Alfa & Omega, 02/02/09 - El actual templo parroquial de la Real Basílica de Santa María la Mayor, de la ciudad de Pontevedra, ocupa un lugar en el que hubo una pequeña iglesia románica que los cristianos dedicaron a la Madre de Dios, Santa María, y pronto erigida en la primera parroquia de Pontevedra. Su actual párroco, don Jaime Vaamonde, explica: «Los primeros datos históricos que corroboran la antigüedad de Santa María, los encontramos en la donación hecha por Fernando II de León, que concedía la mitad de las rentas que producía la antigua iglesia de Santa María al vecino monasterio benedictino de Poio.
A finales del siglo XV, o principios del XVI, se derribó la antigua iglesia y se inició la construcción de un nuevo templo. La bóveda se cerró en el año 1559, como lo atestigua una inscripción grabada en una piedra de dicha bóveda. Elevada a Basílica por el Papa Juan XXIII, es una bella muestra de iglesia parroquial y una de las obras más perfectas de la arquitectura gallega del renacimiento, que le valió ser llamada por el historiador López Ferreiro Perla del arte gallego.
La impresión de elevación espiritual se produce en su contemplación, y ello se acentúa en su interior, cuando se percibe la unidad y armonía de sus naves, sus columnas, el presbiterio y, sobre todo, cuando los que entran se dejan cautivar por su belleza artística y religiosa. La fachada principal fue ideada como un gran retablo exterior de tres cuerpos, con la representación en el centro de la Dormición de la Virgen.
La contraportada interior es como un catecismo escrito en piedra con unas cuarenta representaciones bíblicas. En la puerta lateral de la derecha, hoy llamada Puerta de la Vida, encontramos la imagen tan venerada del Santo Cristo del Buen Viaje. La Real Basílica de Santa María la Mayor es el edificio más representativo y visitado de la ciudad. Es un testimonio espléndido de la fe de nuestros antepasados y una contribución que muestra la riqueza religiosa y cultural de la ciudad de Pontevedra».
Una parroquia, de celebración
Este año 2009 es un año especial para la parroquia pontevedresa de Santa María la Mayor. Don Jaime manifiesta el sentir de sus feligreses y el de los sacerdotes de la parroquia: «Celebrar los mil años de la historia de la iglesia tendría que ser un Año de Gracia para nuestra parroquia, viviendo durante estos meses nuestra acción de gracias. Durante siete años hemos estado viviendo una larga preparación para este Jubileo. En ella, nos propusimos cuatro objetivos: restaurar el legado histórico-artístico de nuestro templo, recordar y dar a conocer la historia de la parroquia, reavivar la vida y la fe de nuestra comunidad para impulsar un nuevo espíritu solidario, y convocar la celebración del milenio: Ser testigos del Señor, de modo que su presencia nos invite a mirar con ilusión y realismo al futuro, como un don y una tarea para todos. El primer fruto de esta conmemoración es invitarnos a considerar todo históricamente, recordar el pasado con gratitud, valorando que nos llegue la fe desde hace al menos mil años».
V. Gutiérrez