CIUDAD DEL VATICANO, lunes 15 de febrero de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha comenzado este lunes, en el Vaticano, un encuentro de dos días con todos los obispos diocesanos de Irlanda para afrontar las revelaciones sobre abusos sexuales por parte del clero de ese país.
El pontífice ya se había reunido el 11 de diciembre con el cardenal Séan Brady, arzobispo de Armagh y presidente de la Conferencia Episcopal Irlandesa, y con el arzobispo Diarmuid Martin de Dublín. En esa ocasión, analizaron el Informe Murphy, que registra casos de abusos en la arquidiócesis de Dublín de 1975 a 2004.
El informe fue publicado en noviembre, tras el Informe Ryan, difundido en mayo pasado, que también registraba numerosos casos de abusos de menores de edad en las escuelas católicas de la isla.
Devolver la confianza
En declaraciones ofrecidas en la víspera, monseñor Joseph Duffy, obispo de Clogher, declaró que el encuentro con el Papa busca comprender cómo es posible "tranquilizar a las familias y devolver la confianza y la serenidad entre el clero y los fieles".
Cada obispo, reveló, tendrá que rendir cuentas de sus acciones a Benedicto XVI, así como por las omisiones en el cumplimiento de su deber.
"Petición de dimisiones" no forman parte de la agenda, siguió aclarando el obispo Duffy, "pues no es una prerrogativa nuestra".
Más bien, añadió, los obispos discutirán sobre cómo afrontar de la mejor manera la "enorme injusticia y crueldad" de los abusos sexuales.
En la mañana de este lunes, los 24 obispos irlandeses comenzaron el encuentro con una misa presidida por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Papa, junto a la tumba de San Pedro.
Los obispos rezaron por las víctimas de los abusos, por la Iglesia y por todo el pueblo de Irlanda, así como por los buenos resultados de su encuentro, según han confirmado fuentes de la Conferencia Episcopal Irlandesa.
Conversión
En la homilía, el cardenal Bertone afirmó que la comunidad católica puede quedar sacudida por "tempestades", que "azotan la barca de la Iglesia por culpa de los pecados de sus hombres. Pero de éstas puede venir la gracia de la conversión".
El purpurado, según su intervención referida por "L'Osservatore Romano", subrayó el objetivo del encuentro: reunir a todo el episcopado irlandés para escuchar al sucesor de Pedro y presentarle sus propias "iniciativas ante la dificilísima crisis que tiene lugar en la Iglesia del país".
En este contexto, pidió a todos, obispos, sacerdotes, y pueblo de Dios, "humildad y confianza", recordando que "la prueba por una parte humilla y por otra produce paciencia y una profundización en la fe".
Estas pruebas, reconoció, proceden tanto de dentro como de fuera de la Iglesia. "Ambas son dolorosas, pero las que proceden del interior son más duras y humillantes", confesó.
Actos execrables
Las dificultades que afronta la comunidad católica en Irlanda, afirmó el cardenal Bertone, son una "prueba grave", pues se deben a hombres de Iglesia involucrados en actos "particularmente execrables".
Sin embargo, estas pruebas pueden "convertirse en motivo de purificación y santificación", si se acoge "con plena confianza la promesa que el Señor renueva también hoy": el don del Espíritu Santo, el Paráclito, que "viene a defendernos del 'acusador', el maligno, a quien Él ha derrotado".
Dado que "la lucha contra el mal no ha terminado" y "continúa hasta el final de los tiempos", "el Padre nos ha enviado en nombre de Jesús el Espíritu Santo". De hecho, "la obra de la caridad de Dios, de su infinita misericordia, puede llenar el abismo más profundo".
Para que esto suceda es necesario, sin embargo, que "el pecador reconozca su culpa, con verdad plena".
El purpurado advirtió, luego, a los obispos irlandeses ante la tentación que "tiende a hacer perder la confianza en Dios, llevando al desaliento y la desesperación".
En este contexto, exhortó a los obispos a aceptar la voluntad de Dios con corazón abierto y fiel para sacar nuevas fuerzas y lograr la renovación.
Por su parte, el cardenal Brady se hizo eco de estas esperanzas, pidiendo a los fieles que recen por "la curación, la reconciliación y la renovación".