IUDAD DEL VATICANO, jueves, 20 enero 2005 (ZENIT.org).- Para avanzar en el camino hacia la unidad entre católicos y ortodoxos tanto Juan Pablo II como el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, están tratando de relanzar el interrumpido diálogo teológico.
Es la constatación que hace en la edición italiana de «L'Osservatore Romano» fechada este jueves monseñor Eleuterio F. Fortino, subsecretario del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, en balance sobre las relaciones entre el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla y la Santa Sede.
Estas relaciones, comienza señalando, en el último año han experimentado un «cambio intenso», gracias a las dos visitas a Roma de Bartolomé I (el 29 de junio y el 27 de noviembre, cuando recibió del Papa las reliquias de los santos Juan Crisóstomo y Gregorio Nacianceno).
Este último acontecimiento ha sido considerado por Bartolomé I en una entrevista a «Radio Vaticano» como el más importante de su servicio como patriarca.
Asimismo ha favorecido este clima de buen entendimiento la visita que realizó a la sede de ese Patriarcado una delegación vaticana en nombre del Papa, presidida por el cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el 30 de noviembre.
Estos contactos, aclara monseñor Fortino, han servido para calmar las tensiones que habían surgido con el patriarcado ortodoxo de Moscú y luego con el de Constantinopla, después de que la Iglesia greco-católica de Ucrania pidiera a la Santa Sede ser reconocida como un nuevo patriarcado. Por el momento, el Papa no ha accedido a esta petición.
Para dar pasos hacia la superación del cisma que separa a la Iglesia católica de las ortodoxas desde el año 1054, el representante vaticano considera que uno de los próximos pasos necesarios es el del restablecimiento del diálogo teológico entre católicos y ortodoxos.
Este dialogo se realiza a través de una Comisión Mixta de la que forman parte representantes de la Iglesia católica y de diferentes Iglesias ortodoxas. El trabajo de la Comisión está bloqueado desde la reunión celebrada el año 2000 en Baltimore (Estados Unidos), pues surgieron claras divisiones al afrontar el argumento previsto para esa ocasión: «Implicaciones teológicas y canónicas del uniatismo».
La cuestión del «uniatismo» --los ortodoxos llaman «uniatas» a los cristianos de rito oriental que mantienen su espiritualidad y liturgia estando unidos al Papa-- se ha hecho particularmente aguda, en particular con el patriarcado de Moscú, que ve con recelo el resurgimiento de las comunidades greco-católicas que habían sido duramente perseguidas por los regímenes comunistas en países del Este de Europa.
Durante la visita que Bartolomé I hizo a Juan Pablo II el 29 de junio pasado, ambos firmaron una declaración conjunta en la que se comprometen a reactivar el trabajo de esta Comisión.
El patriarca, que para las cuestiones pan-ortodoxas tiene el derecho de iniciativa y coordinación, necesita ahora lograr el apoyo en este sentido de las demás Iglesias ortodoxas que tienen representantes en la Comisión Mixta.