CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 17 julio 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha regresado a media tarde a la casa de Les Combes, donde transcurre las vacaciones, tras haber sido sometido este viernes a una operación para reducirle la fractura en la mano derecha que sufrió anoche a causa de una caída en su habitación.
A la salida del hospital Umberto Parini de Aosta el Papa sonrió y saludó con el brazo izquierdo a los periodistas, entre los aplausos de los presentes. En la mano se podía ver el aparato con el que se ha inmovilizado la mano.
Según un comunicado emitido por el médico personal del Papa, el doctor Patrizio Polisca, "el Santo Padre, cayendo accidentalmente en su residencia ha sufrido una fractura descompuesta de la muñeca derecha".
Por este motivo, añade el médico, "ha sido sometido a una operación de reducción y osteosíntesis con anestesia local".
El breve comunicado aclara que "las condiciones del Santo Padre en general son buenas".
Según confirmó el director sanitario del hospital, Pierluigi Berti, la caída del Papa ha sido accidental y reveló que las pruebas médicas a las que ha sido sometido permiten excluir que el Santo Padre resbalara debido a causa de un desmayo u otras causas.
La operación al Papa fue realizada por Amedeo Emmanuel Mancini, jefe de traumatología del hospital Valdostano, quien ha asegurado que el Papa podrá volver a utilizar la mano derecha con normalidad después de un mes.
"La fractura ha vuelto a ser alineada", explicó, indicando que con un taladro especial se le introdujeron "unos filos de metal para mantener la muñeca en su posición. Luego se ha aplicado un aparato de inmovilización en fibra de vidrio, que tiene las mismas funciones que la escayola y que Benedicto XVI tendrá que llevar durante unos 30 días".
Según Mancini, el pontífice no tendrá ningún problema para recuperar totalmente las funciones de la mano y, "con una adecuada terapia de rehabilitación podrá incluso volver a tocar el piano".
En la mañana, una declaración del padre Lombardi explicaba que, a pesar de la fractura, que había tenido lugar en la noche, "el Santo Padre había celebrado misa y desayunado".
Después, el Papa se trasladó en coche al hospital de Aosta, donde llegó hacia las 9.45 horas de esta mañana. Entre las medidas de seguridad, el obispo de Roma atravesó a pie el pasillo principal y, seguidamente, fue atendido por los médicos.
Tras analizar la situación de la mano y someter al pontífice a un chequeo completo, los médicos decidieron someterle a la pequeña operación quirúrgica.
El pontífice continuará disfrutando de las vacaciones en los Alpes Italianos, según estaba previsto, hasta el 29 de julio.