JERUSALÉN, jueves 18 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- El padre Michel Remaud, director del Instituto Cristiano de Estudios Judíos y de Literatura Hebrea (Instituto Albert Decourtray, Jerusalén) ha sido distinguido este año 2010 con el Premio de la Amistad Judeo-Cristiana de Francia (AJCF).
Tras Armand Abécassis en 2009, el 8 de marzo de 2010, el Comité Director de la Amistad Judeo-Cristiana de Francia eligió al padre Michel Remaud para el 2010.
El premio de la AJCF le será entregado el próximo octubre, en una fecha todavía por determinar, en presencia de numerosas personalidades judías y cristianas.
Desde 1988, la AJCR concede un premio a una personalidad, judía o cristiana, que ha trabajado por el diálogo judío-cristiano.
El padre Remaud confió a ZENIT sus primeras reacciones y reflexiones al respecto.
- ¿Cómo ha reaccionado ante la noticia de la concesión de este premio a una persona como usted, sacerdote católico, comprometido desde hace mucho tiempo en el estudio del judaísmo y el diálogo?
P. Remaud: En primer lugar, ¡sorpresa total! Ningún indicio, en las semanas o días precedentes, me había hecho estar con la mosca en la oreja, y necesité un tiempo para recuperarme después de colgar el teléfono y ser informado de la decisión de la AJCF de concederme el premio.
Después, la sensación de que el signo va mucho más allá de la persona que lo recibe. El tono general de los mensajes que me llegan muestra que esta elección es una buena noticia para los que llevan en el corazón el acercamiento entre cristianos y judíos.
- ¿Qué cree que ha motivado esta elección?
P. Remaud: Por lo que puedo interpretar, esta elección confirma la necesidad de un trabajo multiforme en este ámbito.
Ilustra en primer lugar la importancia de un trabajo de fondo para establecer sobre unas bases teológicas sólidas una relación renovada de la Iglesia con el pueblo judío, tarea a la que he intentado aportar una contribución.
Hay que hacer también que los cristianos descubran el parentesco que une el Nuevo Testamento a su centro de origen, y llevarles a comprender que este parentesco literario es signo de otro parentesco, de naturaleza teológica, entre nuestras dos comunidades.
- Esto supone todavía un gran trabajo de formación y de información...
P. Remaud: Efectivamente, hay, en primer lugar o al mismo tiempo, todo un trabajo de información para corregir las ideas falsas, denunciar eventualmente las mentiras o las deformaciones de los hechos, dar a conocer lo que puede llevar a los cristianos a apreciar mejor el mundo judío en general y el mundo israelí en particular, y sacar a la luz, sin disimular nada la verdad, lo que pueda dar a los judíos otra imagen que la que está desgraciadamente demasiado difundida.
- ¡Las instrucciones de Roma sobre la catequesis de 1975 y 1984 no parecen haber tenido mucho efecto!
P. Remaud: Ya en 1973, una comisión episcopal francesa escribió, en su documento titulado “La actitud de los cristianos respecto al judaísmo”: “El judío merece nuestra atención y nuestra estima, a menudo nuestra admiración, ciertas veces nuestra crítica amistosa y fraternal, pero siempre nuestro amor. Esto podría ser lo que ha faltado más y en lo que la conciencia cristiana ha sido más culpable”.
Más de cuarenta años después de esta declaración, este deber de establecer y de mantener la confianza continúa siendo una prioridad.
[Entrevista realizada por Anita S. Bourdin, traducción del francés por Patricia Navas]
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Michel Remaud nació en 1940 en Vendée. Miembro de la Congregación de los Hijos de María Inmaculada (FMI), fue ordenado sacerdote el 16 de julio de 1966. Tras ostentar diversas responsabilidades en Francia, está desde 1985 en Israel. Enseña en el Instituto Francés Albert-Decourtray de Estudios Judíos en Jerusalén, actualmente el Instituto Cristiano de Estudios Judíos y de Literatura Hebrea, del que es director.