MADRID, sábado, 7 de marzo de 2009 (ZENIT.org).- En vísperas de la celebración, el 8 de marzo, del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, Cáritas pone el acento en la situación de especial vulnerabilidad de las mujeres ante los efectos de la crisis.
De hecho, y según los datos aportados por los distintos Programas de Acogida y Atención Primaria de Cáritas en toda España, uno de los perfiles más frecuentes entre las personas que están acudiendo a los servicios de Cáritas a solicitar ayuda de emergencia con motivo de la crisis es el de mujeres solas con cargas familiares, generalmente no compartidas, y con problemas de conciliación entre vida familiar y laboral. Son también muy frecuentes tanto los casos de mujeres inmigrantes mayores de 40 años que buscan trabajo por primera vez (generalmente esposas de maridos en paro), sobre en el empleo doméstico, como los de mujeres mayores con pensiones no contributivas o pensiones mínimas, que no llegan a cubrir sus necesidades básicas.
Mayor riesgo de pobreza en las mujeres
Los efectos coyunturales de la crisis sobre las mujeres en situación más precaria tiene lugar sobre una situación estructural de exclusión social en España en la que, como confirman los datos del VI Informe FOESSA, publicado en octubre de 2008, las mujeres son uno de los grupos sociales con mayores riesgos de pobreza. El citado Informe constata la persistencia de tasas mayores de pobreza y exclusión social en el caso de las mujeres frente a los hombres. Este mayor riesgo no sólo está asociado a determinadas tipologías de hogar -hogares monoparentales sustentados por una mujer o mujeres mayores de 65 años que viven solas- sino a características muy concretas del mercado de trabajo.
Como se indica en la investigación, "a pesar de la positiva evolución experimentada en los últimos años, las brechas entre hombres y mujeres en salarios, tasas de actividad y empleo siguen siendo muy elevadas". Los datos del VI Informe FOESSA señalan, además, que "la segregación horizontal y vertical en las ocupaciones propician una sobre-representación femenina en contratos a tiempo parcial mal remunerados y, en general, en ocupaciones con bajos salarios". Y se asegura que "en casos como el de los hogares monoparentales sostenidos por una mujer, se reduciría sustancialmente la pobreza si el trabajo femenino fuese retribuido como el masculino".
Asimismo, y ante la celebración del Día de la Mujer Trabajadora, Cáritas llama también la atención sobre algunas de las graves situaciones de exclusión femenina del momento actual, como son las relacionadas con la violencia de género, la explotación sexual y laboral de las mujeres que son víctimas de trata de personas, o la precariedad laboral de las empleadas del hogar y de las mujeres que trabajan en explotaciones familiares de las zonas rurales, sobre todo ganadería y agricultura, que carecen de un sistema de protección digno.
Líneas de trabajo de Cáritas
Ante esta realidad, la Confederación Cáritas reafirma su objetivo de seguir ofreciendo oportunidades de inserción social y laboral a las mujeres en situaciones de mayor desventaja o pobreza, a sus familias y a sus entornos, que permitan su participación real como ciudadanas de pleno derecho.
Las líneas de trabajo que Cáritas llevan a cabo a través de los equipos de base de las Cáritas Diocesanas se centran en aspectos como la formación; la orientación en materias como empleo, educación, salud, vivienda, participación; el apoyo psicológico, social, jurídico o residencial; y el trabajo en red con todas las organizaciones públicas y privadas implicadas en la transformación tanto de la realidad de exclusión de las mujeres, como de sus familias, su barrio y sus contextos sociales.
Las acciones desarrolladas por el conjunto de la Confederación Cáritas a favor de las mujeres en situación vulnerables son muy diversas, y van desde aulas taller o centros de día, hasta casas de acogida y recursos residenciales para mujeres con o sin hijos, pasando por programas de acción frente a la prostitución y mafias organizadas con fines de explotación sexual y laboral, acciones específicas con mujeres inmigrantes, procesos formativos dirigidos a la inserción laboral, bolsas de empleo, servicios de acogida y orientación, o servicios de guardería para facilitar la asistencia de las madres a las actividades formativas, entre otras muchas.