ROMA, martes 16 de junio de 2009 (ZENIT.org).- Con motivo de la reunión del Grupo de los siete países más industrializados y Rusia (G8), que se celebrará en la ciudad italiana flagelada por el terremoto, L'Aquila, del del 8 al 10 de julio, se ha inaugurado el IV Encuentro de Líderes de las Religiones del Mundo.
El encuentro, que ha comenzado este martes en Roma, se celebra como ya empieza a ser tradición en las últimas cumbres del G8 y reúne a representantes de las Iglesias cristianas y de las grandes religiones mundiales, sobre temas incluidos en la agenda de las reuniones de los representantes de los gobiernos.
Su objetivo consiste en establecer un diálogo entre los líderes religiosos para afrontar los grandes temas de la política y de la actualidad, con el objetivo de producir un documento sintético y propositivo para presentarlo al jefe del gobierno del país anfitrión y a la asamblea política de los representantes.
En la presentación, que tuvo lugar en la sede de Radio Vaticano, el presidente de la comisión de la Conferencia Episcopal Italiana para el ecumenismo y el diálogo interreligioso, el obispo Vincenzo Paglia, explicó que "la dimensión religiosa es esencial para el desarrollo, para la convivencia y para la paz entre las poblaciones".
Las dos jornadas de debate están afrontando temas prioritarios para el G8, como el agua, la garantía alimentaria, la salud, la educación, la paz y la seguridad.
Los participantes dedican una especial atención a África y también a reflejar la necesidad de replantear las directrices de la economía global desde un punto de vista ético.
"El 'poder' religioso --afirmó monseñor Paglia-- no es un 'poder' exterior, sino totalmente interior porque está basado en los corazones, en aquellas fuerzas espirituales que subyacen en la historia, pero sin él los otros poderes corren el riesgo de ser fundados sobre barro.
El encuentro ha comenzado con una visita a L'Aquila, a la zona afectada por el terremoto del pasado 6 de abril.
Seguidamente, los más de ochenta representantes de la Iglesia católica, de otras confesiones cristianas, del mundo judío, islámico, budista y de la Conferencia Mundial de Religiones por la Paz de Japón, tenían previsto el martes por la tarde a Roma ser recibidos en audiencia por el presidente de la República Italiana, Giorgio Napolitano.
El espléndido escenario de Villa Madama (sede del Ministerio de Asuntos Exteriores) acogeió después a los participantes del encuentro religioso y la sesión de apertura, presidida por Su Beatitud Abuna Paulos, Patriarca de la Iglesia de Etiopía.
Monseñor Vincenzo Paglia debía pronunciar el discurso de bienvenida, seguido de las intervenciones introductorias del ministro de Asuntos Exteriores Franco Frattini, y del presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, el cardenal Jean-Louis Tauran.
El historiador y fundador de la Comunidad de San Egidio, Andrea Riccardi, ha preparado el informe principal.
También debían ofrecer contribuciones para la reflexión Su Beatitud Aram I, Catholicós de Cilicia de los Armenios; el ex rabino jefe del ejército israelí, Mordechai Piron; el Gran Mufti de Sarajevo Mustava Ceric; y el presidente de la Rissho Kosei Kai de Japón, Nichiko Niwano.
La sesión plenaria del IV Encuentro de Líderes Religiosos se celebrará el miércoles 17 de junio en el Ministerio de Asuntos Exteriores (en la Sala de las Conferencias Internaciones) y estará presidida por monseñor Vincenzo Paglia.
Están previstas cuatro intervenciones, a cargo del arcipreste George Riabykh, del patriarcado de Moscú; del reverendo Nikolaus Schneider, de la Iglesia Evangélica de Rhineland (Alemania); del reverendo Leonid Kishkovsky, de la Conferencia de Religiones por la Paz (Estados Unidos), y de Maria Voce, presidenta del Movimiento de los Focolares.
Por la tarde seguirán las intervenciones de los otros líderes.
Al final del encuentro, se redactará el Documento final -seguido de las conclusiones, a cargo de monseñor Vincenzo Paglia-, que el presidente del Consejo de Ministros de Italia, Silvio Berlusconi, entregará a los ocho grandes del mundo.