ROMA, lunes 10 de noviembre de 2008 (ZENIT.org).- Del 9 al 12 de noviembre se celebra en Budapest, Hungría, un encuentro organizado por la Comisión de la Santa Sede para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo y por la Comisión Judía Internacional de Consultas Interreligiosas, centrado en el tema "La sociedad civil y la religión, perspectivas católica y judía".
Es el segundo Congreso Internacional de este tipo que tiene lugar en Europa del Este, tras el celebrado en Praga en 1990, y sus objetivos son involucrar a las futuras generaciones en el diálogo interreligioso, y promover la colaboración entre católicos, judíos y ortodoxos.
Para saber más, ZENIT ha entrevistado al padre Norbert Hofmann, secretario de la Comisión para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo.
--¿Cuáles son las prioridades de la preparación de este congreso?
--Padre N. Hofmann: Por segunda vez, estamos organizando un congreso de alto nivel, en un país de Europa del Este. En 1990, hubo un encuentro en Praga. En Budapest, vive una gran comunidad judía por tanto ha sido tanto una idea nuestra como de los judíos. Hay otra cosa muy importante en la preparación: antes del congreso oficial nos reunimos con seis chicos católicos y seis judíos para pasar juntos un fin de semana. Hemos ido juntos a una sinagoga y a una iglesia para participar en una misa católica. Así queremos involucrar en la preparación a la futuras generaciones. Otro aspecto importante en la elección de Budapest es ver cómo se desarrolla el diálogo con los judíos en este contexto de Europa del Este.
--El tema del congreso es "La sociedad civil y la religión, perspectivas católicas y judías". ¿Puede resumirnos las perspectivas católicas?
--Padre N. Hofmann: Somos religiosos, por tanto para nosotros la fe está en el centro del diálogo. Un aspecto de la sociedad actual es la secularización, que influye en la vida religiosa de los judíos y en la nuestra. ¿Cómo afrontar la secularización?
Luego, está la necesidad de involucrar a los musulmanes. El próximo año queremos organizar un encuentro al que asistan musulmanes. Todos los religiosos deben unirse en un auténtico diálogo religioso para afrontar los desafíos de esta sociedad.
--¿Cuáles pueden ser los puntos de convergencia entre las dos partes?
--Padre N. Hofmann: Un punto de convergencia es la importancia de la religión y de encontrar la propia identidad. Los católicos no deben desarrollar la propia identidad en la sacristía sino en la vida social y pública. Por tanto, judíos y católicos podemos colaborar, tenemos muchos valores en común. Por ejemplo, los diez mandamientos son una base común. O la necesidad de ayudar a los pobres y a quienes viven al margen de la sociedad. Son muchos los valores que juntos podemos convertir en realidad.
--¿Qué expectativas tienen para este evento?
--Padre N. Hofmann: Las expectativas son, en general, ahondar la amistad entre judíos y católicos a nivel internacional, progresar y profundizar nuestro diálogo. Por ejemplo, por primera vez un rabino habló en el Sínodo. Este para mí es un paso importante. Luego, tenemos que desarrollar esta actividad implicando a la futura generación y también colaborar con las iglesias ortodoxas, porque están en los países de Europa del Este. Por ejemplo, por primera vez, vendrá, como participante, un representante del patriarcado de Constantinopla de la Iglesia Ortodoxa. Además, en el futuro tenemos que colaborar más intensamente con esta Iglesia. Por tanto, católicos, ortodoxos y judíos.
--Acaba de concluir el Sínodo sobre la Palabra de Dios. ¿Cómo influirá esta asamblea en el encuentro de Hungría?
--Padre N. Hofmann: Como decía el cardenal Kasper, la Palabra de Dios, como Palabra revelada por Dios, tiene importancia para los judíos y también para los católicos. Por tanto, servirá para desarrollar más los estudios de la Biblia y para tener mayor contacto con la Biblia. Este sería un punto importante y a realizar entre judíos y católicos.
--¿Cuál es la especificidad del diálogo judío-católico en el contexto del Este europeo?
--Padre N. Hofmann: Digamos que los judíos en los países de Europa del Este sufrieron una situación especial bajo el régimen comunista. Por tanto, su identidad dependía de este hecho histórico. Ahora, tras la apertura, deben reencontrar una nueva identidad. Por otra parte, también los católicos debemos vivir dentro de un contexto diverso y dialogar con los judíos. Pero Hungría para mí es un ejemplo. En Budapest, de hecho, hay una buena convivencia entre judíos y católicos. Queremos ver cómo van las relaciones en otros países de Europa del Este. Así hemos invitado también al arzobispo de Moscú. Habrá un obispo de Polonia y uno de Bielorrusia. Queremos ver cómo podemos progresar en este diálogo en los países de Europa del Este.