sede ha querido participar en esta Exposición Internacional sobre el agua. Se trata de la primera intervención de la Iglesia en una exposición temática, lo que ha significado todo un reto para sus organizadores.
Con una altísima cifra de visitantes (más de 400.000), el pabellón, de unos 300 metros cuadrados de extensión, se encuentra dividido en tres partes. En la primera, El agua como fuente de la vida, se muestra el primer contacto de la criatura con el vientre; en la segunda, se muestra una selección de arte; y en la tercera, se recuerda la necesidad que tienen todos los pueblos del acceso al agua, y la exigencia de la Iglesia de llevar el agua a todos los continentes. Para ello, se exponen proyectos de Manos Unidas y de Cáritas, relacionados con el agua en todo el mundo (extracción de agua, creación de pozos, etc.) Y como no podía faltar en un recinto que pertenece a la Santa Sede, el Santísimo se encuentra presente en una capilla, con la frase: El que beba de esta agua no tendrá sed.
En cuanto a la muestra de arte, el Pabellón recoge una selección de 39 obras, procedentes tanto de los Museos Vaticanos como de las diferentes diócesis de Aragón, y de otras diócesis españolas, como Oviedo o Segovia. Tanto las fotografías de esta muestra como unas amplias explicaciones de las mismas, elaboradas por don Wifredo Rincón, responsable de los contenidos artísticos del Pabellón, vienen recogidas en un Catálogo que se puede conseguir en la propia Exposición. También se puede consultar a través de la página web: www.pabellondelasantasede2008.com.
Tal y como explica don José María Gorgojo, director general del Pabellón, «para llevar a cabo esta Exposición artística, junto con el arquitecto zaragozano don Joaquín Sicilia, hemos querido que las 39 obras de arte se encuentren distribuidas de tal forma que el visitante las vaya descubriendo a lo largo del recorrido».
«Además de 12 piezas procedentes de los Museos Vaticanos -explica el director del Pabellón-, la muestra cuenta con la pila bautismal que la diócesis de Roma le regaló a Juan Pablo II el 1 de noviembre de 1996, con motivo de sus 50 años de sacerdocio, y que ha sido utilizada desde entonces para bautizar a los neófitos en San Pedro la noche de la Vigilia Pascual. Destacan, además, el cuadro de El Greco, expuesto en este caso por primera vez sin su marco original, lo que ha facilitado ver los laterales, utilizados de paleta para el artista y para limpiar el pincel. De esta manera, exponemos un cuadro de una manera nunca antes vista en los libros de arte ni exposiciones. Los visitantes podrán contemplar, también, un díptico de marfil precioso, del siglo XV, procedente del museo de la Iglesia diocesana de Oviedo, y que la Nasa ha intentado reproducir y el ordenador no ha sido capaz, por tantos detalles como tiene».
A. Llamas Palacios
Del mensaje del Papa Benedicto XVI, en el Día de la Santa Sede en la Exposición Internacional de Zaragoza
El precioso bien del agua
Hemos de tomar conciencia de que, lamentablemente, el agua -bien esencial e indispensable que el Señor ha dado al hombre para mantener y desarrollar la vida- es considerada hoy, a causa del acoso y la presión de múltiples factores sociales y económicos, como un bien que debe ser especialmente protegido mediante claras políticas nacionales e internacionales, y utilizado según criterios sensatos de solidaridad y responsabilidad. (….)
El que hoy en día se considere el agua un bien predominantemente material, no debe hacer olvidar los significados religiosos que la Humanidad creyente, y sobre todo el cristianismo, ha desarrollado a partir de ella, dándole un gran valor como un precioso bien inmaterial, que enriquece siempre la vida del hombre en esta tierra.