CIUDAD DEL VATICANO, domingo 21 de diciembre de 2008 (ZENIT.org).- El Papa invitó a los peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro para el rezo del Ángelus en este cuarto domingo de Adviento, a “volver la mirada a María y José, que esperan el nacimiento de Jesús”, y a “aprender de ellos el secreto del recogimiento para gustar la alegría de la Navidad”. En el mismo sentido se dirigió a los fieles, tras el rezo del Ángelus, en los saludos particulares en cada idioma.
El Papa se detuvo a hablar sobre el significado del rezo del Ángelus, que contiene precisamente el Evangelio que se proclama en este cuarto domingo de Adviento, en de la Anunciación del ángel a María. También la oración ''Colecta' de hoy es la misma que se recita al final del Ángelus.
“Esta oración nos hace revivir el momento decisivo en el que Dios llamó al corazón de María y, al recibir su 'sí', comenzó a tomar carne en ella”, explicó.
La encarnación y el nacimiento de Jesús constituye, afirmó el Papa, “la primera clave de la redención”.
La segunda es “la muerte y resurrección de Jesús, y estas dos claves inseparables manifiestan un único diseño divino: salvar a la humanidad y a su historia asumiéndolas hasta el final haciéndose cargo enteramente de todo el mal que nos oprime”.
Por tanto, añadió, “a pocos días ya de la fiesta de Navidad, se nos invita a dirigir la mirada al misterio inefable que María ha custodiado durante nueve meses en su seno virginal: el misterio de Dios que se hace hombre”.
“Preparémonos a acoger con fe al Redentor que viene a estar con nosotros. Palabra e amor de Dios para la humanidad de todo tiempo”, concluyó.